La lección

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Esa misma semana, inteligencia había movilizado a los mejores soldados para iniciar una operación compleja que podría desembocar en la caída de los golpistas. Rick y Aurora debían ponerse las pilas y hacer el trabajo para el que habían sido llamados. Para que las runas de Aurora no se volvieran a ver perturbadas por el misterioso colgante, este había sido devuelto al almacén donde había pasado tantos años, pero ahora con mayor seguridad.

Aurora estaba recuperándose de los efectos del colgante y había tenido que repasar muchas de sus runas, y por ello sus "clases" se habían retrasado respecto del resto de escuadrones. Los invocadores parecían enfadados, decepcionados incluso.

Estaban en un gran barracón acondicionado imitando un aula, con la plataforma y el atril de Aurora en el medio y medio, y con pupitres algo descuidados para unos soldados enormes y con pinta de impacientes. No decían nada, pero no les hacía falta. "¿Qué cojones me va a enseñar ésta a mí?" Esa mirada era precisamente la causa por la que desde que se hizo investigadora dudaba en dedicarse a la actividad docente. Aun así, estaba en esa situación porque estaba convencida de lo necesaria que era su labor, además, si la cosa se ponía fea tenía un dragón. Pensaba en Azul y su extraordinaria rapidez para hacer y deshacer a su antojo, a ella tampoco deberían mirarla de ese modo.

Qué triste, pensaba Aurora, tener que hacer una demostración de fuerza para demostrar que merezco mi puesto. Se acercó al atril lentamente y alzó unas cartulinas en blanco.

Aurora- "Vuela".

La cartulina voló hasta cada mesa, repartiendo dos a cada soldado. Le sorprendió para mal no ver ninguna mujer. Las que estaban eran todas hechiceras o personal sanitario.

Uno de los soldados soltó un sonoro bufido, pero esto lo dijo entre susurros "se supone que íbamos a aprender de un invocador, y esta tía es hechicera".

Aurora asintió y dibujo cuatro símbolos en el pizarrón. Se dio la vuelta y los nombró.

Aurora- Este es el signo del viento, he conseguido que me permita crear dos signos rápidos, "Vuela" y "Niebla" no tengo ya que realizar una invocación completa del espíritu del viento para que me brinde su apoyo. El tercer signo es "claridad", el resultado de un pacto con tres runas, el viento que transporta el sonido, Alguiz que me protege de los sonidos no deseados y me otorga conocimiento, y por último, la runa de la claridad que me transmite conocimiento. Si vais a ponerme verde, sabed que no necesito activar ni este, ni el último signo para darme cuenta. El que quiera abandonar el programa tiene literalmente 2 minutos para levantarse e irse. El que se quede puede ser expulsado del escuadrón y sancionado por sus superiores ante la mínima falta de respeto. Que empiecen las deserciones, tienen dos minutos, señores.

El soldado protestó indignado puesto que no le había faltado al respeto, simplemente había expresado en voz alta el "sentir común".

Aurora sabía que si demostraba debilidad tratarían de pisotearla, ella no quería ser fuerte, no era fuerte, era inteligente. No quería tener que medirse con nadie, pero si algo le molestaba era que no la tomaran en serio. Miró su reloj, contó un minuto en voz alta. A las quejas se le unieron dos soldados más y alguno que otro se fue tirando las cartulinas con desprecio.

Aurora- Han pasado dos minutos, entiendo que no quieren desertar. En este momento soy su superior a todos los efectos. Si quieren decir algo, utilicen las formas adecuadas o vamos a tener un problema.

Solo tenía 11 alumnos y tres eran un claro elemento disruptor. Había empezado con 21. Eran sin duda el escuadrón más débil.

Uno de los soldados se puso en pie y se presentó debidamente. Aurora esperaba que preguntara lo que quería, pero parecía dudar. Cuando sus compañeros tomaron asiento el soldado le pidió una explicación. Los invocadores no podían utilizar hechizos, era físicamente imposible para ellos utilizar runas o cantos, sin embargo, lo que había dibujado eran runas. No entendía nada.

Aurora cogió una de las cartulinas, cerró los ojos y apareció el cuarto signo que había dibujado.

Aurora- Invocar no es solo hacer aparecer un espíritu, es un proceso automatizado que se deriva de un proceso aún más complejo. Si podéis crear la puerta, podréis abrirla y mantenerla abierta tanto como necesitéis. Usando la analogía de la puerta (señala "vuela" y "niebla") con el entrenamiento necesario no solo se pueden abrir puertas, también es posible abrir ventanas. La invocación no es solo emplear una cantidad enorme y realmente innecesaria de magia para que un espíritu cruce la puerta, en verdad es más complejo y requiere muchísimo menos poder. Del 1 al 10, estáis utilizando entre un 7 y un 9, solo necesitáis un 4 para invocar, pero es un poco más complicado.

>>Lo primero es aprender a crear las puertas, de ahí las cartulinas. Debéis grabar en ellas el signo de vuestros espíritus y visualizar el portal real del que van a aparecer. Es muchísimo más complejo que liberar magia sobre un objeto de invocador. Os advierto, en circunstancias normales llevaría meses, con vuestra disciplina este mes tendremos la primera lección superada, no será fácil.

El soldado no parecía conforme, aurora le pidió que hablara con libertad "es como volver al colegio, ¿en que nos va a beneficiar?"

Sonrió. El signo de su frente y su mano derecha parpadearon.

Aurora- Sal.

Y el dragón salió. Era enorme ahora, su cuerpo serpenteó por el hangar se enroscó llenando todo el espacio que podía y su cabeza media dos pisos de alto. Aurora acarició con cariño la mandíbula enorme y amenazadora de su espíritu guardián.

Aurora- Para optimizar recursos.

Los soldados no salían de su asombro. Al final había hecho una maldita demostración de fuerza y el dragón ronroneaba de puro placer.

Aurora- Mi meta es enseñaros los principios básicos de la invocación ara que podáis crear atajos y optimizar recursos. El conocimiento que tenemos hoy día de la magia obvia estos principios básicos y se centra en el resultado, en consecuencia, no estamos utilizando todo nuestro potencial. No pretendo enseñaros a ser soldados, pero si a ser mejores invocadores.

Aunque los soldados que habían protestado no llegaron a retirarse seguían sin parecer conformes. Sin embargo, tomaron asiento, parecían estar buscando algo. Uno de ellos sacó un bolígrafo.

Aurora- Con magia por favor.

Los soldados la miraron sin entender.

Aurora- Debéis visualizar la marca de vuestro espíritu, cada vez que liberáis magia sobre un objeto se ilumina un diseño muy concreto. Ese es el signo que debéis hacer aparecer sobre la cartulina. Podéis levantaros e invocar una vez a vuestros espíritus para quedaros con el signo y luego tratad de liberar magia para pasarlo al papel.

>>Por lo general ver el signo es complicado, de ahí la dificultad, no os frustréis si no os sale ni a la primera ni a la quinta. Ya os he dicho que de normal lleva un par de meses.

El dragón se hizo más pequeño hasta tener el tamaño adecuado para enroscarse en su torso, descansaba su barbilla en el hombro derecho de su invocadora.

Los soldados se dispersaron, invocaron a sus espíritus. Utilizaban una cantidad desmedida de magia y no prestaban atención al objeto de invocación. Aurora se llevó las manos a la cara mientras el dragón reía y se burlaba de los soldados.

Aurora los volvió a reunir frente al pizarrón, pasaron los siguientes cinco días trabajando únicamente en el flujo de magia. Les costó pillarle el truco puesto que, hasta la fecha, y como todo el mundo, lo habían estado haciendo por inercia. Controlarlo a voluntad era tremendamente más complicado.

Sus alumnos sentían que el tiempo se les echaba encima y la frustración era cada vez mayor, sin embargo, seguían entrenando diligentemente.

El dragón se empeñaba en estar presente, se divertía muchísimo viendo fracasar a aquellos que se habían reído de su invocadora.

Sus alumnos no eran los únicos que sentían la frustración. 

AlguizWhere stories live. Discover now