Capítulo 7: Deseo

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La sujetaba firmemente contra ella, mientras sus bocas se entrelazaban y sus lenguas se exploraban. Bajo a su cuello y empezó a dejar suaves besos húmedos mientras dirigía sus manos a la espalda del corpiño, consiguiendo deshacer los agarres, desabotonando con urgencia, descubriendo sus hermosos senos, agarrando uno de ellos y llevándoselo a su boca para succionarlo suavemente mientras escuchaba los gemidos de su acompañante, que no hacían si no aumentar más sus ganas de fundirse con ella.

-Ca...Camino...nos están viendo...

Se despertó sobresaltada, con la respiración agitada y advirtiendo la humedad entre sus piernas.

Ildefonso, que se hallaba a su lado dormitando, se percató del desvelamiento de su mujer.

- ¿Estás bien? ¿Otra pesadilla? - Le acarició con ternura la mejilla.

-Si, estoy bien - tenía la respiración entrecortada y le costaba hablar - solo ha sido un mal sueño, ya me conoces, son habituales en mí - intentó darle una sonrisa que parecía mas una mueca forzada - voy a por un vaso de agua a intentar relajarme - se levantó de la cama y se marchó a paso acelerado hacia la cocina, dejando a un Ildefonso desconcertado por la extraña actitud de su esposa, no era habitual en ella irse de la habitación después de una pesadilla, pero gracias al cansancio no le dio demasiadas vueltas a la cabeza, el sueño le venció.

Camino se encontraba frente al fregadero, con las manos temblorosas mientras se servía un vaso de agua. No podía parar de pensar en el sueño que acababa de tener. Bueno, un sueño con final de pesadilla, a su parecer. Le pareció horrible que finalizara con Liberto descubriéndolas. Otra vez se repetía la historia y eso le atormentaba. Pero lo peor del sueño no era volver a ser cazadas, si no que por primera vez en meses, con quien compartía su deseo no era Maite, si no Genoveva.

"No puede ser". No paraba de negarse a sí misma aquel anhelo. Su subconsciente la estaba delatando. Igual que le mostraba su miedo a los errores del pasado, también se encargaba de mostrarle que existía una fantasía en su interior que deseaba ser cumplida.

Volvió a pensar en la escena del sueño, llena de pasión, pero, sobre todo, lujuria. No era el sentimiento que sentía cuando estaba con Maite y menos cuando soñaba con ella. Su amor era puro, por supuesto que quería también dar y obtener placer de sus encuentros, pero lo hacía desde los sentimientos que profesaba a Maite, con dulzura, cariño y adoración. En cambio, con Genoveva todo era diferente, al menos en sus sueños. Deseaba disfrutar de ella, poder admirar su belleza, sentir que la tenía sólo para ella. Movió la cabeza en señal de negación, le avergonzaba profundamente tener ese tipo de aspiraciones totalmente lascivas. No podía reducir a Genoveva únicamente al sexo.

Empezó a recordar su incidente en el restaurante, lo amable que había sido, como la miraba, como había mostrado su total apoyo a su situación. Después, recordó el paseo que tomaron juntas, donde Camino se desbordó por el dolor. El pasado la atormentaba, pero en el presente tenía a Genoveva, quien le prometió guardar un secreto que ni siquiera le había sido revelado, simplemente su intuición le dio la respuesta. Admiraba la inteligencia de Genoveva, y su gran sensibilidad para descifrar sentimientos. ¿Cómo una de las personas con mas mala fama del barrio, podía ser tan cercana y sensible? Camino halló la respuesta. "Por qué en el fondo tiene un alma rebelde como yo. Estamos mas avanzadas a esta sociedad que nos limita y asfixia, y que en su caso, se ha encargado de tacharla de malvada, cuando simplemente no se deja llevar por los dogmas que le imponen".

Por fin Camino entendía lo que de verdad las unía. Las dos tenían un carácter sumamente fuerte, y si algo querían, luchaban por conseguirlo, costara lo que costara.

Por lo tanto, ¿para qué reprimirse?, ¿de que servía? ¿Y si Genoveva sentía lo mismo que ella? Cierto es que en el sueño solo predominaba la lujuria, pero en la vida real, Camino notaba perfectamente la paz que les invadía a ambas cuando estaban juntas, la necesidad que tenían la una de la otra. Ambas se sustentaban mutuamente. Con la amistad de Genoveva le era suficiente, pero disfrutar con ella en un plano superior, a nivel carnal, le parecía una idea de lo mas atractiva. Dos años sin estar junto a Maite eran una tortura eterna, pero el poder volver a sentir, quizá no de la misma manera, ya que, el sentimiento del amor tiene mil formas, y por eso mismo, se descubrió a si misma, que su corazón hecho añicos podía recuperarse y volver a dar amor.

Camino siguió toda la noche con aquel debate interno, se encontraba totalmente confundida entre simple sentimiento de soledad que la hacía querer cobijarse y dejar de pensar en los brazos de otra fémina o verdadero amor que empezaba a surgir. Lo que tenía claro, era que el deseo era una parte fundamental de aquella lucha interior.


¿Os ha gustado este capítulo? No se si os gustan este tipo de redacciones xD, me he ido un poco al debate mental interno del personaje y no se si he expuesto adecuadamente los sentimientos y dudas que quiere reflejar...espero que no se os haya hecho aburrido, y ¡feliz día!

Siempre tuya, CaminoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt