Capítulo 8: Los planes, a veces, solo dan esperanza

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Capítulo ocho: Los planes, a veces, solo dan esperanzas.

Remus baja las escaleras esperando encontrarse con sus amigos en el Gran Comedor. El banquete estaba por comenzar y a Sirius no le habían visto ni la punta de la nariz hace varias horas. Cuando le comentó a James que quizás algo planeaba, James solo sonrío con complicidad y le aseguró que se sorprendería. Así que Remus no le hizo demasiado caso, porque si no sabía qué travesura estaba tramando entonces no tendría nada que ver con el castigo que le pondrían. Si es que se podía castigar a alguien cuando quedaba menos de un día para dejar el colegio.

En el último escalón del segundo piso ve a su amigo Adley sentado, leyendo un pergamino.

—Hola, Adley ¿No vas al banquete? -pregunta, cuando llega junto a él.

—Sí, voy luego. Leía una carta de mis padres –le comenta. —Son inefables, y no podrán recibirme mañana así que me tendré que hospedar en el Caldero Chorreante hasta el domingo.

—Lo siento.

—Gracias, pero no tengo problema con eso.

Remus le sonríe y se va a despedir para seguir con su camino pero Adley se incorpora y se le acerca.

—Remus ¿Puedo hablar contigo? –le pregunta y el aludido asiente.

—Ten en primer lugar te devolveré "El retrato de Dorian Gray" porque de verdad puedo comprarlo –Remus lo recibe —Y quiero confesarte que eres una de las personas que más me agrada de Hogwarts –le sonríe —pero quería disculparme contigo por como me he comportado. No planeaba incomodarte ni mucho menos a tus amigos.

—¿Por qué lo dices? –pregunta Remus, confundido.

—Bueno, es que quizás he estado pasando demasiado tiempo contigo. –le sonríe sin gracia —Este año que viene prometo no atosigarte demasiado.

—No lo haces, Adley, tranquilo.

—Bien, pero de todas formas lo haré, dile a Sirius que mantendré mi palabra. –el Ravenclaw hace ademán de alejarse y Remus más confundido que cuando intenta descifrar la letra de Peter, estira el brazo hasta tocar el hombro del menor.

—¿Qué palabra?

—Bueno. Lo que pasa es que hoy después de almuerzo me lo he encontrado en el baño y hemos hablado.

—¿Ah, si? ¿De qué?

—Bueno, de que nosotros somos amigos. –Suspira, como si le costara hablar —Se nota que Sirius es muy cercano a ustedes y se preocupa bastante –Remus asiente. —Y me ha pedido, bueno creo que es mejor que no nos veamos tan seguido.

Remus frunce el ceño, sabiendo de antemano que por mucho que a Sirius le desagrade Adley no iría con él a decirle que se alejara o algo por el estilo. No. Sirius no era así. Sería insoportable con el pobre cuando estuviese cerca, pero hasta Sirius sabía que había un límite, una línea que no se puede cruzar porque si se hace las cosas entonces se desmoronan.

—¿Qué te ha dicho?

—Oh, nada malo, en serio. Sólo que me ha pedido que no los siga a todas partes, que ustedes son un grupo y yo... bueno. Tiene razón –suspira —Por favor no le digas que te he dicho.

Remus chasquea la lengua. No cree a Sirius capaz algo así, pero una parte de él lo pone en duda.

—Además, ha mencionado lo de las citas... algo de que como no funcionó conmigo que quizás tu quieres seguir teniéndolas y yo solo estoy entorpeciendo.

—Sí, sí. Lo siento por eso Adley. Hablaré con Sirius.

—No lo hagas, por favor.

—No pasará nada.

Le dice y luego se despide de Adley, helado.

No, Sirius no haría algo así... pero también suena mucho a él, con esa innecesaria necesidad de meterse en donde no lo llaman. Ladrando a todos quienes pretendan acercarse un poco a ellos. Pero Remus lo conoce demasiado para creer lo que dice Adley así como así. Debe ser que el chico lo ha entendido mal.

Justo cuando llega a la primera planta ve a lo lejos a sus amigos. Apura el paso. Tenía que asegurarse de que no había pasado lo que Adley le aseguraba.

—Sirius –lo llama. Los tres voltean.

—Remus, te buscábamos.

—Y yo a ustedes. –responde, sonríe a penas a James y a Peter y luego sus ojos buscan los de Sirius —¿Podemos hablar?

—Claro, vamos a comer que mi estómago tiene un hechizo expansible. Por más comida que le meta no se llena –bromea, pero Remus se queda en el lugar.

—En privado, un momento.

—¿De qué van a hablar? –pregunta Peter, pero James abre mucho los ojos y le tira de la túnica.

—Déjalos, Pete. Vamos a ver si hay pastel de carne, que las tripas me suenan.

—¿Qué ocurre, Remus? –le pregunta, evita su mirada. A Remus se le acelera el corazón.

—¿Tu y Adley han hablado? -pregunta, intentando sonar casual.

—Aaah, si –dice chasqueando la lengua. —Me lo encontré en el baño. ¿Te contó?

—Recién –Remus suspira.

—Me ha contado lo del Caldero Chorreante y eso.

—¿Y eso qué?

—Pues, nada más, lunático. ¿Qué más quiere que le diga? Si crees que voy a tomar el té con él así tan fácil no te creas. No lo conozco bien.

Entonces Remus lo entiende. Adley le decía la verdad. Sirius le pidió que se alejara un poco. Remus siente una punzada de dolor.

—Sirius ¿Por qué tienes que meterte tanto en mi vida? No te entrometas.

—No me estoy entrometiendo –dice ofendido —No le dicho nada más que la verdad. Adelante. Ustedes disfruten.

—Bien.

—Bien. Me voy a cenar.

—Voy al baño primero.

Sirius se aleja y Remus se queda en el lugar. Definitivamente, a veces no entendía a su amigo.

***

Gracias a todos por leer!

Espero les haya gustado el cap!

Nos leemos!! El fic ya va a terminar jiji

Tengan una hermosa semana!

=Elie


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