Capítulo 3

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"¿Alguien tiene algunas últimas palabras?"

"Sí. Pensé que no íbamos a hacer esto."

Yoongi chasquea su lengua contra los dientes y mira hacia el ataúd abierto donde el cuerpo de Sungwoo descansaba en el interior de terciopelo aplastado, vestido con un traje de gamuza amarillo mostaza, el primer atuendo que Yoongi encontró en el armario del viejo para dárselo a la funeraria. Es extraño; incluso muerto, el hombre todavía luce presumido.

"Dije que no íbamos a hacer un funeral abierto al público," corrige Yoongi, encogiéndose de hombros evasivamente. "Siento que es mi responsabilidad hacer algo, ya que..."

Hoseok capta la idea, bufando con una sonrisa. "¿Ya que la única persona a la que le importaría una mierda el viejo está ahora orbitando la atmósfera de la Tierra?"

"¿Crees que él lo sabe?" Seokjin pregunta. Está en silencio al lado de Hoseok, ha estado callado toda la mañana aparte de hablar para guiar a los hombres que sus padres contactaron para ayudar con el cuerpo. Están esperando afuera en el vestíbulo ahora, permitiéndoles tener sus últimos momentos para compartir cualquier sentimiento persistente.

"Estoy seguro de que lo mantendrán al tanto de las cosas. ¿No hacen eso en prisión? Como, ¿les dan un periódico para que lean o algo así?" Hoseok pregunta en voz alta.

"No está en prisión," Jeongguk habla desde la izquierda de Yoongi, su voz apenas se escucha por encima de un aliento. "No digas que está en prisión."

Jeongguk también ha estado callado; ha estado escondido en su habitación desde que Namjoon dejó la Tierra hace una semana. No fue al lanzamiento del cohete—demonios, el único que pudo soportar ver a su líder irse en persona fue Hoseok. Yoongi observó cómo el cohete entraba en la atmósfera de la Tierra desde un terreno abandonado, permaneció allí hasta que el rastro de humo blanco en el cielo fue cubierto por el viento. Yoongi todavía no sabe cómo sentirse sobre el Incidente o, al menos, no sabe cómo explicar con palabras cómo se siente. Además, la muerte de Sungwoo hace que todos esos sentimientos sean aún más difíciles de clasificar y definir.

Min Yoongi es Número Dos. Nunca entendió el sistema de numeración que Sungwoo tenía, pero siempre supuso que significaba que era el segundo a cargo. Entonces, como segundo a cargo, él debería ser el que ofrezca algún tipo de consuelo a Jeongguk. Ser una voz firme para ayudarlo a superar cualquier cosa que lo esté preocupado como el ahora líder de facto. Pero, él nunca ha sido bueno en ese tipo de cosas. Nunca ha sido el que toma la iniciativa en algo, delegando a los demás lo que deben hacer y cómo calmar la tormenta de emociones en los demás. Nunca ha envidiado a Namjoon por ser el Número Uno.

Jeongguk se acerca al ataúd, con los brazos cruzados sobre el pecho y los hombros sosteniendo el más leve temblor. Mira fijamente el cuerpo durante una larga pausa hasta que, en voz baja, murmura, "Me uní a este equipo porque admiraba a Namjoon-hyung. Él hizo todo por ti sin siquiera cuestionarlo y, a cambio, seguiste imponiendo carga tras carga para que él la soportara porque era el 'Número Uno'. Y en el único momento en que más te necesitaba para que lo ayudaras, no hiciste nada."

Yoongi no puede ver la cara de Jeongguk, pero sabe que hay lágrimas ardiendo en las mejillas del menor por el quiebre en su voz.

Jeongguk sisea entre dientes y se frota furiosamente los ojos, recobrándose por sólo unos segundos más. "Entonces. Sí. Jódete," escupe, y rápidamente sale de la sala sin mirar atrás.

all the cool kids are doing it [traducción ; namjoon + jungkook]Where stories live. Discover now