C a p í t u l o 7 8

642 122 94
                                    

||Creo que aquí hay algo desagradable también. Tiene que ver con gusanos. No lo digo con el ánimo de clavar un spoiler sino para evitar cualquier tipo de problema.||

Maratón 7/10

ㅡYa vine, anciano.ㅡ Vegg grita quizá demasiado alto, pero nadie parece prestarle atención.

Bueno, nadie, excepto por lo que sea que lo esté observando desde que se hizo de día. Es como si alguien haya clavado sus ojos en él, muy atentamente y no dejara de seguirlo en ningún momento. Bastante intrigante y molesto, a decir verdad.

No pasa demasiado cuando el dueño de la mayor calvicie de Karmaland hace entrar al héroe. El pelinegro no acepta el agua ni la comida que le ofrece el buen hombre, deseoso de saber qué diablos está pasando.

Esa mañana, ha tenido que colocarse su chaqueta blanca, junto con aquellos guantes largos que no usaba desde... ¿uh? ¿Quizá su tercer año viviendo aquí? Hace frío. También ha notado que faltan cultivos. De hecho, el único huerto en buen estado es el de Merlon, ahora que lo piensa.

ㅡ¡Joven! ¡Te estoy hablando!

Ante el llamado, Vegg sale de su ensoñación, le está dando vueltas a temas que no vienen al caso, ¿cierto? Murmura un "perdón, ¿qué me decías?" el mayor sonríe levemente, con esa expresión de "¿qué voy a hacer contigo?"

ㅡDigo que, si podrías contarme tu sueño.

ㅡOh, sí.

El héroe procede a contarle la visión al anciano, mencionando, en medio del relato, que le había estado dando demasiadas vueltas durante la hora de dormir, pero que a parte de ellos dos, nadie más lo sabe. Comenta el sueño con tantos detalles como puede recordar, mientras el anciano anota todo en una libreta.

Más adelante, el chico finaliza el relato y el hogar se hunde en un profundo silencio. El mayor cierra los ojos, Samuel se pregunta si está a punto de morir o algo, golpetea sus pies contra el suelo de madera, nervioso. No, ansioso.

ㅡ¿Y bien...?

ㅡJovencito, me temo que no tengo buenas noticias para ti.

○●○

Mangel tiene un problema.

Porque, bien, había previsto muchas cosas, como el hecho de que Vegetta lo viera colocando la trampa frente a su puerta o que las torretas estuviesen activadas. Nunca, esperó, sin embargo, la presencia de Rubén ahí, como si se tratara de un maldito perro guardián. Toma aire, no deseando frustrarse ahora. Ya ha llegado hasta ahí, así que no vale la pena retroceder.

Deja todas sus cosas tras uno de las decenas de árboles que tiene el dueño de la isla en la parte baja de su terreno. Empuña su espada, decidido, de todos modos, es lo que planeaba hacer desde el inicio, ¿no? Bueno, vamos a ser sinceros, pensarlo es más fácil que hacerlo, porque, vaya, uno simplemente no puede llegar un día y decir "ey, hoy asesinaré a mi ex mejor amigo, sí, eso haré" y luego hacerlo sin más, no.

De hecho, ¿por qué lo iba a hacer? Se marea un poco. Pisa la colilla de un cigarrillo que acaba de terminar y decide, finalmente, que no puede aflojar ahora. No. Avanza, imaginándose fuerte, con el temple perfecto para hacer lo que está a punto de llevar a cabo.

Ante ojos ajenos, Mango trae muchas dudas encima y titubea al andar.

Doblas no tarda en descubrir la silueta del que alguna vez fue su confidente. Aprieta las manos, empuña su arma. Reshef tuvo razón en hacerlo volver casa de Vegetta. No quiere imaginar lo que habría pasado si él no estaba. Sabe que el pelinegro ha salido temprano, pero la incógnita de "qué va a hacer Mangel" sigue sin respuesta y la verdad, prefiere que sea así.

Ataraxia | Karmaland | TerminadaOnde histórias criam vida. Descubra agora