Capítulo 34: ¡Tensión!

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Dos días después:

Law abrió los ojos con pesadez. Ni siquiera tenía fuerzas ni para levantarse de la hamaca de red. Se giró y miró por la ventana. Todo se movía, meciéndose suavemente al ritmo de las olas. ¡Dos días en alta mar! Pero él ni siquiera había salido del cuarto que le habían ofrecido. Lo compartía con Luffy y con Sabo, pero estos dos ya se habían marchado. Llevaban un par de días ideando locuras de planes para recuperar a Ace, pero él estaba agotado.

¡Llegaron tarde! Esa era la conclusión de aquella aventura. Doflamingo se lo había llevado y ni siquiera tenía una idea de adónde. Lo que sí estaba casi seguro, es que estaba bien. Mientras ese individuo pensase que el niño podía ser suyo, Ace estaría a salvo o al menos, eso quería creer.

En el barco de los revolucionarios, todos buscaban la ubicación donde habían huido esos bastardos, pero él no podía ser de ayuda en esos temas, así que prefirió quedarse en el cuarto. Bepo era el que más preocupado estaba, trayéndole algo de comer pese a que él apenas estaba probando bocado.

¡Frente a él! Lo había hecho todo según el plan. Lo mantuvo en la enfermería a salvo, pero aun así... algo salió mal. No debió pasar algo así. Un único error cometió, ¡besarle! Confesarle que no tenía nada con Sabo, ese beso había provocado todo el jaleo, provocó que saliera tras su hermana y le dejase solo en la enfermería, a merced de esos tipos.

Podía quedarse allí todo el día echándose culpas encima, pero la verdad era que no podía saber que Doflamingo tramaría algo semejante. Todos sabían que no fue su culpa, pero aun así, él sentía que quizá... si no hubiera salido de la enfermería, si no le hubiera besado... pero ya no podía hacer nada excepto esperar y ver si encontraban el paradero de ese desgraciado.

No fue hasta casi el anochecer, cuando se dignó a incorporarse y salir a cubierta. Los marineros trabajaban sin cesar, pero él se fue a uno de los laterales donde no había nadie y apoyó sus brazos en la barandilla. ¡Sólo agua! Es lo único que se veía. Era mejor vista que desde su submarino, sin duda alguna. Debía estar en estos momentos bajo el agua, concretamente bajo el barco donde él estaba. Bepo lo tripulaba y por las noches, solía sacarlo a superficie, deteniéndolo junto al barco y subiendo a bordo para comprobar el ánimo de Law. ¡No es que fuera a montar una fiesta precisamente!

- Estoy bien, Bepo, lárgate – pronunció Law al escuchar unos pasos a su espalda.

- No soy Bepo.

La profunda voz de aquel hombre hizo que Law se girase al instante y se irguiera, identificando al líder de los revolucionarios. El padre de Luffy siempre imponía con su semblante, por eso mismo, Law permaneció en silencio expectante por el motivo que había llevado a alguien de su categoría a hablar con un simple sicario.

- Me han dicho que estuviste tratando a Ace. Seré claro, quiero todos los informes.

¡Eso era malo! No malo en sí, sino que Law se olía que quería sus informes para pasarle el caso a otro médico. No se fiaba de él y lo entendía, era un sicario o lo había sido al menos. En estos momentos estaba muy confuso hasta con lo que era o debía ser.

- Se los traeré – comentó Law intentando evitar una confrontación, sin embargo, cuando pasó al lado del revolucionario, se detuvo – pero traérselos no implica que tenga un médico cualificado a bordo para atenderle.

Dragon dejó escapar una sonrisa arrogante. Sabo, su segundo al mando, le había hablado muy bien de Law y su carácter. Allí estaban los dos reunidos, dos de las personas más escurridizas e importantes de esa nueva era y ninguno parecía querer dar su brazo a torcer.

Deadly boxing (One piece, Law-Ace)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora