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Allison:

—¿Vas a decirme que ocurrió?.—Me interroga Karen.—Esta vez no te he encontrado con esa aura de felicidad.

—¿Aura de felicidad?

Ella mantiene su actitud seria.—¿Te hizo algo el doctor ese?

Ahora es el doctor ese.

—¿Eres bruja acaso?

Ella señala mi cuello.—Fácil adivinarlo cuando no llevas el collar.

Me lo quite después de ese día y lo guarde, verlo solo me lastimaba, todo lo que me recordaba a Jhonathan terminaba lastimándome.

—Allison..

Es el doctor Finn.

—Lamento interrumpir, pero vengo a medir el pulso.

Asiento con la cabeza.

—Esto no queda aquí, vas a contarme todo la próxima vez.

—Vale, vale, Karen.











(*)










—Por más que me agrada que me prefieras como doctor, no puedo evitar pensar que hay algo más.—Me dice el doctor Finn.—Y tiene que ver con la llamada que me hiciste.

Bajo la mirada.

—Y tus ojos tristes.

Regreso mis ojos a él.

—Lo lamento, doctor, lamento haberlo usado como excusa.

—Así que es eso.—Sigue.—¿El doctor Rusell?

Aprieto los labios.

—Si sirve de algo hubiera deseado no involucrarme con él jamás.

El doctor Finn me observa en silencio, sabe muy bien lo incorrecto que ha sido de ambas partes, pero aun así no dice nada relacionado a reprocharme.

Y estoy agradecida por eso.











Jhonathan:

—Stefany Morgan, Mujer joven de 26 años, contusión en el pulmón derecho.—Nos indica uno de los paramédicos.—Necesita Cirugía.

Ellos dicen un par de cosas más personales del paciente, pero solo una llama mi atención, algo importante que se debe anunciar ya sea si el paciente sufre complicaciones y en el pero de los casos, si muere.

Y ojala no lo hubiera escuchado.

La trasladamos al quirófano y le colocan un respirador de camino hacia ahí.

Actuamos enseguida y esta vez estoy a cargo de la cirugía mientras Marcus está asistiendo conmigo.

La cirugía empieza con un estimado de 2 horas y termina durando casi las 7 horas, 7 horas de trabajo que en el último minuto, la paciente se complica.

—Stefany...

Su pulso se va.

Joder...

—Stephany, quédate conmigo.—Le pido, ella no reacciona.

Mierda..

Observo la maquina preocupado.

—Jhonathan.—Escucho a Marcus detrás de mí.

Espero un segundo creyendo que se estabilizara, pero al final.

Marcus me ordena.—Reanímala.

—Desfibrilador, primera carga.

Ordeno la carga y los asistentes lo preparan enseguida, me entregan las dos palas, cojo una en cada mano y me acerco para soltar la primera carga.

—Esta lista.

Peor no lo hago, me detengo.

Me quedo inmóvil.

Observo a aquella mujer tirada sobre la cama de emergencia, con los ojos cerrados y una sola cosa viene a mi mente.

Corrección.

Solo ella.

Allison..

—¿Jhonathan?

—¿Qué está esperando?.—Oigo los murmullos.

—¿Por qué no la reanima?

Allison esta primera en la lista de espera de trasplante.

Si ella obtiene un corazón.

Si ella tiene este corazón, ella..

Allison necesita un corazón.

—¡Doctor Rusell!

—¡Jhonathan!.—Me grita Marcus volviéndome a la realidad.—¿Qué rayos estás haciendo?¡Que la reanimes!

Incluso cuando ya escuche y ya estoy aquí, no se mueven, mis manos no se mueven y la línea de vida de Stefany Morgan esta recta.

—¡Maldita sea!.—Me grita Marcus.

Me quita las dos paletas y el mismo la reanima.

Sorprendido por mí actuar retrocedo y con la vista de todos en la habitación, salgo.

Salgo y me quedo de pie afuera de esta.

Observo mis manos y la garganta se me aprieta.

¿Qué acabo de hacer?


"Y porque soy médico.Porque soy un jodido médico no pondría la vida de ningún paciente por encima de otro, ni siquiera a Allison"


He hecho todo lo contrario, he ido en contra de mi ética como médico y he estado a punto de cometer algo imperdonable.

Yo iba a hacerlo..

Realmente iba a dejarla morir.

Solo por  Allison, iba a dejar morir un paciente solo para darle su corazón a ella.






Hola...

A Jhonathan no le importo arriesgar a otro paciente con tal de mantener viva a Allison, un error que le costara caro y traerá consecuencias.

Les dije que Jhonathan era todo lo contrario a Miles y me refería exclusivamente a esta escena.

Nos leemos.

>>Yiemir.

Con Cada latidoWhere stories live. Discover now