𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙛𝙞𝙫𝙚

2.5K 160 189
                                    

La rubia se quedó en la puerta, y Stan obstruía la curiosa vista de Arabella, aunque sí pudo ver que Sarah traía una bolsa en sus manos, esta tenía las cosas que, en algún momento, Stan le compró a la chica

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La rubia se quedó en la puerta, y Stan obstruía la curiosa vista de Arabella, aunque sí pudo ver que Sarah traía una bolsa en sus manos, esta tenía las cosas que, en algún momento, Stan le compró a la chica. El rubio cuando vio esas cosas quiso llorar.

Recordó cómo se sintió cuando Sarah salió corriendo del departamento cuando él le dijo su secreto más privado, lo que sintió cuando un grupo de chicos le escupieron por ser un pervertido, o cómo escribieron "judío homosexual y pervertido" en su anuncio de compartir habitación. Recordó cómo se sintió antes de hablar con Arabella.

Era casi cómico compararlas a ambas.

Arabella inspiraba en todos lo que Stan siempre sintió por ella: miedo. Cuando la veías, te sentías intimidado por su apariencia; su oscura y dura mirada, sus labios carnosos, siempre con las comisuras hacia abajo, el ceño fruncido la mayor parte del tiempo, una postura erguida y desafiante, su profunda voz al hablar, y la tendencia a ser cortante con quienes no conocía, era lo que provocaba en la gente esa sensación de rechazo por ella. En cambio, Sarah tenía una dulce expresión la gran parte del tiempo, y eso, en compañía de su gran amabilidad, la calificaba como alguien muy agradable, a diferencia de Brown.

Hasta sus cuerpos eran increíblemente distintos: mientras que Sarah eran tan baja que llegaba al hombro de Stan, casi no tenía pechos, su cintura era pequeña, sus caderas eran un poco más anchas, y sus delgadas piernas de juntaban para formar un parado trasero (y la verdad era que, si la chica midiera 20 centímetros más, podría ser una modelo de Victoria's Secret), y Arabella medía lo mismo que Stan, tenía grandes pechos, sus caderas eran anchas, su cintura se marcaba bastante, y sus piernas eran gruesas y largas. Era como ver a un conejo junto a un tigre.

Pero aún con lo angelical de la apariencia de la rubia, era mucho menos confiable y Stanley se sentía mucho más cómodo con Brown.

—Stan, yo no quería que las cosas se supieran—la rubia se llevó un mechón del cabello detrás de su oreja. —pero pasó, y supongo que así te darás cuenta de que lo que te gusta está mal—Arabella podía ver los hombros de Stan cada vez más abajo.

La sangre le hirvió.

"dile algo, defiéndete" pensaba la pelinegra al ver la escena. Stan sólo bajó la cabeza, aceptando todo lo que la rubia le estaba diciendo.

—tal vez deberías ir a ver a un profesional, o hablar con alguien acerca de esto, Stan, es bastante desagradable, yo de verdad me asusté cuando me dijiste eso, creí...—El cuerpo del chico se movió abruptamente hacia al lado, y Sarah vio a una de las chicas más intimidantes de toda la universidad parada frente a ella.

Retrocedió un par de pasos, y cuando reconoció su rostro, las manos le temblaron. "Es la que va a ver a Henry al psiquiátrico".

—gracias por traer las cosas, pero por ahora no necesitamos una charla motivacional de una zorra hipócrita, adiós—dijo con la voz más grave de lo normal. Al darse cuenta que la chica no se movía, dio un paso hacia adelante abruptamente, y la rubia dio un salto de sorpresa, para después irse corriendo.

❝Too Repressed❞ ↝ Stanley Uris ↜[Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora