Eros se apoyó a una de las paredes de la cocina y se echó a reír.
- Eres muy traviesa señorita - se dirigió a su sobrina.
- No quería irme con mi papá tío - dijo la pequeña sorbiéndose la nariz.
Isabella mientras tanto se estaba recuperando del susto, la niña había salido de la nada y la había espantado.
- Es la misma chica que vi ese día ¿verdad tío? - pregunto con curiosidad la pequeña.
- Así es, Bella ahora trabaja para mí - agregó Eros-. Ahora tú ven acá, llamaré a tu papá para que venga por ti.
- ¡No! - grito la niña mientras corría y se hacía detrás de Isabella-. Bella, dile algo. ¿Puedes convencerlo?
- Yo..., nena tu tío tiene razón, tu padre debe estar muy preocupado, esas cosas no se hacen.
- Pero yo quiero pasar vacaciones con mi tío.
Eros se rasco la nuca. No podía convencerla de que dejase de lado esa idea. Era una niña después de todo y a él le agradaba cuidarla.
- Hablaré con tú papá - dijo él griego y la pequeña soltó una risa.
- ¡Si! - grito la pequeña alzando sus manos.
- Traviesa - se rio su tío.
Isabella tuvo que desviar su mirada, Eros era un hombre muy atractivo. Pero los hombres como él acostumbrarían a salir con modelos o mujeres igual de adineradas que ellos. Tampoco quería centrar su atención en nadie, todo lo que hacía y había logrado en su vida era por su hermana Marie, por eso conecto con la pequeña Isabella casi de inmediato.
- Mientras ti tío llama a tu papá ¿Quieres un poco de pastel de chocolate?
- ¿Sabes hacerlo?
- Por supuesto - asintió la castaña-. Ven y te muestro como se hace.
Eros sonrío al ver la escena y después desapareció camino a su oficina. Después de unos minutos Eros bajo y encontró a ambas Isabellas riendo mientras metía el pastel al horno.
El griego se aclaró la garganta detrás de ellas.
- He hablado con tu padre - se dirigió a su sobrina mientras la levantaba y la sentaba en sus hombros.
- ¿Y qué dijo? - pregunto la niña.
- Te quedarás dos semanas aquí.
- ¡Si! - la niña lo abrazo y soltó una risa.
- ¿Puedes cuidar de ella Bella? - enarcó una ceja dirigiéndose a la muchacha.
- Por supuesto señor - respondió Isabella.
- Bella te acomodara una habitación, rosa como te gusta - dijo Eros mientras bajaba a la niña de sus hombros.
- He dejado todas mis cosas con el chofer de papá.
YOU ARE READING
Eros
RomanceIsabella ha pasado parte de su vida dedicada a tratar de recuperar a su hermana pequeña del orfanato Linoy. Cuando una vez más fracasa en el intento, busca desesperadamente una solución a su problema, sabe perfectamente que sola no lo conseguirá. Tr...