F o u r

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Salimos de la cafetería hacia los solitarios pasillos— El color verde le queda horrible a estos pasillos, le quede el amarillo de mi época. —Opine analizando todo a mi alrededor.

—Jefferson. —Me llamo Clara, yo la mire— Tengo que felicitarte, lo estás haciendo muy bien.

—¿Bien?, Mi papá odia a Joel y Joel ni siquiera recuerda el nombre de él, ¿Como se supone que lo estoy haciendo bien? —Cuestione, alzando un poco la voz.

—Tranquilo, cariño, esto tarda. Pero te diré una cosa, tienes hasta la noche del baile para juntarlos, ellos deben besarse a las doce y diez, ni un minutos más ni un minuto menos, si eso no sucede... Tu desapareceras. —Mi corazón dio un brinco y sentí como mi tensión bajo, creo que hasta estaba empezando a olvidar mi infancia.

—Ay no, ¿Como hago eso?, ¡Mi propio padre me coquetea! —Vocifere al punto del colapso.

—Es por que te pareces a Erick... —Fruncí el ceño— Claro, el Erick que el fue esa noche. —En ese momento estaba realmente confundido.

—No entiendo.

—Claro que no, eres el hijo de Erick y Joel.—Dijo burlona. Yo la miré con los ojos entre cerrados— Escucha, Erick era un tipo callado, reservado y asocial antes de esa noche, esa noche Joel lo salvó.

—Me contaron la historia; Él salió corriendo del gimnasio y Joel salió detrás de él, se besaron y bla, bla, bla, esto, aquello. —Clara negó con la cabeza ante mi explicación.

—Exacto, empezó a salir con Joel y cambió. —Mire el piso y todas las peleas llegaron a mi mente.

—No del todo. —Solte nostálgica— Clara, ¿Tú crees... Que si cambio un poco la historia ellos... Nunca se divorcien? —Ella me miró con tristeza y levantó mi mentón para que la viera.

—Eso nadie lo sabe cariño, eso ya es parte del presente y les corresponde a ellos arreglarlo. —Asenti triste.

—Tengo que irme, ve, ve a hacer lo que debes. —Sobo levemente mi hombro, mientras yo limpiaba algunas lágrimas que se habían acumulado en mis ojos.

Cuando abri mis ojos ya no estaba.

El timbre sonó y una avalancha de chicos me azotó, casi haciéndome caer, traté de abrirme paso entre la gente pero no veía a papá, estuve empujando personas por un rato hasta que vi a papá en los casilleros.

—Pa... Erick. —Salve justo a tiempo mi error. No obtuve respuesta así que solo me quedé viendo como metia el resto de sus libros en su casillero— Eh... ¿Por qué metes tus libros al casillero?, ¿No tienes más clases?

—No. Los miércoles salimos temprano. —El tío apareció de la nada— ¿Vamos a tu casa, Er? —Le pregunto a papá. A este ni le dio tiempo de responder cuando tío me habló de nuevo— ¿Vienes?.

Papá se estaba negando cuando hable— Si, igual no tengo a donde ir. —Me encogi de hombros.

—¿Que quieres decir? —Pregunto papá frunciendo su entrecejo.

Me puse nervioso, no pensé antes de abrir la boca, ¡Bien hecho Jeff!

—Ah... Pues que... ¡Soy huérfano!. —Solo dije lo primero que pensé, y después solo me quise golpear por la estupidez que había dicho.

—¿Qué? —Cuestiono papá, en su expresión se notaba que no me creía nada.

—Pues... Si, y me echaron del orfanato por que estoy grande y se supone que debería ir con una familia adoptiva pero escapé.

—《Eso mentiroso profesional》—Pensé con sarcasmo.

—Que mal, te dejaría quedarte en mi casa, pero mis padres no me dejarían... —El silencio reino por unos segundos, y yo baje mi cabeza fingiendo tristeza.

—Ok, te puedes quedar en mi casa. —Solto papá, rodando sus ojos.

—¿En serio?, ¡Gracias! —Me tire a sus brazos con fuerza, el toco con sus dedos mi espalda levemente, yo rei— Te quiero. —Solte de la nada, y sentí como su cara se calentaba un poco.

—Si, ya. —Me alejo de su cuerpo con nervios— Te puedes quedar en mi casa, pero no me abraces más, ¿Ok? —Yo solo asenti repetidas veces.

—¿Ya nos vamos? —Pregunto tío Richard.

—Si, vamos.

En todo el camino a casa el tío Richard no dejaba de parlotear, papá solo escuchaba y a veces contribuía com pequeñas palabras, hasta pude notar varias risas de papá y eso me hacía sentir tranquilo.

Llegamos luego de caminar unas cuantas cuadras, la casa de la abuela no estaba tan lejos de la escuela como la mía. Entramos por la puerta de la cocina y ahí estaba la abuela quizás haciendo de comer, el rico aroma de olia desde lejos, la vi, se veía muy joven y hermosa.

—Abuela. —Murmure. No la habia visto desde los siete, ya que ella fallecío de cáncer en los pulmones. Volverla a ver fue demasiado para mí.

—¿Estas bien? —Me pregunto papá, pude sentir algunas lagrimas en mis mejillas y las seque de inmediato.

—Si, nada, no me hagas caso. —Termine de limpiar mis lágrimas y le sonreí, vi que se empezó a quitar su capucha dejando ver su desordenado cabello, tiene el cabello más largo si, pero no es tan la diferencia que en mi presente.

—Mamá. —Escuche como llamo a la abuela, está volteó dejando ver sus hermosos ojos verdes, algo que había heredado papá y yo— Él es Jefferson. —Fue lo único que dijo para caminar hacia el refrigerador.

—Un gusto en conocerla. —Extendi mi mano y la abuela la estrechó sonriendo.

—El gusto es mío. Puedes llamarme Daysi. —Le sonreí.

—Se va quedar con nosotros un tiempo, es huérfano,  no tiene a donde ir y se puede morir. —Le dijo sin quitar la cara del refrigerador, la abuela rodo los ojos por su explicación y me miro.

—Quedate el tiempo que gustes, cariño. —Acaricio levemente mi mejilla.

—Enserio, muchas gracias. —Abrace rápidamente a la abuela e intente abrazar a papá pero me alejó. Pero no me importo, siempre le rogué a Dios pasar un día con la abuela y jamás pensé que se fuera a cumplir, bueno no de esta manera. Al parecer mi deseo superó todas mis expectativas.

Ay f 😔👊
Espero les haya gustado mucho :D
Bai-

Nohe-

Deseo // Joerick Where stories live. Discover now