𝙘𝙝𝙖𝙥𝙩𝙚𝙧 𝙨𝙞𝙭

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Arabella comía con su familia, mientras oía a sus hermanos pequeños pelear por un trozo de pan

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Arabella comía con su familia, mientras oía a sus hermanos pequeños pelear por un trozo de pan.

Había ido a su casa para solucionar el drama que tenía su hermana y su madre con respecto al novio de la menor, y luego de calmar a ambas, habían llegado al acuerdo de que la más joven vería al chico siempre y cuando Emma, la madre de ambas, conociera al muchacho, y lo aprobara, por supuesto.

Su padre no estaba, y la chica temía que algo anduviera mal.

—¿y papá? —preguntó luego de aclararse la garganta. Annabelle miró a su madre, expectante por su respuesta.

—le dijo a los niños que tenía que quedarse hasta tarde resolviendo unas evaluaciones en la escuela—dijo la mayor, seca, y con la mirada perdida. La chica intercambió miradas con su hermana menor, y esta asintió. Entonces confirmó la sospecha de que, lo más probable era, que su padre engañaba a su madre. —¿cómo van tus clases? —preguntó.

—bien, en menos de una semana debo entregar un ensayo bastante extenso de el libro que leemos. —respondió, comiendo más rápido para salir de la casa lo antes posible.

—¿y cómo va todo con Stanley? —Annabelle aclaró su garganta, y la pelinegra la miró mal.

—bien, es bastante agradable, sus amigos van de vez en cuando, son tranquilos—.

—recuerdo ese grupo, no había manera de que Henry los dejara de molestar—la mujer sonrió. —había sólo uno de esos niños que no me gustaba, el resto eran unos ángeles, y pobre Bill, su pequeño hermano, una tristeza que nunca los hayan encontrado—cuando vio su plato vacío, se sintió aliviada.

—mamá, tendré que irme, se hace tarde, y no tengo las llaves de la entrada aún, así que Stan tendrá que abrir, y no quiero molestarlo cuando esté dormido—inventó. La mujer asintió, y se levantó.

—ten, guardé comida para Stan—le entregó una bandeja. —ese chico es muy bueno, Bella, dale mis cariños—tocó la mejilla de la chica.

—adiós, mamá—besó a cada uno de sus hermanos, y a su progenitora, para luego marcharse.

Annabelle sacó la cabeza por la ventana.

—dile a tu novio que mamá muere porque venga a cenar—bromeó, y la pelinegra le mostró su dedo medio, sin dejar de caminar.

Se desvió del camino que la llevaba al edificio, y caminó hasta quedar afuera del centro de psiquiatría.

Como todos los sábados, Henry estaba pegado a la ventana, esperando a que la chica apareciera. Su rostro se iluminó cuando la vio. Ella se paró al lado de un árbol, sacudiendo su mano, y vio al chico hacer lo mismo, del otro lado del vidrio. Esperaba que el chico mantuviera viva esa parte humana que le intentaba mostrar a la chica.

Arabella se sentía algo culpable por lo de Bowers. Tal vez si hubiera hablado con él, lo podría haber ayudado a sobrevivir el tiempo que tuvo que vivir con su padre, o hubiera evitado que cayera en el estado de locura que lo hizo matar a sus amigos. Pero también pensaba que, al mantenerse lejos, salvó su propia vida.

❝Too Repressed❞ ↝ Stanley Uris ↜[Cancelada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora