Bajo el humo de una ciudad hostil, peligrosa y con pocas oportunidades, jóvenes buscarán sobrevivir, aún a costa de reprimirse totalmente, ocultando verdades que solo saldrán a la luz en su intimidad y debilidad.
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Hola de nuevo jaja, esto...
Se que dije que el anterior sería el ultimo capitulo RanMasa, pero realmente no quería olvidarme de Kirino y su nueva familia, además de que en los últimos capítulos ha habido muchísima tensión y siento que es necesario escribir algo más lindo y ligero, espero que les guste lo que leerán a continuación uwu.
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Eran las 9 de la mañana y recién desperté, al levantar la cabeza visualicé la que otrora fue la habitación cual fuera testigo del letargo de mi querida amiga Kyouka, afortunadamente la cama era grande y no hubo ningún inconveniente a la hora de dormir junto a Haruya.
Me despojé de las sabanas intentando no despertar a mi compañero, abrí las cortinas y el sol fulminó rápidamente mi vista, observé la calle, era un día soleado, con pocas nubes y el cielo azul resaltaba por sobretodo lo demás.
—¡Agh! Cierra la cortina que entra el sol—
Parece que Haruya se había despertado.
—Pensé que te gustaba el sol—
Dije con tranquilidad cerrando un poco la cortina.
—No cuando interrumpe mi sueño—
Respondió con la agresividad que lo caracterizaba.
—¿Vas a seguir durmiendo?—
Pregunté mientras caminaba a la puerta.
—¿Sabes que? Acabo de recordar que tenía algo que hacer, ¿puedes hacer el desayuno?—
Simplemente asentí mientras me quitaba la camiseta que tenía para dormir y sacaba del armario una camiseta de tirantes negra con letras blancas.
—¿A donde tienes que ir?—
Pregunté.
—Oye ¿Te han dicho lo sexy que te ves con esa camiseta?—
—No has respondido mi pregunta—
—Es un secreto, hielito—
Guardé silencio mientras me ponía unos shorts de color blanco y caminaba hacia la cocina a preparar el desayuno.
Haruya hizo lo propio, se cambió de ropa y se despidió de mi antes de salir de la casa.
Mientras tanto me dediqué a observar la casa, tuvimos que mover bastantes cosas de la casa de Hiroto a esta para finalmente mudarnos, pero siento que quedó todo bien. También ordenamos la habitación de Ranmaru, estaba exactamente igual de desordenada a como la había dejado el día en que todo ocurrió, habían cosas tiradas en el piso, la cama estaba llena de lagrimas y sudor, por lo que las eché a lavar.
Inmediatamente recordé que el se encontraba en la escuela, y que probablemente la profesora Haruna le haya contado al curso del chico lo ocurrido, espero que no le ocurra nada malo y todo fluya con tranquilidad.
