C a p í t u l o 6 3

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||JODER QUE BUEN EVENTO. ¡QUE BUEN EVENTO! ¿¡SABEN LA CANTIDAD DE IDEAS QUE TENGO AHORA!? ES- OH DIOS. ESTOY EUFÓRICA AÚN. AHHHHHH. Ahora sí.||

Willy está mosqueadísimo.
Si antes parecía no tener los ojos abiertos, ahora parece que se ha quedado sin ojo izquierdo.
Jodido Rubius. Rata asquerosa. ¿Cómo se atreve a ir hasta su casa con el único propósito de golpearlo?

¿Se lo merece? Por supuesto. ¿Va a aceptarlo? Para nada.

Retira la bolsa de hielo que ha tenido que mantener sobre su orbe durante toda la mañana.
Su celular suena. Se toma algo de tiempo para atender.

ㅡ¿Auron?

ㅡEeh, Willy.

Tras la línea, el Alcalde sonríe ampliamente, mientras tacha de la lista de prioridades "hablar con Guillermo".

ㅡTe necesito en el Ayuntamiento.

Un quejido se escapa de los labios del Albino. ¿Por qué justo hoy? No se siente bien en absoluto.
Auron chasquea la lengua y niega con la cabeza, dirigiendo su vista al ventanal que posee la oficina que alguna vez le perteneció a Lolo.

ㅡ¿No puede ser otro día?

ㅡMe temo que... es de vida o muerte.

El dueño del árbol suspira, no se siente conmovido en absoluto por aquellas palabras. Farfulla cosas incomprensibles antes de tomar su boina y su chaqueta.

ㅡMás vale que sea importante.

"Oh. Claro que lo es." Auron sisea mentalmente, dibujando una sonrisa más pequeña, pero notable.
Cuelga.

William sale de su casa, sin saber que acaba de tomar la peor decisión de la semana.

¿Por qué? Oh, mmh. Por cosas.

○●○

Mangel camina con las manos en los bolsillos de su pantalón y un cigarrillo entre sus labios. Su espada ha sido ataviada a su cinturon y no parece tener prisas de nada.

Nunca había sido demasiado devoto a los dioses, pero vaya.
Ese mechero era un regalo divino sí o sí.
No sabe porqué los seres todopoderosos desearon ayudarle, pero da igual. Es mejor para él.


Sonríe levemente, ya les agradecería de algún modo.

Cruza el prado que separa su hogar del casco urbano. Atraviesa el pueblo y camina parsimonioso hacia la casa de un albino que, ¡oh sorpresa! Acaba de salir.  William parece dirigirse al pueblo.

Entra en propiedad del Albino. Se hace con su nueva adquisición.
Una llamada irrumpe en sus oídos.

Es Alex.

Se niega a contestar.

El celular vuelve a sonar.

Una adrenalínica culpabilidad lo invade.

Prende el mechero.

Por tercera vez, el tono de llamada se hace presente.

Se acerca a aquella casa.

Alex insiste de nuevo.

Mangel muerde su mejilla internamente.
Resignado, atiende.

ㅡ¿Alex? Perdón estaba...ㅡ observa a su alrededor en busca de una excusa. Al no encontrar una demasiado creíble, balbucea lo primero que se le viene a la menteㅡEstaba... me estaba- ¿pajeando?

Ataraxia | Karmaland | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora