Tras la muerte de su familia, Derek, un híbrido, se convierte en el nuevo rey de Beacon Hills.
Se vuelve una persona rota, desconfiada, que siente que todo lo que le rodea es oscuridad y que lo único que quiere es venganza, vengarse de la persona q...
Hoy será mi cita con Derek y todo tiene que ser perfecto.
Me desperté pronto.
Esa noche dormí con Derek en el castillo, así que cuando me desperté observé como dormía y pensé "Él es tan hermoso. Aún no puedo creerme que alguien como él quiera estar con alguien como yo".
Me quede observándolo bastante tiempo hasta que él dijo:
— Si quieres puedes sacarme una foto– dijo con los ojos cerrados.
— Yo... yo... lo siento– dije avergonzado, él abrió en ese momento sus preciosos ojos de color verde.
— No lo hagas– sonrió– Te voy a confesar algo. Algunas noches en las que dormimos juntos cuando me despertaba te veía dormir– él rio– Eres tan adorable cuando duermes, sobre todo cuando empiezas a babear.
— Ehh– protesté– Yo soy adorable siempre– él volvió a reír.
— Por supuesto que sí, mi amor.
— Me encanta que me llames así.
— Espera un momento, ahora que lo pienso nunca me has dicho tu verdadero nombre
— Y nunca te lo diré– reí.
— Me lo dirías si te dijera cuando es mi cumpleaños. Nadie de la manada lo sabe.
— ¿Ni siquiera Isaac?– pregunté asombrado, y él negó– ¿Y como celebras tu cumpleaños sin que se enteren de qué día es?
— Eso es fácil. No celebro mi cumpleaños.
— ¡¡¡QUE!!! ¡¿Por qué no?!
— Cuando murió mi familia deje de celebrarlo.
— Pues este año como tienes un novio tan increíblemente genial eso va a cambiar. Averiguaré cuando cumples y será el mejor cumpleaños de tu vida, pero no te diré mi nombre.
— Si intentas averiguar eso, yo averiguaré cómo te llamas y te llamaré así siempre.
— No serás capaz. Mi nombre es raro.
— Te prometo que averiguaré tu nombre.
— Y yo tu cumpleaños– los dos nos reímos y luego nos levantamos y fuimos a desayunar.
Derek preparo el café y yo hice tortitas.
Después seguimos hablando hasta que me di cuenta de que hora era y dije:
— Tengo que ir a casa para prepararme para nuestra cita. Será la mejor cita de tu vida– él me sonrió– Vendré a buscarte a las 18:00.
— Aún queda mucho para las 18:00, ¿por qué te vas tan pronto?
— Es una sorpresa– reí y me despedí de él con un beso.
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