𝓘𝓷 𝓪𝓷𝓸𝓽𝓱𝓮𝓻 𝓵𝓲𝓯𝓮

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【Minamoto Kou - Angst】
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Anteriormente estaban dormidos los cuatro en una habitación apartada, ¿cómo habían llegado a ésto?

Algo lo hizo despertar, alarmado, con su pecho golpeando su jaula como advertencia de que algo ocurría.
Sus ojos pasearon por el salón, viendo que Natsuhiko dormía con su usual sonrisa despreocupada, y el misterio escolar no se encontraba junto a ellos como debería estarlo, dormido.

Dentro de su cabeza algo le obligaba a temer, y es que todo iba a caerse para él esa misma noche. Se levantó como pudo, temblando a merced del frío nocturno y una única imagen logró llegar frente suyo.
Una sonrisa pintada del rosado más inocente, dulce, que hipnotizaba junto a una luz cautivadora. Unos brazos confortantes que lucían tan lejanos ahora, y en sus sueños habían logrado hechizarlo de sobremanera.

El rubio corrió torpemente por los pasillos de la Academia Kamome, con su garganta seca del pánico y sus ojos que regaban las praderas de su piel, casi sudando frío, hasta llegar a las puertas del salón de Teatro, que abrió con fuerza.

En la profundidad de esa sala, sobre el escenario, aquella joven movía uno de sus abanicos en el aire mientras sus pies dominaban una danza tan lenta, hermosa a la vista, y aquellos labios pronunciaban los murmullos suaves de la canción que la acompañaba.

— ____-chan...

El joven exorcista relajó su respiración al notar que el espectro le ofrecía su atención, acultando la mitad de su rostro con el abanico.

— Pensé que estarían en el otro lado de la escuela.

El menor de la familia Minamoto se acercó entre los asientos rojizos a la chica manchada de carmín que ahora lo esperaba en el escenario. Un suspiro salió de su parte, extrañando al fantasma. Ella sonrió aún sin permitir que lo vean, y se agachó ante la diferencia de alturas que existía al estar ella sobre la madera pulida ligeramente pintada.

— Tuve un sueño terrible — el chico cerró aquellas ventanas al paraíso azul aún temblando — Tu desaparecías, y no te volvía a ver jamás. No sé el motivo, pero no lograba encontrarte otra vez.

Una risa se dejó escuchar de la chica, que se acercaba a sentarse frente a Kou, moviendo la madera y tela como si pudiera sentir calor. Una de sus manos acarició el rostro del chico con cariño, y con una sola declaración logró que su cuerpo tambalease:

— Sería una pena que me esté destruyendo en éste momento, ¿verdad?

La chica había muerto cuando algo le cayó encima, rompiendo su cráneo y dañando su cerebro con la fuerza en que éste lo golpeó. Y desde ese momento se presentaba con la obra que no pudo acabar esa tarde de Abril. ¿Después de eso, qué más habría?, de todas formas, el repetir las líneas de una mujer exitosa no haría más que recordarle su condena millones de veces más. Como si fuera su maldición, el Sombrerero Loco había perdido la cabeza en cuanto lo obligaron a beber un delicioso té eternamente, ¿ese era el destino para ella que Dios le había preparado?

Entre la tranquilidad con la que su rostro iba perdiendo partes de sí, Kou se había quedado sin habla, y sus ojos volvieron a llorar. Preso del pánico, se aferró a la chica lo más fuerte que pudo, arrugando la seda carmín que adornaba su cuerpo y soltando plegarias para que no ocurriera.

— ¡No me dejes! ¡No puedes hacerlo! — el rubio sollozaba por la joven, sintiendo su garganta seca y dificultando el habla, pues toda la humedad se mantenía cayendo al suelo con la guía de sus mejillas.

— Es algo más poderoso que yo, algo más poderoso que tu.

Los fragmentos que se despegaban de sí misma, como si fuera polvo que el viento aleja, habían sido de su lado derecho, que casi era inexistente. Y aún así, su otra mano lo abrazó lo mejor que podía, besando la frente del chico.

— Pero de ahora en adelante, debes seguir siendo fuerte, ¿sí?

Kou la miraba con desesperación, aún llorando en su pecho como un niño, y ante sus ojos, aún si a ella le faltará el suyo y la mitad de su rostro pareciera estar fracturado, para él seguía siendo hermosa. Y lloró aún más entre el tacto frío que ella le regalaba a sus mejillas.

— Podrás vivir sin mi, porque ya lo has hecho antes sin problemas — su sonrisa venía acompañada de lágrimas, y su nariz no le ayudaban a hablar correctamente — Y ante mi despedida, no te verás triste, ni desolado, sino más fuerte.

Ambos amantes silenciosos unieron sus labios una última vez saboreando el salado destino que los hacía sufrir y los separaba. Probando una última vez aquel pedacito de cielo que el cielo mismo permitió en la tierra.
Con la respiración acelerada compitiendo con sus corazones, el rubio aclaró su voz.

— Voy a buscarte aunque tenga que explorar del paraíso al inframundo, y en otra vida tu y yo podremos estar juntos como Dios manda.

La irreconocible sonrisa de ____ apareció por unos segundos, siendo ya casi algo pasado, y la gran ventisca del egoismo se llevó consigo todo lo que aquella aparición una vez fue. Más aún, en aquel plano aún existía su recuerdo y un amor que dejaría plantado en el corazón de Minamoto Kou junto a un susurro compartido. Un último "te amo", que les servirá algún día como saludo, si Dios así lo permite, en otra vida.

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¡Gracias!

𝙤𝙣𝙚-𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨 || ᴊꜱʜᴋWhere stories live. Discover now