Tras la muerte de su familia, Derek, un híbrido, se convierte en el nuevo rey de Beacon Hills.
Se vuelve una persona rota, desconfiada, que siente que todo lo que le rodea es oscuridad y que lo único que quiere es venganza, vengarse de la persona q...
Nada más entrar al castillo pusimos en marcha el plan de Stiles.
Ordene a los gemelos que vigilaran la puerta de mi habitación y no dejaran pasar a nadie.
Stiles y yo estábamos en la habitación. Cogí uno de los antiguos libros de magia que tenía guardados y busqué el hechizo que necesitaba.
— Stiles, lo he encontrado. Este hechizo me podría ayudar a que Kate pague por todo lo que ha hecho.
— ¿Tienes todos los ingredientes?
— Creo que si. Ayúdame a buscarlos– fuimos removiendo todo y encontramos todos los ingredientes.
— ¿Tenemos todos?– preguntó el castaño.
— Solo falta el último ingrediente. Así que como solo hay que echar ese ingrediente al final, iremos haciendo la poción.
— Ahora solo falta el último ingrediente– dijo cuando mezclamos el resto– ¿Donde lo encontramos?
— Esa flor violeta solo se encuentra en la zona oeste del bosque. Iremos esta noche y cogeremos esa flor.
— Genial. Por fin Kate pagará...– yo le interrumpí.
— Ya puedes parar. Los gemelos se han ido.
— Bien. Espero que nos hayan escuchado.
— Te aseguró que lo han oído todo– él se río– El plan ha salido a la perfección. Pronto esos traidores se lo contarán todo a Kate. Seguramente ella irá a la zona oeste del bosque, porque pensará que necesitamos esa flor y querrá destruirla antes de que lleguemos.
— Kate se llevará una gran sorpresa cuando llegue y vea que la estamos esperando– el castaño rio.
— ¡¡Muchas gracias, Stiles!! ¡Gracias por ayudarme!– creo que él se sonrojó.
— Será mejor que vayamos yendo– dijo el ojimiel después.
— Nos teletransportaré allí ahora mismo– moví mi mano y en un segundo aparecimos en el bosque– Ahora tenemos que beber la poción que hicimos antes, así no podrán olernos, ni vernos hasta que lleguen aquí.
Después de que ambos bebiéramos la poción los dos brillamos por unos momentos.
— Solo nos queda esperar– dije y después los dos nos sentamos y comenzamos a hablar.
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Paso una hora y unos cuantos minutos cuando oí un ruido.
— ¡¡Shh!!– dije para poder oír mejor– Alguien viene.
— Debemos darnos prisa, pronto será de noche y él vendrá. Hay que destruir todas las flores violetas que pueda haber– dijo una voz de mujer– Debisteis de hacerme caso y destruir esos libros, sí lo hubierais hecho ahora no tendríamos este problema.
