Enredos

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—Bien, es hora de comenzar a cambiar vidas—Exclamó con entusiasmo Tweek mientras se sentaba frente a Craig en la cafetería, ya eran las 10 de la noche y el local ya se encontraba cerrado, Craig se había quedado esperando a que el rubio terminara su turno, ¿que si sus padres les molestaría? no es que le importara.

—Ajá—Solo atinó a decir pero a pesar de su indiferencia hacia el tema nada borró la felicidad en los ojos de Tweek.—Y como se supone que deberíamos empezar, señor experto en el amor.—El rubio pensó un momento.

—Bueno, tu dijiste que Token y Nichole terminaron juntos por que su hilo estaba muy cerca así que creo que deberíamos empezar por ahí. ¿En la escuela hay dos destinados que se encuentren cerca?—Craig comenzó a hacer memoria, realmente nunca se ponía a seguir los hilos, sí se encontraba la casualidad de que dos destinados se encontraban cerca a veces se quedaba viendo por mera curiosidad y otras veces, simplemente lo ignoraba.

Pero recordó...

—Si, pero créeme que es mejor no meternos ahí.

—¿Porque?—Craig se recostó sobre la mesa del lugar y cerró los ojos, estaba frió.

—Por que o el destino es muy hijo de puta o son unos ciegos de mierda.—Tweek puso una mirada interrogante.

—Deja de hacerte el interesante y dime quienes son—Lo zarandeó, sus padres no demoraban en llegar para poder cerrar por lo que se encontraba impaciente por comenzar su primera misión como casamentero del destino.

—No me hago el interesante, simplemente creo que deberíamos empezar por otro lado.—El pelinegro se dejó zarandear, sus manos eran calidad y olían a café.

—¿Tienes una mejor idea?

—No.

—¡Entonces escupelo!

—Esta bien, esta bien—Se levantó muy a pesar de las cálidas caricias que estaba recibiendo.—¿Conoces a Stan y Kyle?—Tweek no cupo de la impresión.

—¡¿E-ellos?!—El grito agudo que pegó hizo que Craig se tapara el oído pues le había dolido.

—Si, por eso digo que es mejor buscar en otro lado, ellos llevan siendo amigos toda la vida y los muy idiotas nada que seden.—Se estiró en su asiento con pereza, llevaba dos horas en ese lugar, pero por alguna razón no era capaz de mandar al carajo todo ese ridículo problema con el raro que tenia en frente.

—B-bueno si es difícil porque Stan está con Wendy, ella es una amiga mía—Tweek sopesó el interceder ahí o no—Ella me defendió mucho sobre mi sexualidad cuando eramos niños—Algo en Craig hizo clic y Tweek lo notó avergonzándose por un momento al delatar esa parte de si mismo.

—¿Eres gay?—Preguntó Craig sin rodeos haciendo que Tweek mirara sus manos con vergüenza.

—S-si. Supongo que a ti te gustan las chicas—Intentó desviar la atención del contrario hacia ese extremo, obteniendo solo un leve levantamiento de hombros en respuesta.

—No me gusta nada—A pesar de esa respuesta, el rostro de Craig lucia iluminado y una pequeña sonrisa se le escapó.—Bien, ¿entonces lo intentamos?—Tweek parpadeó dos veces confundido, ¿y ese repentino cambio de actitud?

—Mañana en el recreo pensaremos en un plan mejor—Sentenció mirando su reloj, sus padres no tardarían—por ahora creo que es mejor que te vayas no quiero que mis padres se hagan ideas raras.

—¿Raras de que tipo?—Tweek se sonrojó de la nada y desvió la mirada.

—Bueno... desde que saben que me gustan los chicos están empeñados en que tenga novio para darle mejor imagen al negocio, ya sabes, "somos una familia moderna que apoya las diferencias"—Hizo una imitación de su padre y Craig rió.

El hilo faltante|Soulmate CreekDär berättelser lever. Upptäck nu