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Aburrido y un poquito nervioso. En el taxi que había tomado ese día había panfletos muy divertidos.

Una promoción de tickets: un pase divertido. Junto a ese montón estaba una especie de recorrido embrujado con zombies. Por 25 dólares parecía tentadora.
Lo tomo y lo guardo en uno de los bolsillo nada obvios de su cinturon.

La música Indu resonando ¿era un cliché que su taxista fuera extranjero y lo recalcara más poniendo sólo ese estilo de música?
Era su gusto personal pero el preferiría una de las fantásticas canciones de Beyonce.

Bajo y subió la ventana, jugueteando un poco y viendo el camino. Sacó su mano y la hizo nadar en el viento como un lindo pez-ave.

Miró al techo del viejo taxi y encontró un chicle pegado. Sin poder contener sus manos lo estiro, alargando la masa pegajosa hasta que esta salto y cayó en la cámara que lo filmaba. Disimuladamente lo limpio y fingió no haber tocado nada.

Asomo su cabeza al asiento del conductor.

—me siento sólito aquí atrás — se arrastró hacia el asiento del copiloto como si fuera un gusano gigante.

—okay —el taxista lo empujaba lentamente para que no le cayera encima —tengo que mantener las manos en el volante—

—perdón —dijo cuando se sentó un poco sobre la cámara. Acomodándose en el asiento se giro a ver al taxista.

Amablemente estiró la mano el taxista para presentarse ante su inusual pasajero —Dopinder— se presentó.

—Pool, Dead— tomó la mano del taxista y se presentó rápidamente.

Mirando rápidamente las decoraciones del taxi se encontró con algo que no pudo ignorar —que rica—señaló.

Dopinder aspiro el aire —huele bien—aceptó, recordando el perfume en cartón que tenía junto a su volante.

—no, no,  la esencia no, la chica —dijo Deadpool mirando la foto junto al volante.

El taxista asintió —si, Gita—asintió con una sonrisa al recordarla —es encantadora —apretó un poco el volante— hubiera sido una excelente esposa, pero... El corazón de Gita fue robado por mi primo Bandhu— dijo tristemente con algo de reconcor en su memoria  —todo lo que tiene de atractivo lo tiene de inmoral —

Deadpool regreso a verlo —Dopinder, empiezo a pensar que estoy en este taxi por alguna razón —dijo seriamente.

—si señor ¿recuerda que usted me llamó?.

—no—meneo la cabeza —mi delgado y Moreno amigo. El amor, es algo muy hermoso, cuando lo encuentras el mundo entero sabe a sueño de narcisos —Dopinder asintió —así que debes aferrarte al amor —

Tomo el meñique de la mano del taxista y lo apretó con fuerza —fuerte, y jamás soltarlo. No cometas los mismos errores que yo ¿entiendes? —Dopinder asintió y soltó un quejido cuando su dedo fue jalado con fuerza —si no, el mundo entero sabe a mi tía Yolanda saliendo de clases de yoga —

Dopinder tuvo curiosidad —y ¿su tía Yolanda a que sabe, señor? —

—cómo a dos vagabundos cogiendo en un zapato orniado...

—Okay ya... —el taxista tuvo una imagen demasiado gráfica en su cabeza.

—podría seguir todo el día —dijo Deadpool el mismo asqueado. —el punto es que es malo —advirtió.

—es malo—repitió el taxista —¿porque el simpático traje rojo? Señor Pool —preguntó interesado.

Deadpool asintió algo contento — es porque hoy es navidad, Dopinder y busco a alguien en mi lista de niños malos —dijo rápidamente —he esperado un año, tres semanas, seis días —bajo un poco la manga de su traje dejando ver un reloj de hora de aventura —y ah... Catorce minutos para hacer que enmiende lo que me hizo —

el taxista asintió sin entender aún —y ¿que fue lo que le hizo, señor Pool? —preguntó nervioso.

Deadpool giro a verlo, dejando caer su cabeza en el asiento —esta mierda —se levantó rápidamente la máscara —¡Booh! —dijo, dejando ver su rostro quemado, con la carne al rojo vivo, grandes agujeros que se abrían, dando paso a las venas salientes.

Afuera del taxi, en un lugar algo lejos pero que quedaba cerca del camino de Deadpool, un helicoptero paso volando sobre sus cabezas, hasta llegar a un gran patio de una fábrica prácticamente abandonada.

Un hombre rapado de la cabeza esperaba pacientemente.

—no lo van a desepcionar —dijo el hombre con cierto asentó  levantándose de donde se encontraba sentado, caminando tranquilamente hacia el hombre de traje elegante.

—espero que no—dijo seriamente con sus manos metidas en los bolsillos de su largo abrigo de piel. —¿y el cargamento del próximo mes? —preguntó seriamente.

El hombre rapado medio sonrió —no habrá próximo —informó. —no es el único con una guerra que ganar —

—no lo acepto.

Meneando la cabeza, levantó sus hombros —es que hubo una pequeña interrupción en la cadena de abastecimiento —dio un par de pasos más hacia el comprador.

Sacó una de sus manos de sus bolsillos y tomó al hombre de traje elegante del cuello, lo levantó del suelo con una fuerza impresionante, apretando su garganta hasta hacerlo tirar saliba sin desearlo —agradecemos su paciencia —las armas de los hombres del comprador lo apuntaron, pero no le interesó.

—... Está bien —dijo casi al borde del desmayo.

Lo bajó, dejándolo con fuerza en el suelo —el resto se entregará el próximo mes—vio al hombre tocar su cuello y recuperar el aire con desesperación —un placer haber hecho negocios —

El comprador lo miró fijamente, enfurecido, se giro y regresó a su avión privado —maldito mutante —murmuró enojado.

Los traficantes de armas se marcharon y los compradores igual, tenían que volver sin levantar sospechas. Sin saber que alguien sabía perfectamente como interceptarlos.

—¡Ah, carajo! —grito Deadpool, tocó todos sus bolsillos pero no encontró lo que buscaba, busco en el asiento de atrás pero nada —¡olvidé mis munisiones! —

Dopinder esta algo confundido —¿quiere que regresemos?—

—no, no hay tiempo—saco la carga de su pistola —nueve, diez, once balas—contó y las volvió a meter en la pistola—o morir —miró al frente, estaban en un puente muy concurrido —¡Aquí! —grito.

Dopinder miró el taxímetro —son: 27,50—informó.

—ah, cuando trabajo no traigo billetera—le dijo —arruina las líneas de mi traje —El taxista asintió, había sido el viaje más confuso de su vida —pero ¿que tal si mejor te doy cinco? — levantó su palma

–okay —golpeó la mano de Deadpool

—¡Feliz Navidad! —abrió la puerta y salió del taxi.

—¡y feliz día de todos los dioses para usted, pool!

DeadpoolWhere stories live. Discover now