Fin

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Kongpob miró la tarjeta gruesa y brillante en su mano.

Kongpob miró la tarjeta gruesa y brillante en su mano

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A. Rojanapat. Escort alfa.

El omega mordió su labio cuando pensó en aquella noche. Pareció ser hace una década, pero fue sólo hace un año en el pasado.

Mucho había sucedido durante ese año.

Meses después de esa primera noche, Kongpob había sido marcado por Arthit. A cambio, él también marcó a Arthit. Ahora estaban unidos para siempre como alfa y omega, ahora eran pareja. Se pertenecían el uno al otro, para siempre...

Él había viajado a Europa con Arthit para visitar la familia del alfa. Sus padres y su hermana eran tan agradables que Kongpob sintió una profunda conexión con ellos de inmediato. Ellos eran omegas, justo como él. Se quedaron algunas semanas antes de regresar a Tailandia. Fue un viaje que nunca olvidaría.

Arthit también conoció a la familia de Kongpob. Al principio, cuando Kongpob les dijo a sus padres y hermanos que era gay, fue como un shock. Aunque los hombres omega tenían una probabilidad alta de ser gays, más que los alfas, les llegó como una sorpresa. El padre de Kongpob no lo tomó muy bien al principio, fue difícil de aceptar. Su hijo era omega y ahora también era gay.

Gracias al cielo, el hombre volvió a sus cinco sentidos y les dio su bendición a Arthit y Kongpob. Incluso Grey lo hizo, el mejor amigo de Kongpob. Aunque él aún decía que no le gustaba Arthit, Kongpob sabía que el chico mentía. Podía decir que Grey pensaba que Arthit era un buen chico.

Además, ¿cómo podría alguien no pensar bien del hombre? Arthit era el mejor. Él incluso ayudó a Kongpob a superar su miedo a salir de su apartamento en sus citas.

—¿Por qué prefieres no salir en una cita?

—Bueno... Lo que me sucedió en la escuela, me refiero a empapar mi ropa con mis propios fluidos, eso también sucedió mientras comía en un restaurante hace años. Así que supongo que ahora estoy un poco traumatizado.

—Lo siento, debió haber sido difícil. Tu celo, ¿no viene algo así como cada cuatro semanas?

Arthit se sentó frente a Kongpob. Estaban desayunando aunque ya eran las dos de la tarde.

—Bueno, ahora sí, pero en el pasado no lo hacía. Nunca sabía cuándo llegaría, pero también era un tonto. Ambas veces me sentí un poco extraño durante todo el día, y también pensé que me resfriaría o algo. La primera vez no fue mi culpa, pero la segunda pude haberlo sabido —explicó Kongpob.

Arthit sonrió con afecto cuando se inclinó hacia Kongpob y limpió unas migajas de sus comisuras.

—Ah, ¿estoy volviendo a comer como un cerdo?

—No, eres lindo —Arthit le mostró el hoyuelo en su mejilla.

Volvió a sentarse en su silla.

—Pero ¿y si fuera conmigo? Vayamos juntos. Si se te dificulta, nos iremos. Es sólo que no pienso que deberías evitar esto siempre. Eres tan joven, deberías salir y divertirte.

Kongpob sabía que Arthit tenía un punto.

—De acuerdo, si estás allí conmigo, supongo que puedo intentarlo.

Arthit lo tenía todo, el paquete completo, ¡era simplemente genial!

Había trabajado en el bar de Bright por casi un año entero, pero ya no podía hacerlo más. Tenía que hacer algo más. Era sólo que ese no era su tipo de trabajo.

Kongpob bajó la tarjeta con lágrimas en los ojos. Se sentía tan emocional. ¿Por qué había guardado eso? Era hora de deshacerse de él. No quería recordar más los días de escort de Arthit.

~

—¿De qué sabor?

—No importa. Sorpréndeme —Kongpob dijo al hombre que sostenía la cuchara del helado.

 Sorpréndeme —Kongpob dijo al hombre que sostenía la cuchara del helado

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Se sentó en la heladería vacía y empezó a lamer. Su lengua giró sobre el suave y dulce helado.

Sintió tantas cosas, tal vez porque su celo llegaría en dos días. Se sentía tan emocional durante estos días del mes.

—¿Estás bien? —Preguntó el hombre mientras bajaba la cuchara del helado.

—Ah, sí... Sólo estoy emocional.

Luego de un momento, Kongpob sintió dos fuertes manos abrazándolo desde atrás y un folleto estuvo frente a sus narices, sobre la barra.

—¿Estás nervioso, bebé? —Preguntó Arthit mientras sostenía fuerte a Kongpob.

—Lo siento... Es sólo que... estoy muy orgulloso de ti —dijo Kongpob con los ojos brillantes. —Ese helado es de verdad delicioso, para que lo sepas —sorbió la nariz.

Arthit rio.

—Lo sé, me lo has dicho muchas veces.

Kongpob miró alrededor. Tenían todo listo para la gran apertura. Sus familias y amigos vendrían y por supuesto también esperaban que muchos clientes vinieran al nuevo local. Mañana sería la gran apertura.

Kongpob estaba tan orgulloso.

—Te amo.

—No tanto como yo te amo a ti —dijo Arthit y mordisqueó la oreja de Kongpob.

Kongpob miró el folleto. No era negro, sino rosa esta ocasión.

 No era negro, sino rosa esta ocasión

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FIN

Una noche con el escort alfaWhere stories live. Discover now