▪︎Capítulo 19▪︎

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―¿Espera qué? -mi mente estaba confusa, muy confusa- ¿Ma-a-taste a alguien?

Mi voz sonó entrecortada por el impacto de la noticia, mi corazón latía muy fuerte. Hiccup no sería capaz de matar a nadie, ¿Verdad?

Después vi los ojos de Hiccup, tenía cierto temor, temor a que me fuera tal vez, de igual manera nunca estaré segura de eso.

Y la única oportunidad de salir corriendo se esfumaba con sus ojos, con ojos que ahora estaban cubiertos por la neblina del pasado.

―Tranquila- Su mano libre acarició suavemente los nudillos de mi mano que estaba entrelazada con la suya- No directamente, pero igual sigo sintiendo la perdida de ambos.

―No entiendo-¿Dos asesinatos?

Me regaló una apenas visible sonrisa.

―Se está haciendo tarde -Nos acercó un poco más a la moto- ¿No prefieres que te cuente otro día?

―No, porque después no lo vas hacer- sí, era tarde, pero no me importaba ya le mandaría un mensaje a Mer para que me cubriera.

―Está bien, pero vamos a otro lugar, aquí estamos parados y las calles están oscuras.

Ambos no subimos a la motocicleta, con mi corazón ligeramente estrujado, ni me había dado cuenta que esa vez me había subido sin problemas.

Ninguno dijo nada, pasábamos semáforo tras semáforo, por un momento creí que Hiccup sólo estaba dando vueltas, sin embargo esa teoría acabó cuando nos estacionamos en una casa realmente bonita, pintada de un color blanco con ciertos toques de color negro.

―Esta es mi casa- me sonrió- Vamos, te lo contaré todo adentro.

Tomé la mano que me ofrecía y entramos en la casa, el sonido de la televisión y el olor a palomitas de maíz recién hechas indicaban que estaba alguien en casa.

Caminamos un poco hasta llegar a la sala, ahí se encontraba la mamá de Hiccup viendo una serie de televisión.

―Mamá, ya llegue, traje a Astrid - Hiccup se acercó al sillón y depositó un beso en la mejilla de su madre- Estaremos arriba.

―¡Astrid, Querida! ¿Cómo está tu madre? -Preguntó volteando a mi dirección con una gran sonrisa en sus labios- Dile que en cuanto me lleguen le llevo las cremas que me encargó.

―Está muy bien, demasiado trabajo tienen mis padres ahorita en la empresa con lo del nuevo socio, pero están bien, y claro yo le digo lo de las cremas -termine con una sonrisa.

―Mamá estaremos arriba- volvió a mencionar Hipo mientras tomaba mi mano y nos encamino a las escaleras alejándonos de su madre que se encontraba a la mitad de un capítulo de American Horror Story, me despedí de ella con una sonrisa y ella lo hizo igual.

―¡Usen protección! -Su gritó fue lo último que escuchamos al subir las escaleras antes de romper en carcajadas.

Entramos a su cuarto, y me invitó a sentarme, así que lo hice en su cama, de repente se volvía a ver nervioso.

―¿Quieres agua, o palomitas de maíz? -se sentó a un lado mío

―Quiero que me cuentes - mencioné con cierto enojo.

―Bien -Tomó mi mano y entrelazo nuestros dedos- Cuando nos mudamos a Arendelle conocí a ciertas personas que no se llevaban muy bien con la policía digamos así, y también conocí a mi mejor amiga -la tristeza marcó su rostro cuando lo mencionó- Ambos comenzamos a competir en carreras de motos, esas competencias no eran del todo legales, pero tampoco eran tan malas, posteriormente conocimos a un persona que se interesaba en que formáramos parte de su equipo en otras carreras, donde ganaríamos dinero y todas esas cosas que te prometen, fuimos unos estúpidos, éramos menores de edad y no entendíamos dónde nos estábamos metiendo, de igual manera lo hicimos, corríamos los fines de semana, se hacía todo en una carretera donde no se transitaba mucho, a mi madre no le gustaba que saliera mucho, pero no podía mantenerme atado, fui un maldito estúpido con ella - se reclamó con cierto odio a si mismo al mencionar a su madre.

TE AMO [1] ||Hiccstrid|| Modern AUUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum