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Los siguientes días que tenemos de viaje, la pasamos en la playa más que todo, y visitando lugares turísticos de la ciudad. También disfrutamos mucho de la comida que nos ofrece el lugar y por supuesto, bailamos como nunca.

El estar aquí seis días nos ha vuelto muy morochos: es exactamente el bronceado que estaba buscando.

El haber pasado tiempo aquí nos hizo dar cuenta lo poco que conocíamos el uno del otro antes de este viaje. En estos días me di cuenta que él siempre comienza a vestirse de abajo hacia arriba, y que no le gusta las cosas amargas. También me di cuenta que cuando comienza a anochecer, sus ojos le arden por la luz del sol. Otra cosa interesante sobre él es que tiene una tendencia a quedarse dormido demasiado pronto y que su sueño es bastante ligero. Además, a veces habla dormido.

Lo que más me gustó conocer de él es que cuando está comiendo en público, siempre frunce un poco el ceño. Dice que es un tic que tiene desde pequeño, y a decir verdad lo hace ver adorable.

Es un apasionado por la playa: no podía estar más de media hora en la arena disfrutando únicamente del sol, tenía que entrar al agua sí o sí.

Un día después de haber ido al cristo, una muchacha, en un intento de que Andrew le prestase atención (yo estaba lejos, observando todo) trató de chocarlo, pero sus enormes uñas le rascaron la espalda al no controlar la gravedad de su cuerpo; le causó una herida en la espalda. Como la chica celosa que soy, fui a decirle unas cosas no muy amigables a la chica, insinuando que es una... bueno, que es una chica poco decente. Ella muy avergonzada se fue y yo no me separé en todo el día de mi profesor de literatura.

Papá y mamá me llamaron todos los días y Mateo me escribió con frecuencia. Yo les mandé contenta las fotografías que me sacaba en los lugares turísticos y con las personas de acá. Los tres me recalcaron que querían que les lleve "Cachaca" un trago original de acá.

Compré mucha ropa y muchos regalos para entregar a las personas que quiero. También me compré alguna que otra prenda de ropa y mi más preciada adquisición: un ukelele que me regalaron las personas con las que bailé el primer día aquí. Nos encontramos un día al cenar y me regalaron ese ukelele, como recuerdo de nuestro viaje.

Por lo demás, la gente nos trató muy bien y nos hicieron bailar demasiado cuando íbamos por las noches a pubs.

Lastimosamente los cuentos de hadas se terminan, y ahora nos encontramos ambos a las siete de la noche del seis de enero en el aeropuerto, esperando nuestro vuelo de regreso.

El pensar que ahora volveremos a nuestro mundo verdadero... donde tendremos que ocultarnos nuevamente me enoje que corazón, y me hace querer nunca irme de aquí, y quedarme para siempre con Andrew.

Una lágrima sale de mi ojo y me apresuro en limpiarla, pero por alguna extraña razón, Andrew siempre me está mirando cuando voy a llorar.

- ¿Qué te sucede, pequeña?- pregunta, atrayéndome hacia él.

- Nada es solo que....

No se si decírselo, pero se lo diga o no, mi cuerpo reacciona y ahora las lágrimas comienzan a salir sin control. Peter me acerca hacia él y me abraza con fuerza y cariño.

- Dime lo que tienes- su voz es dulce y comprensiva.

- Tengo miedo de que cuando volvamos, después de esto, te des cuenta lo aburrido que es estar conmigo ocultados en tu apartamento nuevamente- un sollozo sale de mí-. Este viaje fue perfecto, Andrew, perfecto y yo... yo no quiero irme.

- No me importa volver a ocultarme contigo, Ana- me limpia las lágrimas con sus pulgares-. Te amo. Y te amo ocultándonos y saliendo a la luz, te amo cuando estás en la playa y cuando estás en el sofá de mi casa. Eso no cambiará.

Lo quiero todo de ti.Where stories live. Discover now