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Malena

Estaba tirada en el sillón de al lado con el celular, esperando que de una vez por todas se despierte el castaño para poder charlar.

Escuché como se movía y despegué la vista del aparato viendo a Valentin rascar uno de sus ojos y mirar al frente un poco confundido.

-Por fin- Acoté observando como se sobresaltaba y giraba su vista rápido hacia atrás. Llevó una mano a su corazón por el susto, y me miró achinando los ojos sin entender como había llegado a su sillón, y porque estaba dentro de su casa, posiblemente había olvidado todo lo que sucedió.

-¿Que haces acá?- Preguntó un poco seco mientras pasaba una mano por su pelo y miraba a su alrededor. Me enderecé y me senté frente a él.

-Cuando me abriste estabas medio drogado o alcholizado y te dormiste mientras me abrazabas y me decías que me extrañabas- Suspiré y tomé aire para seguir hablando- Te traje al sillón y estuve esperando que te despiertes unas 6 horas- Abrió grande sus ojos mientras sus mejillas se teñían de ese rojo característico que tenía cuando se incomodaba por algo. Quise sonreír por la ternura que daba, pero me acordé que todavía no estábamos del todo bien- Vine a arreglar las cosas Valen- Mantuvimos una mirada fija, suspiró y se apoyó en el respaldo del sillón mientras tiraba su cabeza para arriba.

Cerró sus ojos y humedeció sus labios aún mirando el techo. Volvió su vista a mí, sin ninguna expresión en su rostro.

-Bueno, empezá- Inhalé profundo y apreté mis dedos en un reflejo de nerviosismo. Tragué saliva en seco y pasé una de mis manos por mis piernas intentando secarlas. No había preparado nada en estas 6 horas.

-Perdón ¿Si Valen? No me sale expresarme, no sé que decirte, no pensé nada para decirte porque realmente no sé que queres que te diga. Solo...- hice una pausa para tomar un poco de aire por lo rápido que había hablado. Lo miré por primera vez, me miraba desde una punta del sillón esprando que terminé- Solo quiero estar bien- Finalicé un poco frustrada sabiendo que no había redactado ni una oración con un poco de sentido. Mordí mi labio esperando una respuesta del castaño, que parecía no inmutarse por nada de lo que le decía.

-No necesito que me pidas perdón- Pronunció mientras pasaba una mano por su pelo con la cabeza un poco baja. Aclaró su garganta y tragó saliva- Está todo bien- Habló mientras se sacaba la manta de encima.

Tiré mis ojos para arriba y lancé una risa medio irónica, lo que hizo que el castaño me mirase confundido.

-No está todo bien Valen, me dijiste que hable para resolver los problemas y vine a tu casa. Te vi dormir toda la tarde, te esperé para que te despiertes y poder charlar de un tema que me viene repercutiendo en la cabeza desde que te fuiste de mi casa. Entiendo que no quieras arreglarlo, pero no me mientas en la cara- Escupí medio enojada arrepintiéndome de intentar expresar mis sentimientos frente a alguien.

Por fin creía que me podía abrir a una persona, y le metí toda la buena para que venga y me tire cualquiera.

Sentí como se tensionaba mi mandíbula mientras me levantaba y agarraba mi celular que estaba tirado en la mesa. Me ardían las manos y tenía ganas de pegarle una piña a cualquiera que pase cerca mío.

-Male...- me llamó el castaño por lo bajo intentando calmar todo mi enojo acumulado que tenía por toda la situación.

-Abrime Oliva- Hablé una vez que estaba frente a la puerta. No quería verlo, sabía que estaba atrás mío, y con una simple sonrisa podría lograr que esté a sus pies nuevamente.

-No- respondió y se acercó más a mí, me tomó de la cintura y me giró hacia él. Llevé una de mis manos a mi frente, intentando procesar todo mi estrés y malhumor. Me despegué de él un poco asqueada por todo lo que estaba pasando- ¿Me podes mirar?- pidió mientras pasaba una mano por su cara un tanto frustrado. Concentré mi vista en él, mordí mi labio titilando mientras movía mis pies nerviosos esperando que me abra de una vez para poder irme.

-Abrime Valen- me apoyé contra la pared y le clave una mirada fija esperando que haga lo que le estaba pidiendo.

-Yo tampoco se como expresarme a veces Male, yo también pasé y paso por situaciones de mierda, yo también estoy harto de pensar y pensar tanto- Se acercó nuevamente a mí, quedando aún más pegados de lo que estábamos- Pero tenes el poder de que todo lo que tenga en mi cabeza, se vaya cuando estoy cerca tuyo, y eso no lo cambio por un boludez. No estoy enojado, estoy confundido, ¿Entendes?- Tragué en seco oyendo al castaño sinceraste de tal forma, aunque algo todavía no me quedaba del todo claro.

-¿Que te confunde Valen?- Pregunté mientras miraba sus ojos celestes que parecían no querer despegar su vista de los míos.

-Vos me confundís- Pasó una mano por su pelo y se alejó de mí. Se dió vuelta otra vez y me miró mientras jugaba con sus dedos algo nervioso, ¿Yo lo confundía?- Vos y tu forma tan linda de ser- Respiré profundo mientras desviaba mi vista de él, y empezaba a enredar unos de mis mechones de pelo al no saber que decir.

Lo vi otra vez, tenía la mirada baja, no emitía ningún sonido. A veces las acciones valen más que mil palabras.

Me acerqué logrando que levante su cabeza para hacer contacto visual otra vez. Pasé una de mis manos por su cuello, rozamos nuestras narices, desvíe mi vista de sus ojos y la llevé a su labios, viendo como pasaba su lengua para remojarlos.

Me tomó de la cintura, sentí como me ponía aún más nerviosa, como si fuera a dar mi primer beso otra vez.

Y de una vez por todas, nos unimos en un tierno y tan esperado beso. Nuestros labios se movían lentos y suave, esos besos que solo se dan con personas especiales, y esta no era la excepción, Valentin era el pibe que me traía loca.

Y sino fuera por esta semana que no habíamos hablado, no habría podido imaginar la gran falta que hacía en mi vida, sin su sonrisa y esa voz angelical que tanto me gustaba.








Voten así no me tiro de un puente :)

Abstraído; WosOnde histórias criam vida. Descubra agora