STILES
A mitad del camino aparqué el jeep.
— ¿Ya llegamos?– preguntó Derek sorprendido, yo negué con la cabeza y él frunció el ceño.
— ¿Y entonces qué hacemos aquí? ¿Por qué aparcaste el jeep?–yo me reí.
— Porque quiero que sea una sorpresa, así que voy a vendarte los ojos con esto– dije sacando un paño de tela negro de mi bolsillo, él gruñó– Venga, por favor, déjame ponerte esto. Te encantará la sorpresa– le sonreí.
— Está bien– dijo él finalmente, rodando los ojos.
Me acerqué a él, le vende los ojos y luego le di un casto beso en los labios.
— Y no te gustaría que usara mis poderes sobrenaturales para averiguar a donde me llevas, ¿verdad?
— Más te vale no usarlos– dije amenazante, después arranque otra vez el jeep y me dirigí hacia el lugar donde se encontraba la sorpresa.
— ¡¡Derek, llegamos!!– le dije sonriente, él iba a quitarse la venda, pero no le deje– No te la quites aún. Ahora tenemos que ir andando hasta tu sorpresa– él gruñó.
Abrí la puerta del jeep, salí y fui a abrirle la puerta a Derek, cuando él la abrió y salió.
— ¡¡Stiles!! ¿Dónde estás?– él intentó buscarme y se iba a caer cuando lo agarré.
— ¡Perdón!– dije avergonzado– Dame la mano y yo te guiaré– me la dio y yo entrelacé mis dedos con los suyos.
Al cabo de aproximadamente cinco minutos andando y en los cuales Derek casi se cae varias veces debido a que yo estaba distraído, intentando recordar el camino por el que se llegaba a la sorpresa, por fin llegamos.
— ¡Ya estamos! ¡Ya puedes quitarte la venda!– dije sonriente y espere a que se la quitara para ver su reacción.
Él se sorprendió y sonrió.
Lo lleve a un lago en el que a unos metros de él había una mesa que me ayudó a colocar Isaac y en la que más tarde comimos unas pizzas y el postre favorito de Derek, tarta de tres chocolates, que yo mismo había hecho.
— Sé que no es el mejor lugar, pero...
— Stiles, calla un momento y escúchame. Cuando te reté a a que si mejorabas muestra cita haría lo que tú quieras, hay algo que no te dije.
— ¿El que?– pregunté con curiosidad.
— Que para que tuviéramos una cita genial no me importaba el lugar, solo hacía falta que esa cita fuera contigo– yo me sonrojé y él me dio un gran beso de amor.
— Eso significa que harás cualquier cosa que te pida– dije con tono pícaro.
— Así es, aunque hay una cosa que no puedes pedirme.
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NO ERES UN MONSTRUO
FantasyTras la muerte de su familia, Derek, un híbrido, se convierte en el nuevo rey de Beacon Hills. Se vuelve una persona rota, desconfiada, que siente que todo lo que le rodea es oscuridad y que lo único que quiere es venganza, vengarse de la persona q...