Sueños

102 66 48
                                    

Sueños
Me desperté con un sueño muy concurrente. La verdad no he querido hablado de él pero espero que suceda y que nunca acabará. Entonces fue mi turno de ver si se podría lograr mi sueño y salí de mi casa. Me junté con Tomás en el trabajo, todo como un día normal de trabajo. Ya terminó mi turno y decidí pasar el tiempo en un bar, hacía mucho calor ahi y la humedad hacía la piel sudara como gallina. Y de una o otra manera llego un mujer que para mi sin dudas es lo más hermoso que hayan visto mis ojos. Mi camisa blanca ajustada se puso bien mojada por lo nervioso que estaba cuando te vi, no dejaba de ver lo radiante y oloroso que era el perfume que traias, llevabas una ropa muy seductora con ganas de tener acción esta noche y me miraste a mi con esos ojos que mostraban tu alma y el paraíso se ilustraba en tan hermosos luceros de dichosa belleza. Yo seguía bebiendo mi trago sin quitarte la mirada, a veces nuestras miradas se cruzaban perlas te hacias la tímida aunque sabias tus intenciones de que yo viera tu escote y lo profundo de tu ropa. Pensé que ya era la hora de cumplir ese sueño que tuve anoche, pero me excita mucho el hecho de solo verte, entonces te vi yendo fuera del bar y te perseguí. Me habias visto y me llamaste con tus manos al sitio que yo no conocía y era muy oscuro, era un lugar en la ciudad con poca iluminación, y desde ahí comenzó lo que yo llamaría pasión y amor. Seguí besando las mariposas de tu boca que me queman con cada toque con mis labios. Los dos sabíamos que ya estábamos entrando al momento de llegar al encuentro de nuestros cuerpos. Se que esto lo soñé y estaba pasando de una manera que nunca soñé y que deseo que esto nunca tuviera fin. Ya estamos en la habitación y seguimos con la intensidad de esto, lo que se es en mi vida jamas iba a sentir esta adrenalina de nuevo y es porque ninguna mujer hacen lo que haces tu ni con tanta devoción y pasión. Tienes razón, ya hay que dejar de besarnos y comenzar a tocar nuestros cuerpos. Sin tanto problema, tu te quitabas el vestido rojo y se veía tu sostén negro pero sensual. Querias que jugara con tus hermosos senos y que los pasará por mi boca y mi lengua esa noche quería mucho más que eso. Me calenté con solo verte desnuda y quise empezar a explorar tu playa y paraíso celestial, necesitaba sentir lo prohibido y sin miedo a seguir seduciendote . Te miré fijamente, te mostré mis intenciones contigo y tu mano me quitó el pantalón pero también con tu boca mordías mi cuello y le dejabas las marcas de lujuria que tenías. Seguías coqueta, y mordi tu labio inferior, entrando ya a tu juego erótico. de la mano me dijistes adonde deseas que te saboree más a fondo, cuando entré, quedé atónito con lo que tenías. Cuando nos cruzamos ya mi miembro sintió lo que se llamaba placer de tanta belleza tanto interior como exterior. Cerramos la puerta y me dijistes que volviera a hacer lo que hice en el sitio oscuro, yo obediente, volví a besarte con pasión y mis deseos siguieron incrementando. Me saque el pene y te lo metí en la boca para que saborearas y calmaras tus deseos. Ahora si puedo ver esos ricos y erectiles pezones que se llenan cada vez de rica miel que se vuelve más dulce. Era mi turno y tu me decías mentalmente: Muérdemelas, chúpamelas, tíramelas, eso me encanta por favor. Me abrazó por atrás, te aprete mi pene duro cargado de energía yendo y viniendo una y otra vez a tu clitoris. Me sentaste en el sofá y aún así te llene de semen todo el cuerpo y estabas súper empapada pero con la fuerza de seguir. Te pusiste en frente de mí, con tu escultura que yo estaba penetrando. Dios bendiga las manos con las que te hicieron dichosa mujer del cielo imperial.

Relatos Where stories live. Discover now