Jack POV
Después de contarle todo al señor Parks; nos dirigimos a arreglarnos.
Es la hora de salir y salvarle el precioso trasero de mi mejor amigo.
El señor Parks, dijo que haría abrir de nuevo el caso, por más que doliera, pero también le dije que Lydia no lo supiera, eso le haría mucho daño. Tal vez se lo cuente después, solo tal vez.
—¿Y entonces, yo en qué posición estoy?—dice Liam viendo su reflejo en el espejo
—En la sesenta y nueve bastardo—digo
Todos soltamos a reírnos.
—Va, en serio, estás en la cuarta. Carlos y los agentes los esperan abajo, tengan mucho cuidado chicos, ahora es cuando nos separamos—toma nuestros hombros y nos sonríen—Los quiero
Salimos enseguida, las chicas están listas también. Ellas se quedarán en la camioneta blindada, mientras observan desde el aire por medio de unos drones los movimientos de los otros.
El lugar es enorme, hay muchas paredes que por la oscuridad se ven negras.
—Por dónde está Jackson, no hay nadie—dice Melanie—Puedes avanzar sin problema, cambio y fuera
Camino rápidamente mientras llevo en mis manos un arma.
¿En dónde tendrán a Travis?.
De repente escucho unos pasos e inmediatamente me escondo detrás de unos enorme tanques.
—¿Crees que nos aumente el sueldo si hacemos que su hijo confiese que ella aún sigue viva?
—¿Acaso estás idiota?, todos saben que ella murió
Aprieto mis labios. Están hablando de Travis y Abby, en definitiva.
—Lo dudo
—Dylan lo confirmó René, ella murió
—Bien, cómo quieras
Se estacionan dando la espalda a los tanques, oportunidad que aprovecho para golpearlos a cada uno para dejarlos inconscientes.
Por fortuna Ryan nos enseñó como dejar inconsciente a alguien.
—Necesito apoyo—digo—Hay dos hombres inconscientes y temo que se levantarán pronto
—Ya va para allá Ramón, Maicol y Esteban, el último irá contigo—dice Ryan
Después de unos minutos aparecen los hombres, dos de ellos se llevan a aquellos hombres mientras Esteban se va conmigo.
—¿Por dónde comenzamos?
—Buscando a Travis—digo
Nos adentramos a una bodega, en dónde hay muchas cajas de madera.
—Aguarda—me detiene el hombre—Hay uno de vigilia—apunta
—¿Qué haces?
—Lo mataré, si no lo hago, seremos nosotros
—Despertarás a los demás
—Tengo silenciador, no hay bronca—sonríe, apunta y dispara
El hombre cae inmediatamente y ambos salimos corriendo en direcciona éste. No hay nadie, subimos unas largas escaleras y al terminar se hace presente una enorme puerta.
—Está cerrada, volveré a revisar al hombre—dice Esteban bajando a zancadas
Esto se está haciendo muy fácil.
