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Flores de color azul creaban dentro de una buena imaginación un panorama idílico del mar. El intenso color distinguía a Calcedonia como el reino de la interminable creatividad y de la expresión.

Para los habitantes era muy importante tener amuletos y collares con una piedra madre que llevara ese distinguido azul intenso, lo utilizaban como protección. Todos, incluidos los reyes y el príncipe; que desde su nacimiento llevaba aquel obsequio de sumo valor.

El Solsticio de Invierno no tardaba en tomar lugar, pero eso no evitaba que el pequeño de 7 años se divirtiera entre las hojas que caían con un leve púrpura en los bordes.

Saltaba, pisaba las hojas secas y estás tronaban bajo sus zapatos como galletas muy bien tostadas.

Choi Hyun como cada tarde lo acompañaba, y apreciaba cada sonrisa y asombro que daba Jimin al perderse en los encantos de la naturaleza incomparable que tenía únicamente su reino.

ㅡMami ¿Yo puedo montar un caballo como lo hacen esos hombres? ㅡPreguntó repentinamente al mirar a la lejanía y ver como se acercaban unos soldados a toda prisa sobre sus caballos.

Choi Hyun se desesperó y tomó de la mano a Jimin, asustándolo, consumando su paz.

Tapó su boca mientras corrían apresuradamente y se escondían en el bosque que se hallaba muy cercano para suerte de ambos.

Ahora todo era una desesperación bañada en los latidos intensos de sus corazones.

Jimin escuchaba claramente como su pecho palpitaba sin control y advertía con explotar en cualquier momento. Sentía el peligro.

ㅡ¿Por qué estamos corriendo?

Choi Hyun le pidió silencio, mirando con el rabillo de su ojo a la zona no muy lejana.

Entonces se escuchó un estruendo, acompañado de pasos repetidos que remecieron a toda velocidad sobre la tierra, lavantando una ola de polvo.

Jimin toció, no veía nada, la tierra se había introducido en uno de sus ojitos. Con sus manos intentó limpiarse.

ㅡQuiero que te quedes aquí, quieto ㅡChoi Hyun le dio su osito favorito ㅡNo te asustes cariño. Todo pasará, yo volveré por tí ㅡBesó su frente.

El omega abrió sus ojos con dificultad y la retuvo del brazo.

ㅡ¡Mamá, no me dejes! ㅡSe aferró a su pierna derecha ㅡ¡Por favor! ㅡSus lágrimas eran incesantes, pero a pesar de ello la reina se mantuvo recia y fingió que no se le rompía el corazón al dejar a su cachorro casi a la deriva.

ㅡHe dicho que no ㅡFue tajante y Jimin se hizo bolita sin agregar más.

El rostro de su madre había sido una figura tan molesta y desagradable, llena de furia en los ojos, era la primera vez que la veía así y le causó escalofríos.

Choi Hyun apresuró su paso y cuando tomó impulso logró derribar algunos árboles por la velocidad que emitía, al pasar sobre una roca se convirtió en lobo, dejándose caer sobre el cuerpo de un atacante.

Jimin se concentró y activó sus sentidos. Se detuvo un instante cuando escuchó una espada muy cercana a donde él se encontraba escondido. Sus manos sudaban del nerviosismo, su respiración era errática  ¿Qué debía hacer?

Un hombre de traje negro con bordes verdes en la finura de su traje, caminó delante de él, sin percibirlo en el ambiente puesto que Jimin había comenzado a picar bajo la protección de un tronco algunas hojas frescas. Su instinto le había indicado qué hacer ante tal situación de peligro. Su aroma de infante no era tan fuerte como el de los adultos y lograba confundirse con éxito en el ambiente.

El aire llegó a sus pulmones cuando aquel hombre desconocido se fue, su sangre volvió a correr por sus venas.

Pero su pesadilla no acababa. Un lobo aulló bajo la Luna llena que daba la cara con una luz intensa y cegadora. Jimin intentó mirarla pero le fue tan difícil apreciar el espectáculo natural.

Su cuerpo dolió, era como si alguien estuviera desgarrando su piel y rompiendo sus huesos. Se retorció. El aroma de la sangre era cercano, algo le decía que su madre no estaba bien.

Miró en el alrededor tétrico del bosque, lo único que alcanzó a diferenciar lejos de los árboles caídos fueron las siluetas en conjunto de los soldados regresando por donde habían venido.

Pero ya no eran humanos, eran lobos. Lobos heridos llevados en el hocico por otros lobos a una velocidad indescriptible.

Viví el terror y sólo cerré mis ojos, esperando que me quitasen la vida, pero esto no ocurrió.

La imperfección de amarte Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon