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No estoy feliz. Estoy preocupada, angustiada, estresada, ansiosa. Pasó un mes de mi cumpleaños. Los días posteriores a este, fueron especiales; Andrew y yo pasábamos mucho tiempo juntos, más de lo normal. Mateo cumplió 18 dos semanas después que yo e hizo una fiesta increíble. Snow está un poco más grande y mucho más gordo, y con Carmen visitamos a Ed Sheeran que nos trató demasiado bien y nos cantó canciones con su preciosa guitarra. En realidad, las primeras dos semanas posteriores a mi cumpleaños, fueron increíbles.

Pero a la semana número tres y algo cambió. Carmen y Mateo seguían siendo los mismos, Snow seguía creciendo a lo alto y a lo ancho pero, Andrew no. Andrew ha estado diferente; hay días en los que no está de humor como para entablar una conversación conmigo, y hay otros en los que no para de hablar. Hay días en los que no me mira, y otros días en los que incluso me guiña el ojo. Eso al comienzo, pero ahora, ahora es más seguido el ignorarme y tratarme... raro.

Hoy le pregunté si quería que nos reuniésemos en su departamento y solo negó su cabeza.

- Tengo cosas que hacer- fue su respuesta.

- Pero podría esperarte o...

- Hoy no, Ana.

No quería insistirle. No quería sentirme... humillada. Asentí varias veces luego de eso, y decidí irme sin despedir. Mateo está al tanto de este comportamiento ahora frecuente de mi novio; dice que tal vez tiene problemas con su familia o empleo. Pero yo sé que no es eso. Es un problema hacia mí, y cada día me duele más su trato.

¿Qué hice mal? ¿Qué ha cambiado entre nosotros? ¿Cómo de un día para el otro nuestra relación cambió tanto? No lo sé, y cada noche me formulo estas preguntas y la respuesta sigue siendo la misma: simplemente, no lo sé.

Se lo he comentado, por supuesto que lo hice. Él se niega; me dice que está bien, que lo nuestro está bien y luego de eso me abraza y me da un beso. Pero al día siguiente sigue actuando tan distante.

Ahora estoy tumbada en mi cama, esperando a que el sueño llegue a mí, formulándome una noche más las preguntas anteriores. ¿Será que encontró a otra mujer? ¿Será que se aburrió de lo nuestro? Tal vez... tal vez no quiera romper conmigo por miedo a que vaya a hacer algo en contra suya.

Mañana tenemos clases con él nuevamente y yo me pregunto si será uno de esos días en los que él me amará o no. Me pregunto si mañana despertará queriéndome. Se me forma un nudo en la garganta y las lágrimas no tardan en salir.

Siento que Snow se acerca a mí y frota su pequeña cabecita contra mi pierna.

- Gracias por estar aquí, Snow- le acaricio la peluda y rizada cabeza blanca y sonrío apenas.

- ¡Guau!

Me limpio las lágrimas y absorbo los mocos, luego me abrazo a la almohada y por fin, con las mejillas mojadas, logro dormir.


A la mañana siguiente me levanto melancólica, sin ganas de nada ni nadie. Papá se da cuenta y me pregunta que sucede.

- Nada, es solo que, estoy estresada por las universidades- no es una mentira completa. En realidad si que estoy nerviosa por los exámenes-, ya se me pasará.

- Confía en ti, Ana, lograrás todo lo que te propongas. Siempre lo haz demostrado.

- Gracias papá.

Al llegar a la escuela, Mateo me está esperando en mi casillero. En cuanto me ve, nota que algo anda mal.

Mateo es la única persona que puedo permitir que me vea llorar. Mateo sabe como consolarme. Mateo sabe darme los perfectos abrazos que me hacen sentir protegida. Mateo es esa persona, que necesito para sentirme bien.

Lo quiero todo de ti.Where stories live. Discover now