🏹Capitulo 17

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Isabella se acercó lentamente a ella cuando la vio, sus lágrimas empezaron a caer poco a poco por sus mejillas.

- Marie...- susurro mientras abrazaba a su pequeña hermana.

La niña sonrió mientras limpiaba con sus manos las lágrimas de su hermana mayor.

- No llores hermana - respondió la pequeña.

- ¿Cómo...? ¿Cómo es que llegaste aquí? - pregunto sin salir de su asombro.

- Bueno... - se hizo a un lado dejando ver la figura de Eros parado a un lado de la cocina.

El griego se acercó hasta donde estaba su esposa y le sonrió.

- Sabía que te iba a agradar la sorpresa, le pedí a Vanessa que pasara por ella - respondió él.

- ¿ Tú... , Gracias - respondió con sinceridad Isabella.

- No tienes nada que agradecerme, lo he hecho por ti.

Isabella se acercó hasta él, lo rodeo con los brazos y le dio un ligero beso en la mejilla.

- Es el mejor regalo de bodas - contesto la castaña.

- Y tú eres mi mejor regalo de bodas - dijo en respuesta él mientras tomaba sus manos en las suyas.

La pequeña Marie miró con curiosidad la escena sin aun entender nada.

- ¿Voy a vivir aquí? - pregunto de la nada la niña.

- Si - respondió Isabella mientras regresaba a donde estaba ella-. Vivirás conmigo y Eros, él es mi esposo - dibujó una sonrisa mientras se abrazaba a su marido.

- Es decir que.... ¿Voy a tener mi propia habitación? ¿Y no vamos a separarnos más?

- Así es, vas a tener todo lo que quieras, y nunca nos vamos a volver a separar.

- Eso es muy lindo - chillo con alegría la niña.

- ¿Quieres un poco de ponqué? Hay de fresa como te gustan.

- Sí, hay muchísima comida por todos lados - dijo con ternura la pequeña.

Eros miro con ternura la escena que ambas compartían, se alegraba de que Isabella volviera a sentirse feliz por ver a su hermana, pero había algo que lo mantenía preocupado, Vanessa le había revelado que había visto a Ángela en el jardín, no quería preocupar a su esposa esperaría a que Marie volviera al orfanato y le diría toda la verdad.

- ¿Y cuando voy a venir a vivir aquí? - escuchó a la pequeña preguntarle a Isabella.

- Bueno... espero que muy pronto nena.

- Una semana más o menos - respondió el griego-. Tu hermana y yo debemos tener unos papeles para poder adoptarte, no te preocupes vas a regresar aquí.

- Te voy a esperar Bella, sabes... Hice muchísimos dibujos de ti.

- Creí que estabas enfadada conmigo - respondió ella.

- Claro que no - acarició con su mano el rostro de ella-. Si eres la mejor de las mejores hermanas del mundo.... - respondió abrazándola fuertemente-. Te quiero mucho bella.

- Y yo a ti - respondió Isabella.

**

Llegaron a la pista del aeropuerto. Isabella nerviosa observó el jet que estaba justo enfrente de ella.

- ¿Qué sucede?, ¿estas nerviosa? - pregunto su esposo.

- Yo... - apretó sus labios y dejo escapar una sonrisa-. No lo estoy, confío en ti.

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