C a p í t u l o 8 6

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||Sus comentarios son mi novela de la tarde y hoy, les muestro mi capítulo favorito del dia.

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No sabe lo que va a ocurrir, pobre. Xd||
||Tortura.||

Gota.

Gota.
Gota.

El vidrio rojo, ¿ha sido pintado con tinte o con sangre? Él no lo sabe. Pero resulta psicodélico. Gotas carmín se deslizan por suelo y paredes.

Gota.
Gota.
Gota.

Su cabello rojo, ¿ha sido manchado con sangre o es así de nacimiento? Él no lo sabe, pero resulta encantador. Manchas bermejas adornan sus finas hebras y rostro.

¡Ah! El espectáculo, exquisito, magnífico. Sus más atroces deseos están siendo cumplidos. ¿Quién diría que su Niña iba a ser tan útil incluso estando muerta?
Ríe extasiado ante esto, para luego atravesar su cuchillo en la garganta de un pobre diablo que pronto se ahogará en su propia sangre.

No cree poder disfrutar tanto de volver a los que él llama "sus buenos tiempos", pero lo está haciendo, maldita sea, llegando incluso más allá de sus expectativas.

Se dirige hacia su juguete principal, ya está atontado y la verdad no cree que pueda respirar por mucho tiempo más.

Su víctima tiene una barra de metal de al menos dos metros que le ha desgarrado la piel, los músculos, el riñón izquierdo y ha terminado por atravesarlo.
La vara, a causa de la fuerza ejercida en el acto por el pelirrojo, ha destrozado el panel de vidrio que servía como suelo, lastimando aún más la piel mancillada del pobre sujeto.

ㅡ¿Entonces? ¿Tú no mataste a mi niña?

Recibe un quejido como respuesta.

ㅡPues no te creo, vas a tener que confesar.

No importándole la sangre que sale a borbotones de la herida que ha provocado en el aldeano, Lolo se sienta a horcajadas, a la altura del torax en el tipo.
En su poder, dos dagas de hoja recta brillan filosas, esperando a ser usadas.

Y es que Lolito, en momentos así, es más de acción que de palabras.
En pocos instantes, tras haber detallado el rostro de la persona a su merced, toma las cuchillas en sus manos y las clava sin piedad en los globos oculares de la victima, los cuales no tardan en reventar, salpicando de carmín los antebrazos y algunas zonas de las mejillas del perpetrador.

Un último grito sale de la garganta del sujeto ahora muerto en el suelo.

Sollozos van y sollozos vienen. La habitación está llena de espectadores que conocen su destino.

Ataraxia | Karmaland | TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora