Capítulo 35

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Estaban cerca de la fogata abrazados, tapados con una sábana, comiendo fresas con chocolate. 

Jumin: Tienen un excelente sabor. 

Mc: Me sorprende que hubiera supermercados abiertos el día de hoy.

Jumin: Es cuando más venden, aunque no lo creas hay mucha gente sola, por eso aprovechan estos días.

Mc: Los supermercados que posee C&R ¿también están abiertos?. 

Jumin beso su mejilla. 

Jumin: No, cierran en estos días festivos. 
Mi padre siempre ha dado estas fechas para descansar y pasarla en familia. 

Mc: Me agrada mucho tu padre. 

Jumin: Y tú a él. 
¿Escuchas eso?. 

Mc: Son fuegos artificiales. 

Jumin: Vamos a la azotea. 

Tomó su mano y corrieron hacia allí. 

El cielo se iluminaba con cada luz de la pólvora: dorado, plateado, morado, azul, rosado, rojo, amarillo y verde. 

Las luces anunciaban la llegada de la Navidad a Corea. 

Jumin la abrazo por detrás, ella se acomodo mejor en sus brazos, sus vistas se centraban en cada luz. 

Mc: Había olvidado que esto me encantaba tanto.

Jumin: Con lo sucedido era normal. 

Mc: Gracias, gracias por quedarte a mi lado. 

Jumin: Te amo, no te abandonaré, por más que me lo pidas. 

Mc: Es adorable señor Han. 

Jumin: Usted lo es más señorita Makoto. 

Mc lo miró sorprendida. 

Mc: ¿Ahora soy señorita Makoto? ¿Ya no soy la señora Han?. 

Hizo tímidamente esas preguntas. 

Jumin: ¿Quieres ser de nuevo la señora Han?. 

Mc: ¿Me darás 20 millones de dólares?. 

Jumin: Por ti daría todo lo que tengo. 

Ambos corazones latian fuertemente. 

Jumin: Dime que no es un sueño. 

Mc: Lamento decirte que no lo es. 

Jumin: Quiero seguir así contigo, no quiero soltarte. 

Mc lo abrazó fuertemente.

La nieve se hizo presente esa noche...

Abogado: Lamento informarle señor Han que no, los papeles nunca llegaron a mis manos, por lo cual sigue casado con su esposa. 

Jumin: De hecho yo los tengo, pero ninguno de los dos quiere divorciarse ahora. 

Abogada: Eso es excelente señor Han. 

Jumin: Gracias Abogada, mi asistente tiene el pago de sus honorarios, así que por favor pasen por ello.

Ambos abogados lo dejaron solo en la sala de juntas. Estaba feliz, no habría divorcio, no estarían separados y él no seguiría con el vicio del alcohol, algo que su hígado agradecerá.

Tomó los paleles, los rompió en varios pedazos...

MC

Los días seguían pasando, y había iniciado un nuevo año, lleno de metas y sueños, empezando por recuperar su felicidad, su salud y su matrimonio. 

ME ENAMORÉ DE UN PATÁN Where stories live. Discover now