A SeokJin ni siquiera le importaba saber quiénes eran los integrantes de Dionysus.
Él sólo quería tomarse un par de fotos con ellos y subirlas a sus redes sociales.
Ciertamente él no esperaba encontrar a su alfa dentro de la misma banda...
☀️Capí...
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La vida no tenía sentido cuando de un vil pusilánime se hablase.
Más él, siendo Kim SeokJin claro que su vida lo tenía.
Así que rogando un perdón a sus ancestros por lo que estaba a punto de hacer, suplicó le perdonasen porque él solo quería salvar su increíble y valiosa vida.
Miró una vez más encima de su hombro y chilló una vez más.
Su alfa de verdad le estaba dando caza.
Y él no se iba a dejar atrapar por mucho que su cuerpo caliente y excitado deseara que fuese así.
Jimin corría enloquecido y aterrado a sus espaldas, no volvió a preguntar nada y obedeció, más sabiendo que algo grave había ocurrido dentro del camerino, jadeó duro a cada zancada que dio fielmente detrás de él.
Jin lo amaba mucho.
Pero por supuesto que se amaba más a él.
Las puertas se veían lejanas y los confusos pasillos, interminables.
La salida no parecía estar cerca y él solo quería escapar.
Los gruñidos de su maldito alfa cachondo se escuchaban cada vez más cerca y no tenía intención de saber lo que un alfa en celo, enojado y frustrado era capaz de hacer con un omega, por muy su compañero destinado que fuera.
Y SeokJin sólo esperaba que Jimin algún día lo pudiese perdonar por lo que estaba a punto de hacer.
Sus piernas dolían y sus pulmones ardían. Su maldito cuerpo traidor aún seguía lubricando y pidiendo por él.
Jin no sabía si podría resistirse al alfa si es que este le llegaba a capturar.
Sintiendo un poco de esperanza invadirle vio de pronto la oportunidad frente a sus ojos y sin dudar, la tomó.
Frenó su huida de pronto y Jimin al instante chocó aturdido contra él.
El alfa sonrió victorioso al verles detenerse y aceleró sus pasos con furia desenfrenada.
Pero SeokJin ya estaba tomando a un atolondrado Jimin por los hombros y empujandole duramente hacia el camino del alfa.
Park abrió los ojos aterrado y quiso aferrarse de su costosa camisa mal abotonada, gritó sin entender qué sucedía y le exigió una explicación en un jadeo entrecortado y mirada de terror.
Sin embargo, Jin ya le había soltado lejos de él.
Un agudo grito se escuchó y un gruñido frustrado cuando los dos cuerpos chocaron con verdadera fuerza.
SeokJin no se detuvo a ver lo que había sucedido porque sus segundos estaban contados.
Giró en el pasillo a su costado y nuevamente comenzó a correr. Algunos miembros del staff le miraban entre curiosos y perplejos, apartandose de su camino mientras le veían correr como demente.
