🏹Capitulo 19

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- Así que serás papá...- dijo Agapios mientras le lanzaba una pelota de tenis a Eros y este la tomaba en el aire.

- Así es - respondió con una sonrisa.

- ¿Cómo esta Isabella con todo esto? - enarco una ceja su amigo-. ¿Le dijiste lo de Ángela?

- Sí, Isabella no ha querido comer ni salir de la habitación, la mayoría de veces llora por las noches, esta muy mal por lo de Marie, sin contar el hecho de que Ángela ande suelta, nos tiene los pelos de punta - contestó él griego.

- No te ves muy feliz con la noticia del bebé - susurro su amigo-. ¿Quieres  hablarlo?

- Por supuesto que me pone feliz el hecho de que sea padre, pero... No dejo de pensar que podría suceder algo.  Ni duermo por las noches pensando en lo peor. No iba a decirle eso a mi esposa, dd nada serviría preocuparla más.

- Eros... La depresión es seria, y más en una mujer embarazada, sé por que lo digo - suspiro recordándo el pasado-. Serena y yo estuvimos muy mal cuando perdimos a nuestro primer hijo, pero después llegó Samuel a nuestras vidas junto a Abba, nuestro hijo regresó en otro bebé. Trata de que este tranquila, sabes que cuentas con mi ayuda en lo que sea necesario.

-  Gracias amigo - lo estrecho fuertemente mientras le daba un abrazo-. Creo que debería regresar a la casa, he quedado en ir con Bella al orfanato. Aún no entiendo porque demonios negaron todo.

- Todo saldrá bien - respondió su amigo.

Poco después Eros tomó las llaves de su motocicleta para dejar las empresas y dirigirse a su casa, por el camino no dejo de pensar en la situación de Isabella, le preocupaba su salud, no quería que enfermara por culpa del estrés.

Cuando llegó a su casa creyó que la encontraria en la cocina preparando algún rico postre como de costumbre, pero no fue así. La cocina estaba con las luces apagadas y sin rastros de ella.

Suspiró mientras subía las escaleras rumbo a su habitación, cruzó la puerta y la encontró envuelta entre las sábanas.

Se acercó a ella mientras la veía domir, sobre la mesa de noche estaba la bandeja con el almuerzo servido, no había tocado nada de lo que había allí.

- Bella... - susurro mientras pasaba sus manos por su rostro para despertarla-. Isabella he venido para ir contigo al orfanato.

Ella se removió de sus postura y abrió sus ojos para verlo parado a un lado de la cama.

- ¿Para qué ir? Nos dirán lo mismo - dijo con tristeza.

- Preciosa, no es bueno que estes así, el estrés puede hacerle daño a nuestro bebé. ¿Porque no has comido?

- Lo siento - sollozo cubriendo su rostro con sus manos-. Es que sólo imaginar la decepción en el rostro de Marie me llena de coraje y frustración.

- Lo sé, se que es doloroso para ti - la acercó hasta él mientras las abrazaba-. Pero estoy aquí para ti, voy a apoyarte en todo lo que sea.

- Gracias, por no dejarme nunca sola en esto - artículo agradecida limpiando sus lágrimas.

- Te extraño, extraño verte en la cocina y verte sonreír, no quiero que enfermes, debes comer bien por tu embarazo.

- Ya he agendado una cita con el ginecólogo, pronto podremos ver a nuestro hijo - tomo entre sus manos las de él-. Estoy emocionada.

- También lo estoy - contestó él.

- Eros no busque quedar embarazada, sabes que con lo de Ángela tener un bebé sería el último de mis planes, yo...

Eros Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon