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Cuando las puertas principales fueron cerradas dando la señal de que Eun Ra y Kyo Mun habían dejado palacio, el menor sin cavilar tomó las manos de el alfa y lo llevó a donde descansaba el ave que ambos habían rescatado. Jimin sabía que era una gran preocupación para Yoongi, y darle la oportunidad de que pueda presenciar su mejoría era reconfortante.

El viento percutía fuerte, arremetiendo contra los enormes ventanales, moviendo con ritmo unos pequeños adornos que el omega tenía en la parte superior de la entrada. Adornos que Yoongi no dejaba de mirar.

ㅡ¿Piensas? ㅡRompió Jimin el silencio instaurado.

ㅡ¿Y qué hacemos si nos ven? Es tu habitación
ㅡJugó con sus dedos, realmente no planeaba ni sentarse, Jimin lo llamaba para que se sentara a su lado, pero no era un orate. Era como pecar que un campesino permaneciera bonancible y laxo dentro de palacio, peor si se trataba de la habitación del príncipe.

ㅡYoongi siéntate, no te he traído para que me mires como un soldado. Te dije que quiero que seas mi amigo y los amigos se juegan, sonríen y abrazan ¿No? ㅡEl alfa asintió nervioso ㅡEntonces ¿Qué te detiene?

Los colores naranjas fueron pintando el cielo que se veía tal cual un cuadro de pintura a través del balcón.

ㅡEspera, no me respondas aún ㅡBajó de su cama y tomó un incienso junto con una vela de color azul; su color preferido. Los llevó entre las manos, agregando por último una cajita de fósforos.

Yoongi lo siguió intrigado.

ㅡ¿Qué harás?

ㅡPediré un deseo ㅡSacó un palillo y lo acercó a la mecha, satisfactoriamente prendiéndola.

La vela emitía una llama ligera y el aroma del incienso brotó dejando espirales en el ambiente a través del humo.

Observó rápidamente a Yoongi de reojo y cerró sus fanales.

ㅡ¿Qué has deseado?

ㅡEso no te lo puedo decir, no quiero perder lo que deseé.

ㅡ¿Siempre haces esto? ㅡCurioso regresó por un palillo aromático.

ㅡSí, se hizo una costumbre para mí. Me gusta además el aroma que se impregna.
ㅡPuedes pedir uno si deseas, toma ㅡLe brindó los fósforos.

Tomó una bocanada de aire profundamente a medida que pasaba el fósforo y lo prendía, la llamarada iluminó su rostro pálido. Cuando se posicionó correctamente, su deseo ya había sido lanzado.

La palabra lujo en cada lugar lo asombraba, pero algo que era mejor que la riqueza, era descubrir que el príncipe que vio cuando era un pequeño recién nacido, parecía haber crecido realmente con buenos sentimientos.

ㅡNo te preguntaré nada sobre lo que deseaste, quiero que se cumpla al igual que el mío ㅡLe sonrió ㅡY bueno ¿En qué nos quedamos? Ah sí, responde ㅡEl joven alfa lo miró confundido ㅡYa lo olvidaste ㅡRió ㅡNo importa, me alegra ver que ya puedes conversar conmigo de forma relajada.

Los débiles rayos del sol entre nubes grises se convertían en púrpura y azul.

Yoongi se arrodilló evitando chocar con los cojines o ensuciar la alfombra. Le gustaba el olor que inundaba una de las almohadas del omega, olía tan fuerte que lo embriagaba.

El menor se acercó hasta abrir lo que parecía ser un baúl enorme, del interior empezó a sacar muchos juguetes y peluches. Los tomó y se los dio a Yoongi.

ㅡ¡Espera! Don Pelusas no puede faltar ㅡEl nombre del peluche especial de Jimin hizo reír mucho al alfa
ㅡ¿Escuchas eso? Se está riendo de tu nombre Don Pelusas. Merece ser castigado ㅡHablaba con el oso
ㅡ¿Qué dices? ¿Guerra de cosquillas? Me parece una gran idea, vamos al ataque.

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⏰ Last updated: Jul 07, 2020 ⏰

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La imperfección de amarte Where stories live. Discover now