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CAPÍTULO TREINTA Y OCHO

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Cuando despertó sintió una presión en el pecho y unas manos rodeándolo. Intentó removerse un poco, pero eso solo hizo que un pequeño gruñido de molestia se escuchara. Fue en ese momento abrió los ojos.

Se encontró con una borrosa mancha roja en su pecho, para que luego de unos parpadeos se diera cuenta que eran cabellos de Michael. Él tenía la cabeza apoyada en su pecho, mientras sus ojos estaban cerradas y su nariz ligeramente arrugada. Sus manos hacían puños su vieja camiseta para dormir, mientras su pecho subía y bajaba lentamente. Su mostraba completa tranquilidad y paz. Le gustaría que siempre fuera así.

Luego de la charla que Michael tuvo con su madre (la cual, casualmente, escuchó a través de la puerta), fueron a un lujoso restaurante por el cumpleaños de ella. El ambiente fue realmente tranquilo, mientras la mujer comentaba momentos vergonzosos de su hijo cuando era pequeño, Michael blanqueaba los ojos e intentaba no sonrojarse, Will hablaba de sus plantas medicinales y Amy... Bueno, ella realmente estaba haciendo lo posible para llamar su atención. Y, puede que cierto cierto chico de cabello rojo  no estuviera para nada a gusto con eso.

Quitando todo eso, la cena fue realmente buena. Eran una familia algo... diferente, pero todos parecían quererse (hasta Amy y Michael cuando comenzaron a pelear por quien le dio el mejor regalo a la cumpleañera). Le recordaban un poco a su familia.

Hacía tiempo que no veía a sus hermanos, posiblemente desde las vacaciones de invierno, cuando casi toda su familia venía y decoraban ese gigante árbol que su padre tanto amaba. Aunque, ahora que lo pensaba, se verían en muy poco tiempo.

La idea se fue de su mente cuando sintió el cuerpo de encima suyo removerse. Sus manos fueron al cabello teñido, para darle unas ligeras caricias, volviendo a ver la expresión calmada de Michael. Luego de unos cuantos parpadeos los ojos verdes aparecieron, y fueron directamente hacia los suyos.

—Hey —la voz de Michael salió realmente ronca, haciendo que no pudiera evitar encontrarla atractiva. De igual forma sonrió —. Tengo sueño.

—Son las 8, nuestro vuelo es a mediodía. Debemos alistarnos porque Will nos llevara al aeropuerto en dos horas y-

Shh —torpemente el dedo tatuado de Michael se posó sobre sus labios, haciendo que blanqueara los ojos. Él refregó el rostro contra su camiseta para luego soltar un bostezo —. Estoy cansado emocionalmente. Lidiar con mi madre y Amy es demasiado —se quejó el chico, volviendo a cerrar los ojos.

—Me alegro de que ya todo este bien entre ustedes —él asintió, con una soñolienta sonrisa en rostro. Su mano acaricio su mejilla, haciendo que el refregara el rostro contra ella, pidiendo más de su tacto —. Venir acá no fue tan malo.

—Luke, si sigues hablando, me harás tener que callarte —Michael frunció el ceño, pero mantuvo los ojos cerrados. Soltó una risa, para que luego una idea apareciera en su cabeza.

—Hazlo —él abrió los ojos, para luego verlo como esperando su confirmación. Se quedó viéndolo, y eso fue suficiente para que unos labios se posaran sobre los suyos.

Aunque hubiera estado preparado el beso lo tomó algo por sorpresa, porque el cuerpo de Michael se posicionó sobre el suyo demasiado rápido como darle tiempo para reaccionar. Una vez lo consiguió intentó seguir el ritmo a los desesperados labios, mientras lo rodeaba por el cuello y separaba las piernas para que se posicionara entre ellas.

Leave Your Mark With Every Bite ☆ mukeHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin