Capítulo 9

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El suelo de todo Astaroth pareció temblar con fervor, provocando que los pesados y lujosos escombros hechos de oro del principal castillo de Tyribia cayeran alrededor de Taehyung y Ezra. Sus miradas filosas, que buscaban estudiar los movimientos del contrario se vieron también afectadas, y no tardaron en llegar soldados y una hechicera para llevar a su rey a un lugar seguro. Asimismo la mujer antes de partir no dudó en lanzar un ataque hacia Taehyung, quien por poco queda inmóvil dentro de la estancia; sin embargo, sólo terminó por caer a la primera planta del palacio, chocando duro contra el piso de diamante. En momentos así agradecía en secreto el hecho de ser en realidad un dragón y no un humano, que seguramente hubiera terminado inconsciente y con varios huesos rotos. Con un poco de esfuerzo se levantó y caminó entre los escombros hacia el exterior del lugar y encontró a cientos de pobladores de Sylwale incapaces de luchar junto al cadáver del que fue su rey a un costado. Bajó la cabeza y caminó a un lado de las personas con sus extremidades atadas, concentrándose en acabar con Ezra.

Afuera todo era un caos. El cielo estaba teñido de un rojo furioso y en él al menos tres grandes dragones descargaban todo su enfado y poder en contra de los arqueros y demás humanos en medio del campo de batalla. Y no fue hasta que una ráfaga de energía cayó desde el cielo hacia un punto receptor que Taehyung pudo admirar a la criatura que parecía deslumbrar a todos con su hermosura y al mismo tiempo acaba masacrándolos con su poder. Nunca se había descrito o visto a un dragón con la forma que Hoseok había adquirido, pues a diferencia de todos los demás, él parecía brillar en su extraña silueta alargada. Y que pudiera volar sin necesidad de unas alas demostraba aún más todo su potencial. Simplemente era el dragón más bello que cualquiera pudiera ser capaz de observar a lo largo de su vida.

Taehyung se giró a penas distinguió la voz de su más grande enemigo cerca. Pero buscarlo fue inútil, ya que el mismo Ezra en compañía de la General Zephyr y la misma hechicera que lo había atacado con anterioridad aparecieron gracias a la magia frente a sus ojos, y el campo de batalla pasó a segundo plano.

—Supongo que debes estar orgulloso de lo que está sucediendo —dijo con desdén Ezra—. Feliz de que Hoseok destruya a mis hombres.

—Al único que quiero ver totalmente destruido es a ti —respondió, y rápido desenfundó sus espadas, colocándose en posición de ataque.

—¡Retráctate y quizá mi señor tenga un poco de compasión! —aulló la maestra y dirigente del ejército. Taehyung no tardó en reír—. Tus faltas de respeto hacia quien es tu rey deben pagarse —la mujer imitó las acciones de Taehyung, dispuesta a matarlo.

Zephyr arremetió contra el cuerpo magullado del antiguo asesino, siendo esquivada con fluidez y facilidad, lo que la enfureció aún más. Por lo que gracias a las habilidades de ambos, su épica pelea, que era admirada por todos los que se hallaban cerca, recién se acercó a su final cuando Taehyung giró en el aire y golpeó duramente con su pie el pecho de la mujer, lanzándola unos cuantos metros atrás. La espalda de la General fue levemente atravesada, y toda la parte trasera de su armadura, por la punta de las rocas filosas que decoraban el riachuelo frente al castillo. Él entonces podría cortar su cabeza y tirarla a los pies del monarca, pero sabía que no podría ser tan fácil. Así simplemente fingió que se concentraba en atacar a la guerrera, pero en el fondo esperaba el inicio de un combate de magia entre él y la hechicera. Por lo que deslizó con pereza hacia cuerpo tirado en el piso y alzó la espada que el propio Ezra le había obsequiado. Los ojos de Zephyr lo siguieron en todo momento y ella terminó apretando los dientes antes de el filo de la espada de Taehyung resonara contra el aire, pero se mantuvo altanera hasta su último segundo.

A lo lejos los habitantes de Tyribia rápidamente expresaron su sorpresa y luego lanzaron gritos que buscaban advertirle sobre el hechizo que la joven hechicera había lanzado sobre él. Taehyung sonrió y decidió que era el instante preciso para desatar todo su poder, así que en unos segundos además de esquivar los rayos que procedían desde las delicadas manos de la mujer, dejó que su energía reprimida brotara de él y lo transformara en un formidable e intimidante dragón de color plateado. Ezra maldijo mientras llamaba a gritos a soldados cercanos, pero ninguno acudió. Aquellos ojos púrpuras que Taehyung mantenía fijos en la hechicera hicieron que la mujer tragara saliva, aterrándola con una simple idea de lo que sería su destino. No obstante, una onda de energía proveniente de Hoseok perforó sus cuerpos y la mujer cayó al piso debilitada.

Los ojos se Ezra, quien también debilitado los miraba, se ensancharon. Y con temor se levantó tambaleándose para huir, su respiración se agitó y su pulso se disparó. Taehyung sacudió sus alas y desde su hocico, marcado con una ligera mueca que se asemejaba a una sonrisa, emanó un gas verde que al tener contacto con la piel oscura y pulcra de la hechicera la fue carcomiendo hasta que sus huesos eran capaces de ser vistos a lo lejos. El olor putrefacto le recordó que su objetivo aún gozaba de vida y con sus ojos encendidos lo buscó entre escombros y lo que fue el jardín delantero del palacio del rey Akim. Su risa inundó cada rincón del lugar cuando al pasar frente a una estatua de lo que fue el rey Daghel, el primero en liderar Tyribia, los latidos del corazón atormentado de Ezra se aceleraron. Sin embargo, no pudo sacarlo de su patético escondite, porque una docena de soldados se abalanzaron sobre él para matarlo. Si bien terminó con un par de heridas a lo largo de su cuerpo, el joven dragón se deshizo de todos ellos con rapidez y sus cuerpos terminaron siendo aplastados por su propio cuerpo de dragón cuando aterrizó sobre sus patas para posteriormente transformarse en su versión humana una vez más.

—Eres tan patético que ni siquiera puedes soportar que seas tratado y juzgado por mí como lo mereces —gritó Taehyung y recogió la espada que había extraído desde el templo de Hoseok como un recuerdo, caminando directo hacia Ezra—. Desde aquí puedo oler la sangre que se escapa de tus venas y me da asco, tal como todo tu ser —Taehyung le arrebató la diminuta daga al antiguo monarca, con la que había contado profundamente su estómago y sus muñecas esperando desangrarse antes de que él viniera para acabarlo.

Taehyung agarró firmemente la cabellera larga de Ezra y con ella lo arrastró dejando un camino de sangre. Se sentía orgulloso de arrancar sus gritos atormentados y cuando estuvo frente a la multitud de personas alzó todo lo que pudo el cuerpo débil de quien los había dañado tanto. Y justo antes de poder terminar con todo lo que el monarca había causado, tres flechas originaria de los más jóvenes solados de Ehrya impactó contra la espalda de Taehyung. Sin embargo, el dragón se mantuvo de pie, imperturbable, y sin más distracciones su espada acabó con Ezra.

—El único líder que todo Astaroth debe tener es la criatura que todas las generaciones desde la creación de la humanidad han temido... Pero que últimamente han decidido olvidar para preferir a reyes ambiciosos que los han llevado al caos y la destrucción de lo que alguna vez fueron —soltó el cabello de Ezra y la cabeza de éste cayó al piso con un ruido seco. Taehyung, en cambio, tomó el último sorbo del líquido mágico que Hoseok le brindó y deseó con todas sus fuerzas que el centinela apareciera frente a él—. A partir de este grandioso día Hoseok finalizará el reinado del mal en todas las tierras de humanos y los dioses podrán estar en paz nuevamente —juró antes de caer frente al cuerpo de su amado.

Hoseok se lanzó de rodillas a su lado sin pensar y trató de curar sus graves heridas, fallando en el intento. Se repudiaba a sí mismo por haber permitido que Taehyung estuviera expuesto a todo esto, pues si hubiera permanecido en Cyrian su vida no correría ningún riesgo. Aun en su estado, Taehyung acarició las mejillas del mayor de manera tierna, quitando las lágrimas de ellas y reflejando sus profundos sentimientos con tal gesto. —Hoseok... —susurró débil y le dedicó una última sonrisa antes de entrar en un letargo interminable. A un lado de los amantes apareció Cyrenne y posó su mano helada sobre el hombro de su hijo, intentando reconfortarlo y canalizar la ráfaga de energía nociva que escapó de Hoseok alentada por el dolor de no poder salvarlo y mantenerlo a su lado durante la eternidad que merecían vivir juntos. 

—¡Taehyung! —se lamentó horrorizado Hoseok, abrazando el cuerpo inerte del único hombre que amó—. Taehyung...

THE SENTINEL OF Astaroth; HopeV [龙]Where stories live. Discover now