𝓗𝓲𝓭𝓮

7.1K 292 80
                                    

【Minamoto Kou - Angst】

-ˋˏ ༻✿༺ ˎˊ-

Cuando era un pequeño niño, yo no entendía la situación en la que estábamos. Me preocupaba por jugar mucho junto a mi mejor amiga de ese tiempo, ____ ____. Ella tenía mi edad y sus padres eran nuestros vecinos, y nos dejaban jugar por una valla rota que servía como puerta a su casa por mi jardín.

Cuando tenía diez años, nuestros padres nos dejaron a cargo de mi hermano mayor Teru, y ellos se fueron porque tenían trabajo. Oh, bueno, eso nos dijeron, porque no volvieron el día que prometieron hacerlo. Y Teru se preocupó al cuarto día de esperarlos, y salió un rato para preguntar si no habían sido vistos en el vecindario.

____ estaba asustada por sus padres, me contó que ellos decían que todos nosotros estábamos en peligro porque a alguien no les gustábamos, y yo no le creí mucho porque eso sería imposible. Mis padres y los de mi amiga siempre fueron buenas personas, y nos criaron para serlo también, nadie tendría motivos para lastimarnos.

Ese día, esperamos con paciencia a que Teru llegará con nuestros padres, que dijeran que se perdieron o que uno de aquellos inventos, esos automóviles, dejaron de funcionar. Pero mi hermano mayor nunca llegó ese día, ni el siguiente, ni el día después. No volvió a casa. Y mi amiga lloraba de la preocupación de, ahora, tres personas importantes para ella.

No me había dado cuenta cuando casi todo el vecindario estaba totalmente desolado.

Teníamos mucha comida en la cocina, y nuestros juguetes nos ayudaban a calmar la ansiedad de no tener un cuidado. ¡Pero yo iba a proteger a ____!, porque ella pasaba las noches llorando en silencio y pidiendo a Yahveh respuestas. Yo también tenía fé porque tenía miedo igual que ella, pero debía ser valiente para cuidarla.

Durante casi una semana, alguien ha estado dejando algo de comida en la entrada trasera del patio, nunca lo llegamos a ver, pero dejaba notas diciéndonos que tengamos cuidado con los hombres uniformados que solían patrullar por aquí. Decían que eran malos y nos iban a dañar, que no eran simples militares. Nunca le hicimos mucho caso a esa advertencia, pero tampoco salíamos de casa ni teníamos confianza en ellos. Siempre que veíamos que pasaban por el vecindario, nosotros íbamos a mi habitación y nos escondíamos en el armario.

Recuerdo que uno de los pasatiempos de ____ para no llorar todo el día era leer, y siempre pasábamos el rato jugando en el estudio de mi papá o íbamos a su casa por la valla para leer en la biblioteca de su mamá. El preocuparse por los personajes de los libros la mantenía calmada de lo que ocurría en la vida real.

— ¿Qué estará ocurriendo afuera del vecindario? — me preguntó una vez mi dulce amiga. Yo no tenía respuesta, y decidimos preguntar a la persona que nos dejaba comida en la puerta.

Lo esperamos una semana, pero no vimos ni a una persona, ni comida. Nadie vino al final.

Después volvimos a recibir comida esta vez junto con una especie rara de cuchillo para poder defendernos. O eso decía la nota que vino con la comida, y decía que no dejáramos la casa, que él nos iba mandar más alimento y que si tenía suerte nos iba a sacar de la casa en la que estábamos. Nosotros no entendimos, pero no confiamos en él.
Cuando envió una nota diciendo el día en que vendría a buscarnos, conflictuamos si ir o no.

Ese día descubrimos que los hombres uniformados que pasaban por aquí no eran buenos, o por lo menos eso me dijo ____ y yo le creí. Me dijo que por una de las ventanas vió a tres de ellos golpear a uno de nuestros vecinos, junto a su esposa, y llevarlos arrastrando lejos.

Desde ese día, ya no nos llega comida.

✧・゚: *✧・゚:*✧・゚: *✧・゚:*

____ estaba muy asustada por lo que podría pasarnos, pues ya habían pasado casi dos meses sin saber nada de nuestros padres ni de Teru, y poco a poco se acababa la comida que conocíamos y nos gustaba. Y ninguno sabía cocinar como para usar los fideos o la carne cruda que había.

La fé de ____ ahora recaía en mí, en que yo supiera qué hacer porque ella ya no tenía idea de nada, habíamos perdido casi todo. Y es ahí cuando se me ocurrió la idea más brillante que me pudo venir en ese momento. La idea más tonta que pude haber tenido.

— ¡Juguemos a las escondidas!, como lo hacíamos antes de que esto pasara.

Y jugamos los dos, escondiéndonos en mi casa y en la de ____, encontrándonos y aliviando el temor que teníamos. ¡Porque éramos niños!, los niños a nuestra edad no tienen preocupaciones más que jugar, ir a la escuela y hacer las tareas. Y si no podíamos – o no queríamos – hacer esas dos últimas, sí que podríamos jugar juntos.

Me tocaba esconderme, y estaba emocionado. Pensaba, infantilmente, en qué otro lugar podría esconderme o dónde podrías hacerlo tú la próxima vez.

Estando debajo de mi cama, entre toda esa oscuridad, de repente me sentí muy frío. Escuché algunos golpes y un grito del piso de abajo, donde estabas buscándome. Es para engañarme, pensé que querías hacer lo mismo que yo antes, para preocuparme y que saliera a perder yo solito. Pero pasaron muchos minutos en los que casi me quedo dormido y no me habías encontrado ni te escuché subir por las escaleras.

Bajando por la madera hasta la sala, ví la puerta de mi casa tirada en el suelo y algunas manchas de alguna sustancia roja, junto a tu collar de la Estrella de David sucio. Lo más inquietante es que te busqué por toda la casa, e incluso recorrí la tuya, y no estabas, habías desaparecido.

Kou no vió a aquellos Nazis entrar y golpearte hasta la inonciencia, antes de llevarte a tu cruel destino. Por haber nacido en una familia judía en ese país tan dañado.

𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋWhere stories live. Discover now