Parte 22

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Ayanokouji Kiyotaka

No sabría resumir todo lo ocurrido en mi segundo año. Realmente quisiera decir que fue pacífica... pero... a pesar de las defensas que tenía siendo el presidente del consejo estudiantil... Los ataques pronto vendrían por parte de mi padre u otra nueva amenaza.

Dejando de lado a las personas que han tratado de forzar mi expulsión usando todo tipo de recursos, y fallando en el intento. Durante mi segundo año, donde me vi enfrentado a nuevos alumnos de primer año, quise liberarme del cargo de presidente del consejo estudiantil, pero, al avecinarse esa tormenta de ataques en contra del consejo, nadie lo quería.

Pensé que la mayoría de personas iban a querer ostentar un cargo tan importante como este, pero, debido al contexto, al parecer nadie lo quería. Claro que no se lo iba a entregar a alguien tan peligroso como Ryuuen, o Sakayanagi, e incluso a personas pertenecientes a otras clases... En primera instancia pensé en dárselo al recuperado Hirata... pero este se negó...

Su forma de pensar se lo impedía...

Cuando por fin encontré la forma perfecta de quitarme ese peso de encima, fue algo realmente placentero. No soportaba el que me mirasen demasiado por todos lados en los cuales pasaba... El respeto era algo muy valorado, pero, para llegar hasta el punto de estar en el ojo de la tormenta... resultaba muy incómodo para mí.

Especialmente cuando toda mi vida escolar me la había pasado con las chicas del consejo estudiantil.

La única que logró liberarme, por así decirlo, fue mi vicepresidenta, Horikita Suzune, quien se negó usando todo tipo de argumentos, que realmente no tenían tanta relevancia ni lógica... simplemente quería que siguiese con el cargo por algo concerniente a su hermano, la confianza que había puesto en mí, y muchas cosas más... No pude entenderlo del todo porque quería eso, pero no tuve otra opción que rendirme unas cuantas veces.

Hasta llegar a acorralarla y por fin dejarle ese cargo tan tedioso.

En lo que respectaba a mi rutina. Esta no cambió mucho, ya que seguía en compañía de estas cuatro, quienes no me dejaban disfrutar al máximo de mi soledad. La costumbre era algo muy común en el ser humano, y yo no era ajeno a este común... la presencia de estas cuatro se había vuelto algo realmente agradable y disfrutable.

También noté que, entre ellas, habían elaborado una especie de acuerdo o tratado que trataban de ocultar de mí. Dicho pacto, creo yo, que consistía en los tiempos que pasaba con cada una de ellas... Ahora que lo pienso, casi pareciese que mi tiempo estaba siendo comprado u ofertado por todas ellas.

Y en el peor de los casos, yo se los estaba regalando.

Pese al mutuo acuerdo, solían discutir de vez en voz alta sobre unos inconvenientes con dicho tratado... no podría dar detalles de estos inconvenientes... Prefiero realmente olvidarlos...

Mi habitación se había vuelto un punto de reunión neutro para pasar el tiempo, y aunque pareciese casi imposible, a final de cuentas, ellas se llevaban bien.

Incluso podría decir que eran buenas amigas por el tipo de comportamiento que tenían cuando todas estaban presentes. Nadie buscaba aparentar se otro tipo de persona. Actuaban naturalmente, sonreían genuinamente, se enfadaban de igual manera... todo parecía ir bien.

En esas reuniones tan interesantes, me vi obligado a participar todas las veces que se dieron... No podía desperdiciar comida ni bebida, por lo que simplemente comía de lo que ellas traían... Era un ganar y ganar... no veía ningún inconveniente, especialmente si ellas se llevaban tan bien.



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Ayanokouji Kiyotaka X Harem | Classroom of the EliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora