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Valentin

No lo puedo creer, primer día de vacaciones de invierno y ya estoy enfermo. Sin dudas tengo la peor de las suertes.

Me removí un poco en mi cama intentando tener menos frío. Tenía las manos y los pies helados, como siempre.

Me paré de la cama con las pocas fuerzas que tenía, mis viejos están laburando, y no les iba a pedir que se queden porque tengo un poco de fiebre. Mi mamá insistió, pero se que no puede faltar al trabajo.

Abrí el armario y agarré una frazada más, me había levantado mínimo 3 veces, y tenía encima mío como 4 mantas que no estaban cumpliendo muy bien su función de calentar.

Me acosté nuevamente en la cama tapándome, y en cuanto encontré una posición cómoda para seguir durmiendo y calmar el dolor, sonó el timbre.

-La puta madre- Hablé no tan alto alargando la "E" un poco frustrado. Pensaba seguir durmiendo pero unos segundos después escuché la voz de Daniel fuera de mi casa gritando que le abra.

Abrí la ventana de mi habitación y sin ver por fuera, le tiré la llave que tenía en mi mesita de luz para que entrara él y no me tuviera que levantar y agarrar todavía más frío.

Escuché la cerradura y unas voces abajo, sentí los pasos en las escaleras e inmediatamente distinguí que no era solo una persona ¿Dam? ¿Mauro? ¿Un chorro?

-Buenos días- Sin verlo porque estaba boca abajo, sabía perfectamente que era Dani. Lo callé un poco por lo alto que había hablado- Uh perdón bro- se hizo un silencio y sentí como tocaban mi hombro.

-¿Qué queres Dani?- Pregunté un poco molesto, tenía las manos heladas y quería dormir todo lo que no había podido ayer anoche por causa del dolor y frío.

-Yo no soy- Arrugué un poco mi ceño y sentí como esa mano se alejaba de mi.

-Hola Oliva- Escuché la voz de Malena inundar mis oídos. Abrí los ojos alarmado, estaba en las últimas ¿Por qué la trajo justo ahora el pelotudo este? Mis mejillas se tiñeron un poco de rojo, y por un momento agradecí que no pudieran verme.

Me volteé de la cama y pasé la mano por mi pelo para acomodarlo y ver un poco más decente a la morocha.

-Hola- Saludé a Malena con una sonrisa en el rostro, al igual que ella.

-¿A mi no me saludas boludito?- Giré mi cabeza y me encontré a Daniel sentado en mi escritorio cruzado de brazos subiendo las cejas indignado. Reí un poco por lo celoso posesivo que es en todo momento.

-Hola gil- Hablé mirando como siempre conseguía lo que quería. Sonrió un poco victorioso mientras se bajaba de donde estaba sentado y se acercaba a mi.

Tocó mi frente y me quejé un poco por lo frías que estaban sus manos.

-¿Dónde está el termómetro?- Preguntó mientras revisaba y desordenaba todos mis estantes en busca de él.

-Está abajo Dani, en la mesa de la cocina- Tiró su cabeza para arriba indicando que ya estaba estresado porque me había dicho una y mil veces que lo deje en el cuarto para que no tuviera que bajar otra vez.

La morocha pareció notarlo y se ofreció para ir por él.

-¿Me podes explicar que hace Malena en mi casa mientras yo vuelo de fiebre?- Pregunté en un susurro lo suficientemente alto como para que me escuchase.

-Ella me preguntó como estabas y me dijo si podía venir, que se yo, que le iba a decir "no mira, no vengas mi amigo no tiene ganas de verte"- Respondió mientras se sacaba el buzo y lo dejaba en una silla. Bufé un poco por lo bajo y llevé mis manos a mi cabeza para intentar alivianar el dolor choto que tengo hace 15 horas.

-Acá estoy- Escuché a Malena nuevamente en el cuarto, saqué mis manos de mis ojos para poder verla. Traía unos joggins negros Nike con un buzo canguro rojo, y unas zapatillas blancas hechas mierda. El pelo lo tenía suelto y lacio. Y bueno, las ojeras como siempre daban a entender que había dormido poco.

La morocha me pasó el termómetro y al cabo de unos minutos sonó.

-38,9- Habló Malena mientras me miraba un poco preocupada. Se sentó en mi cama y me tocó las manos y luego el cuello. Yo veía sus acciones un poco confundido al igual que Daniel, que traía una sonria pícara de oreja a oreja- Abrigate Valentin estás helado- El castaño rió un poco y la miró.

-Tiene 15 frazadas encima pobre pibe ¿Que más le queres hacer?- Preguntó mientras reía, la morocha miró a mi amigo y luego a mi. Me veía como intentando encontrar algo en mi mirada. Y en eso chasqueó lo dedos.

-Ya sé- Hizo suspenso, Dani y yo la miramos para que siga hablando- Un té- Miró al muchacho- Ahora vos anda a prepararlo, no conozco la casa- Él por su parte, tiró un poco los ojos para arriba y se fue bufando a la cocina para preparar lo que le había dicho Malena.

-¿Por qué viniste?- Sé perfectamente porque vino, pero se que se pone nerviosa ante las preguntas comprometedoras donde tenga que expresar y fomentar un sentimiento por alguien.

Enseguida vi como jugaba con un mechón de su cabello y dejaba de mirarme. Pasaron unos segundos donde pensé que no iba a recibir una respuesta de su parte, pero después de todo se dignó a contestar.

-Porque quería verte.

Abstraído; WosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora