Prólogo #1: Kyousuke Tsurugi

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Si les dijera que me vida a mis 16 años consiste en trabajar para una organización criminal, con la única finalidad de otorgarle una ayuda vital a mi hermano mayor ¿Me creerían?.
Se puede decir que el estado de mi querido hermano es en parte mi culpa, indirectamente lo es, y desde entonces me prometí a mí mismo que compensaría aquella falta, aún a expensas de mi hermano, quien se decepcionaría en demasía conmigo si supiera en que estoy metido ahora mismo. Pero para entender eso, quizás deba viajar algunos años en el pasado.

Nuestra familia no era muy adinerada, no podíamos permitirnos la mayoría de las comodidades supuestas para una familia de 4 personas, nisiquiera gozamos de la presencia de nuestros padres en casa, puesto a que ambos trabajaban para poder llevar pan a nuestra mesa, aún así, felizmente puedo decir que el amor en esa casa nunca mi faltó, ni a mí ni a Yuuichi.

Mi hermano es mayor que yo por 5 años, en ese entonces yo tenía 7 años y el, por consiguiente, acababa de cumplir 11 años de edad, a pesar de no contar con los mejores ingresos, su cumpleaños fue bastante placentero, y mi padre se permitió a si mismo regalarle a mi hermano un balón de fútbol, sabía de su gusto por el deporte gracias a que con bastante felicidad, en familia disfrutábamos de los partidos que aveces se transmitían por televisión, mi hermano fue muy feliz ese día, y con mucho gusto compartí su sentir; Desde aquel entonces, el y yo usábamos ese balón todos los días, jugamos y jugamos con soltura, en las pequeñas canchas ubicadas cerca de nuestro barrio, las cuales compartíamos con demás niños de la población, lo cierto es que, al menos a mí sentir, no me faltaba nada, tenía a mi hermano, a mis padres, y al deporte que tanto nos gustaba practicar.

Fue una noche de viernes, que, jugando ambos en nuestro pequeño patio con el balón que tantas alegrías nos había dado, le di una patada con bastante fuerza a este, haciéndolo rebotar con una pared y finalmente recayendo en nuestro techo, eran aproximadamente las 8 P.M. y nos las arreglamos para subir al techo a buscar el esférico, haciendo bastante ruido en el proceso, temerosos de el enojo de nuestros padres, quienes habían llegado cansados de su trabajo, nos quedamos en silencio en el techo, intentando crear un espacio de calma y despejar las dudas papá y mamá; en el acto mire al cielo mientras mi hermano tomaba el balón, entregándomelo y observando la luna junto a mí.

—No pensé que la luna fuera tan grande— Dije, claramente con el reflejo del satélite en mis ojos. —Quizás sea más grande de lo que piensas—

Mi hermano miraba el balón, a la par que lo sostenía en dirección a la luna.

—Cuando crezca y sea un jugador profesional, patearé el balón tan fuerte que chocará con la luna— Claramente mi inocencia hizo que Yuuichi se burlara de mi, al ver el brillo en mis ojos, simplemente cerró los suyos. —Profesional ¿eh?, no te veo jugando en la selección hermanito, jaja—

Eso me molestó, yo era realmente bueno, y mi orgullo, tan fuerte como mi imaginación, hizo acto de presencia.

—Ya verás, este balón está tan gastado únicamente por mis patadas, tengo talento ¿Sabes?—

Cerré los ojos e inflé mi pecho, victorioso, lo que no me esperaba era que mi hermano mayor me despeinara el cabello con su mano, riendo.

—Si eso es cierto, hazme una promesa — ¿Una promesa? Nunca había hecho algo así con mi hermano, sin embargo, tratándose de fútbol, estaba seguro de que no podía fallarle.—¿Cual?— Pregunté —Cuando seas profesional, y estés lleno de éxito, este mismo balón será el primero al que le harás un autógrafo, para tu hermano mayor—

Con el balón en una mano, usó la otra para darmela.

—Hecho— Dije y estreche su mano, estaba seguro de que si seguía practicando, podría ser tan bueno como cualquier profesional, incluso mejor.
Ese balón sería el símbolo de nuestra promesa, y pasado el tiempo, nuestra hermandad.

En 12 meses nuestro nivel había mejorado mucho, frecuentabamos siempre la misma cancha, y todo era normal, tranquilo, al menos en ese momento. Eran las 7:30 P.M. y ya estaba empezando a oscurecer, y para mí suerte estábamos solos en la cancha, o eso creía. Al salir de dicha, nos enfrentaron unos chicos, visiblemente más grandes que nosotros, en un suspiro nos arrebataron el balón y rieron, no iba a aceptar que se llevaran el símbolo de nuestra promesa, me lancé con fuerza hacia uno y solo recibí un codazo de respuesta, cai al piso, sabiendo que había provocado el enojo de ambos chicos, iban a golpearme, o algo peor, si no fuera por Yuuichi, el estuvo para protegerme, no obstante, terminó pagandola mucho más caro que yo.

Hice lo posible por llevarlo a casa, y partimos al hospital, sufriendo ambos el enojo de nuestro padre y la cara de horror de nuestra madre. Malditos hospitales, realmente los odio, 4 horas para que recién mi hermano pueda ser atendido, todo por mi culpa, no tenía el balón, y ahora, tampoco podría ver a mi querido hermano.

La paliza lo había dejado con el movimiento de sus piernas extremadamente limitado, no se realmente que le habrán hecho esos chicos, pero definitivamente estaban locos.

Han pasado varios años desde lo ocurrido, y, a día de hoy, sigue así, en la misma situación, sentado en esa maldita silla de ruedas, solo puedo verlo cuando lo voy a visitar al hospital después de clases.

Mismas clases que comenzaría en un nuevo instituto en poco tiempo. Aún así, hago lo posible por conseguir dinero, a sabiendas de que mis padres no se enteraran, comencé a vender, ustedes ya saben de qué se trata. Es peligroso, pero de momento es todo lo que puedo hacer, y sin que mi hermano ni mis padres se enteren. Pero no es todo lo hago, existe una organización, con "sector V" como nombre, dedicada a las apuestas y arreglo de partidos de fútbol, todo muy "legal", por supuesto. Partidos en los cuales he de participar, aún con el dolor de no poder disfrutar del deporte que amo con claridad, pero...

Es por ti, Yuuichi.
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Muchísimas gracias por leer, de verdad, estoy muy emocionado por comenzar con este proyecto y nada me haría más feliz que saber su opinión, abierto estoy a cualquier tipo de retroalimentación, broma, o simples comentarios.
Quiero agradecer en gran manera a Nikari_1010 quien me ha ayudado a idear este relato, le dedico este primer capítulo y los próximos, que están por venir.

Si llegaron hasta aquí, dejen comentarios, ¡Hasta la próxima!

Ghetto 0.6 - Inazuma Eleven GOWhere stories live. Discover now