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Malena

Pasé por las puertas del colegio otro día más, como de costumbre estaba llegando tarde. Dormí poco por los gritos de los vecinos discutiendo, no sé que les cuesta gritar menos o pelear en un horario normal y no a las 3 y media de la mañana.

Caminé por los largos pasillos de cerámica, vi las paredes con un poco de asco por lo húmedas, rotas y escritas que estaban, llevé mi vista hacia arriba donde se encontraba una luz a medio caer, podría jurar que esta así desde el primer día de primaria en este colegio. Me moví un poco al costado con miedo que caiga sobre mi cabeza y quizás no llegar a contarla, digo, si me muero que sea de una mejor forma y no aplastada por una luz que ni ilumina ya.
Pasé por la puerta del baño de hombres y un olor a tabaco intenso se llevó mi atención. Miré por dentro encontrándome a un chico con capucha de espaldas.

-Che abrí una ventana capo- Vi como pegó un saltito por el susto y como me buscó con la mirada. En cuanto me vió llevó una mano a su pecho y llegué a escuchar un suspiro de alivio. Enfoqué mejor mi vista y logré darme cuenta de quien se trataba- Oliva, ¿no?- pregunté todavía con la duda en mí.

-Sí, González?- asentí con mi cabeza y vi como se formaba una mini sonrisita en su rostro.

-Ya veo porque te descubren siempre Oliva. Nos vemos- Di por terminada la conversación, comencé a caminar en dirección al aula pero escuché unos pasos detrás de mi.

-Esperame- escuché la voz del castaño. Reduje la velocidad de mis pies para caminar a la par- Mi intención no era cagar a piñas a tu amigo en la joda- Recordé el viernes por la noche, no tenía recuerdos muy firmes, estaban todos nublados por la cantidad de alcohol que había ingerido.

-Todo bien- Respondí un poco cortante dándole a entender que no tenía muchas ganas de hablar. Estoy segura que entendió la referencia pero de igual modo siguió con sus preguntas.

-¿Hace cuanto estás en el colegio este?- indagó mirándome un poco de reojo.

-Desde salita de tres- Al terminar mi respuesta ya me estaba cuestionando otra, lo interrumpí con un poco de estrés- Mirá todo bien Oliva pero detesto a la gente y hablar a la mañana- largó un risa y se frenó. Segui con mi caminata pero noté que él nunca volvió a caminar- ¿Venís o no?

-Mirá como te hago hablar González- tiré mis ojos para arriba y giré para entrar al aula. Tomó mi muñeca y con mala gana me zafé de su agarré- Joda, no me odies- A pesar de ser un intenso de mierda sin siquiera conocerlo, logró sacarme una sonrisa. Abrí la puerta del aula y todas las miradas se centraron en nosotros, creo que porque habíamos llegado tan solo una hora más tarde de cuando me empezaba la clase.

-Tardé González- Recibí una mala mirada del profesor de Cívica- Lo mismo para usted, Oliva- Ya ignorando lo que decía observé donde se encontraba Bautista y en cuanto lo ví fui derecho a sentarme junto a él.

-¿Por qué llegaste tan tarde tarada?- habló por lo bajo mientras el profesor seguía explicando- ¿Qué hicieron con el castaño ese?- alargó la "E" y subió sus cejas repetidas veces sacándome una carcajada que tapé con mi mano antes que el profesor pueda oírla.

-Nada boludito. Mis vecinos estaban peleando otra vez y planeaba quedarme en mi casa durmiendo pero entró mi vieja y me pegó una patada en el orto- Tiró su cabeza para atrás entendiendo la situación.

-Con razón las ojeras negras esas- Asentí y nos quedamos en silencio mirando la clase. Como era de esperarse no duró tanto.

-¿Venís hoy a la joda de los Mansilla? - Pregunté esperando un "Sí" como respuesta. En cambio vi como mi amigo negaba repetidas veces con la cabeza- ¿Por qué no? Dijiste que a esta venías- Cuestioné haciendo un puchero para convencerlo.

-Ya te expliqué porque no salgo Male- Le hice una mini sonrisita acordandome hace un par de días cuando me contó que el padre se había enterado que se estaba llevando materias y por eso no lo dejaba hacer nada. Su relación con su viejo no es buena, como se darán cuenta ninguno de los dos tenemos papis que nos quieran. Y su vieja, bueno, no tiene porque lo abandono cuando era chico.

-¿Venís a casa hoy igual?- Era la rutina, y era capaz de matar a su viejo si le impedía venir a mi humilde morada. Asintió con una sonrisa y me dejó un beso en el cachete, el cual me limpié porque detesto las muestras afectivas. Vi como tiraba sus ojos para arriba y se cruzaba de brazos.

-Fría de mierda.

-Intenso de mierda.

Abstraído; WosWhere stories live. Discover now