Capítulo 2: Que pase el siguiente

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Capítulo dos: Que pase el siguiente.

Para Remus Lupin aún es un misterio el que haya terminado aceptando el estúpido plan de Sirius. Quiere creer que es porque el infeliz sólo de faltó seguirle hasta el baño –y que estuvo a punto- pero otras veces ya había lidiado con un muy insistente Sirius Black y había logrado que no se saliese con la suya.

Mira al espejo que tiene en frente y que refleja, según él, su poca agraciada figura. No lleva más que un simple suéter oscuro y unos pantalones de jeans que había accedido a vestirse después de que sus amigos le insistieran en que no podía ir con el uniforme, sin embargo, recalcó que no aceptaría más sugerencias sobre su ropa. 

Sus ojos pasan fugazmente sobre su cabello y se detienen finalmente sobre el reflejo de Sirius y James tras él. Ambos sonriendo de oreja a oreja, cual padres orgullosos por los logros de su hijo. Remus debe admitir que le hace gracia.

James se le acerca y le da un par de palmadas en la espalda.

—Sabes, Lunático, creo que no serán necesarias las otras citas. El tío que te está esperando es para ti. Yo lo escogí.

—Lo escogimos los dos, James. –salta Peter desde su cama.

James se gira hacia él.

—Lo escogí yo, Pete. Te pregunté ¿Qué tal ese que va ahí? Y tú dijiste mmmmh. Y yo pues Ese es, definitivamente.

—Veo que hicieron un gran estudio antes de escogerlo...-comenta Remus.

—Que mentirosos. –exclama Sirius. —Yo los seleccioné así que eso cuenta como si yo lo hubiese escogido.

Remus se sienta sobre la cama junto a Peter y observa la discusión que empiezan sus amigos. Cada palabra que salía de la boca de ellos el licántropo las oía como un "No vayas, Remus, no. Es una mala idea y luego te arrepentirás". Joder. Seguro se arrepentiría, en cuanto Sirius la comentó sabía que era mala, pero de todas formas ahí estaba él, sin saber por qué había aceptado, lamentándose por haberlo hecho y lamentándose, obviamente, por no aprovechar la oportuna discusión para salir sigilosamente de la habitación y perderse de vista por unas cuantas horas.

—Bien, bien, bien. No importa si fui yo él que la escogió, lo que importa es que Remus encuentre un novio ahora. –opina Sirius. James parece a punto de protestar pero se da cuenta de que es inútil seguir con el asunto así que lo deja y mira hacia él.

—¿Estás listo, Lunático? –pregunta James.

—No. No sé por qué acepte, no sé en qué me metí y no quiero continuar con esto. ¿Podemos dejarlo?

James, Sirius y Peter intercambian una mirada pero es Sirius quien mueve la mano restándole importancia.

—Sólo estás nervioso, Lupin.

—Creo que asustado define mucho mejor como me siento, y no del chico que escogieron tan meticulosamente sino de lo que ustedes prepararon para que lo vea.

—No seas desconfiado –Sirius le pasa el brazo por los hombros. —Y ahora vamos que es la hora. Colagusano ¿Tienes listo los fuegos artificiales?

—¿¡LOS QUÉ!? –pregunta el hombre lobo parando en seco.

—Es broma, Lunático, es broma. –Le asegura. Remus se lo hubiese creído de no haber visto a James haciéndole una señal disimulada a Peter para que se detuviera.

—Vamos, tu cita te espera.

***

Un par de horas más tarde, cuando ya apenas había luz del sol y la sala común ya estaba iluminada por las velas y el resplandor de la chimenea, Remus atraviesa el retrato de la Dama Gorda y no tarda en ver a sus amigos reunidos en unas butacas.

Los tres, atentos a su llegada, se incorporan de un salto y atropelladamente se acercan hacia él, demasiados curiosos para saber cómo había resultado el plan que se habían montado.

Su cita, afortunadamente, había consistido en un paseo alrededor del lago mientras bebían chocolate caliente y charlaban, principalmente de las cosas del colegio y es que:

—No había mucho de qué hablar, pero no ha estado mal.

Sirius resopla.

—¿Y quién dice que es necesario hablar? Podrían haber empezado por besarse. Es lo que uno hace en la citas ¿no? –le dice.

James rueda los ojos y Peter asiente medianamente convencido.

—Pero fuera de eso ¿Qué te ha parecido? ¿Te ha caído bien? ¿Te ha gustado? –pregunta Potter.

—Hablan de él como si no lo conociese de nada... Pero si mal no recuerdo, a principio del curso tuve que hacer pareja con él en pociones. –responde, pensativo.

—¿Pero te gustaría salir con él? –insiste.

Remus se sienta en una de las butacas en las que se encontraban sus amigos y menea negativamente la cabeza.

—No hablamos mucho y no creo que yo sea su tipo, así que no.

—¿Y por qué no dijo que no estaba interesado en ti antes de la cita? –pregunta Sirius, molesto. Tachando, seguramente, su nombre en el pergamino.

—Ya estaba acordada la cita, se supone que él no sabía quién era yo, y el chocolate caliente venía con la cita... nadie desperdicia chocolate caliente –razona Remus.

—Habría sido descortés que se hubiese llevado el chocolate caliente y dejara a Remus solo ¿no? –opina Peter.

—Pero... ¿Te invitó a salir de nuevo? –pregunta James

—Mencionó que esperaba que se repitiera, pero creo que fue, como dice Peter, cortesía... -responde. Sirius frunce el ceño.

—Cortesía mis huevos –masculla.

—Quiso intentarlo y luego no quiso que se sintiese mal. A Remus tampoco le ha gustado ¿no es así? –dice James, Remus asiente.

—Bien, Remus, creo que su actitud lo ha dicho todo. –comenta Sirius analizando nuevamente su pergamino —Poco serio y muy adicto al chocolate...  lo que sería un problema porque tendrían muchas discusiones sobre quién se comió el último trozo que guardas en tu baúl, esta vez no fui yo por cierto, así que está totalmente descartado.

—Veo que mi opinión es lo que menos importa sobre mi supuesto futuro novio...

Los tres le ignoran y se juntan para mirar el papel que tenía Sirius entre las manos. Se susurran unas cuantas palabras entre los tres y luego de unos cuantos si y unos cuantos no con la cabeza, se vuelven hacia él.

—Bien, Remus... dada la fructífera retroalimentación que hemos recibido de tu parte sobre esta primera cita, hemos seleccionado al siguiente candidato –informa James, con una solemnidad digna del discurso de fin de año. —Sirius, por favor ¿Haces los honores?

—Chicos, recuerden no decir el nombre... es una cita a ciegas –les recuerda Peter.

—Gracias, Colagusano –le dice Sirius, con la misma ceremoniosa formalidad empleada por James —Remus, el siguiente es el otro Hufflepuff. Y tu cita será en el campo de quidditch.

—Canuto, hay que verificar que ningún equipo haya reservado el campo.

—Gracias, James –dice Sirius con una inclinación de cabeza —Remus, el siguiente –repite —Es el otro Hufflepuff y la cita será, hasta el momento, en el campo de quidditch.

***

¡Hola! Espero les guste el capítulo ñ.ñ Cualquier sugerencia y/o crítica constructiva es bien recibida.

Nos leemos el lunes!

Tengan un buen finde y espero que ustedes y sus familias estén bien!

-Elie

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