Capítulo 12: Final

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[]¿Destino o casualidad?[]

El día era algo fresco cuando salió del departamento, también se sentía nostálgico. El cielo ligeramente nublado y el aire enfriando su rostro le recordó aquel día. El día en que salió con Nicolas en sus brazos.

El nudo en su garganta no se hizo esperar, al final no podía hacer nada más que luchar por aquello que pudo ver. Un Futuro que en realidad quería tener.

Un suspiró triste dejó sus labios.

Conocer el futuro le había dado esperanzas, pero también la había entristecido. Obtener algo que siempre quisiste y luego que esto se te fuera arrebatado de las manos no era algo lindo, ni algo que todo el mundo quisiera pasar. Pero Megan suponía que era el precio a pagar por conocer parte de su futuro.

Había pasado solo una semana desde que había llamado por primera vez a su madre y a su padre en mucho tiempo, seis años de ello.

No todo había sido perfecto, había cosas que aún dolían, pero habían platicado en arreglarlo, en hacerlo todo mejor. La falta de comunicación era lo que siempre había faltado en su familia.

«Todo esta bien». Esas eran las palabras que siempre se usaban en casa. Incluso si nada estaba bien.

Cuando llegó a la empresa, Megan acomodó el abrigo café que había llevado ese día, preparándose mentalmente para lo que haría.

Cortejar a alguien no era su fuerte, ya lo había dicho una vez, y también se lo había repetido a ella misma incontables veces mientras practicaba en el espejo de su baño.

El nudo de nervios que se estaban arremolinando en su estómago no la estaba tranquilizando tampoco.

¿Cómo debería hacerlo? ¿Cuál sería la forma correcta de hacerlo? ¿Había siquiera una forma correcta de hacerlo?

Megan quería llegar a conocer a Astryan, ella quería conocerlo como persona, el quién era él, el verdadero Astryan.

El futuro Astryan que había conocido era alguien que te apoyaba en todo, que te tranquilizaba, y que estaba allí cuando sentías que todo estaba mal.

El que Megan conocía era un empresario profesional con el que no tenía ningún lazo. Ni siquiera se habían visto por segunda vez a excepción de ese único día, y luego Megan había faltado toda una semana al trabajo aprovechando la excusa de su enfermedad, aunque no fue del todo mentira. Megan no se había sentido bien mentalmente como para ir a trabajar, su mente había estado tratando de procesar toda la información que había recibido de su futuro, y también había estado el asunto del extraño y esponjoso gato mágico.

¿Era alguna clase de dios gatuno? O ¿simplemente era alguna clase de genio de la lámpara, pero sin lámpara?

Megan esperaba verlo otra vez y poder hacerle preguntas que no había hecho esa vez. O mejor dicho, que no había pensado.

Caminó por el extenso pasillo de la empresa metida en sus pensamientos, debes en cuando solo reaccionaba a dar algunos saludos de cabeza cuando alguien daba los buenos días. Sus zapatos de tacón ancho y de color negro era lo único que veía, el sonido qué hacían la tranquilizaban un poco, levanto su mirada del suelo y la dirigió al elevador.

Un Futuro Previo © [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora