스물 아홉

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Jungkook había olvidado el tema de esas codiciosas Venks, tal vez porque ha tenido en mente el feliz futuro que tendirá con Eunji, pero para tener una tranquila vida junto a ella, debía exterminarlas lo antes posible.

- Debemos proteger a Eunji, por su lesión no está capacitada para hacerles frente aún y será a quien querrán llevarse primero- Mencionó aún serio y Jungkook sintió algo en su interior que no supo cómo describirlo, pero fue algo completamente desagradable.

- De acuerdo, entonces, cuál es el plan, señor?- Preguntó Namjoon.

- Ustedes por ahora nada en especial, primero se encargarán de finalizar el entrenamiento de los chicos y la próxima semana los asignaremos a ciertas zonas del pueblo para que las cuiden, luego de eso ustedes me ayudarán a buscarlas- Suspiró relajadamente- Si salen de noche estos días por favor estén alerta, a ellas les gusta atacar a oscuras.

Todos asintieron y volvieron a sus asuntos.

A pesar de la advertencia del señor Lee, se sentía un ambiente ameno, donde no se sentía algo desagradable, al contrario. Claramente era por la noticia que Jungkook les había dado, si bien algunos estaban nerviosos por tener que ser parte de un consejo en donde de tomarán importantes decisiones que involucran a su ciudad, ese tema pasaba a un segundo plano al recordar que Jungkook y Eunji se casarían.

Paso el tiempo del entrenamiento y el castaño iba feliz a su casa, estaba emocionado porque conocería a la familia de su hermano, más si presentaría a su ahorque, prometida.

Llegando a casa, se encontró a una Eunji quien dormía tumbada completamente en el sofá y con una manta cubriéndola hasta la cadera. Sintió algo en su pecho una vez la vio con los ojos cerrados, recuerdos de unos días atrás vinieron a él, de aquello que para él fue casi una pesadilla y se estremeció. Se acercó hasta ella y se sentó en el suelo para apreciarla de una mejor manera. Había un mechón rubio de su cabello que estorbaba la vista de su rostro, lo apartó y vio como ella se retorció un poco, pero volvió a su respiración tranquila. Jungkook le causó gracia y ternura esa reacción. Él era un chico muy afortunado, eso pensaba mientras sus ojos se deleitaban viendo a su prometida.

- Eunji, despierta- Susurró el castaño quién tenía su brazo apoyado en el sofá y su mentón descansaba en él.

Acarició su cabello sintiendo que Eunji contagiaba ese relajo que ella tenía y si no paraba en ese momento, iba a a quedarse dormido.

- Cielo, debemos irnos- Ahora comenzó a menear su brazo suavemente para poder efectivamente despertarla.

La chica comenzó a abrir débilmente sus ojos, se encontró a su bello chico mirándola con esos hermosos orbes marrones y ese brillo que tanto amaba. La conexión que ambos tenían al verse no podían explicarla con palabras, lo sentían tan especial y mágico que tampoco lo querían compartir con todos, sentían que no muchos lo entenderían.

- Vas a tener que pensar en una buena forma de ponerme de buen humor, porque sabes como soy cuando me despiertan. Tienes diez segundos- Susurró jugando con él porque no podía estar molesta teniéndolo tan cerca y mientras la observaba de esa forma, con ese amor que solo él podía transmitirle- nueve, ocho, siete... vamos, piensa, se te acaba el tiempo.

- Si te digo que te amo infinitamente, podría cambiar ese humor?- Pregunto acariciando su mejilla con cariño.

- Por supuesto- Sonrió mientras seguía concentrándose en él y su mirada.

- Te amo- Se acercó aún más para poder besar delicadamente sus labios.

[...]

Jungkook caminaban lentamente con su mano entrelazada con la de Eunji hasta la casa de su hermano, la dirección la tenía en un papel que Jungseok le había entregado antes de irse.

Ice That Burns •jjk•Место, где живут истории. Откройте их для себя