No estabas en mis planes // Albalia

2.Ven conmigo

NATALIA POV

-Hola guapa, que haces aqui? -Preguntó la camarera saludando a Anna. Era una chica bajita, con el pelo corto, rubio y unos ojos enormes. Era bastante guapa.

-Hola nena, pues nada, esta es Natalia- dijo señalandome- es amiga de los Javis y hemos venido a tomar algo al bar de mi amiga. -le guiño un ojo y la rubia se acercó para saludarme con dos besos.

-Perfecto, pues ¿qué queréis?

-¿Dos cervezas? -Preguntó Anna mirándome y yo asentí.

La camarera entró y vino con nuestras bebidas.

-Y eres de Barcelona?

-Bueno, nací en Pamplona pero a los 19 me mudé aquí para empezar la carrera.

-Osea que llevas aquí...?

-Dos años- contesté.

-Qué bebito- dijo mientras reía.

-Te sorprendería la de cosas que hace el bebito- dije con un tono chulesco apoyándome en el respaldo de la silla.

-¿Y qué cosas hace el bebito?- dijo apoyando sus codos en la mesa sosteniendo su cabeza con las manos.

-Creo que no es el lugar adecuado para explicártelo- dije con un tono calmado aunque por dentro estaba muy nerviosa.

-¿Y cuál es el sitio adecuado?

No me creía que esto me estuviera pasando, la conversación tan amistosa que habiamos empezado habia cambiado de textura en escasos minutos, pero no tenía nada que perder así que decidí reunir valor para hacerlo.

-Te quieres venir a cenar a mi casa?- solté, ya está, lo había dicho.

-Sí.- Anna retiró sus codos relajándose de nuevo en la silla, apoyando sus brazos a los lados, con la sensación de que había conseguido lo que quería.

Alba POV:

Estaba angustiada porque mi novio Joan llevaba toda la mañana acribillándome a mensajes nada agradables, la noche anterior habíamos discutido y había huido a casa de mi amiga Julia que vivía dos calles.

Los viernes hago jornada completa así que empezaba poniendo cafés y terminaba sirviendo los postres de la cena, estaba ya en mis últimos quince minutos cuando Joan se presentó en el bar con una cara visiblemente enfadada.

-Tenemos algo que solucionar, esta noche te vienes a mi casa.- dijo mientras me cogía del brazo cuando iba a entrar de nuevo, le cogí la mano y la aparté, tenía mucha fuerza.

-Joan, no tenemos ya nada que solucionar.- dije mientras notaba como se humedecían mis ojos.- tengo un par de cosas mías en tu casa, pero da igual, por favor vete.

Joan apoyó su mano en la pared conmigo en medio, consiguiendo así acorralarme y haciendo que mis lágrimas cayesen por la tensión.

-Tú no sabes lo que yo te quiero- me gritaba mientras a cada palabra alzaba un poco más su voz.- como yo te quiero no te va a querer nadie, así que ya estás quitándote el delantal y nos vamos a casa.

-Joan, por favor, no me hagas esto.- intenté exigir pero no podía evitar sentirme pequeña a su lado.

-Tú lo que pasa es que ahora has quedado con alguien, ¿no?- empezaba a acercarse cada vez más a mi cara.

-Joan, pero ¿qué estás diciendo?

-Eres una guarra! Te juro que como me dejes vas a tener problemas y te aseguro que no quieres tener problemas conmigo