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Valentin

-¿Cómo puede ser que mañana ya nos vamos?- Cuestionó en un tono triste Mauro, mientras se abrochaba la camisa para la última noche, la famosa "noche de velas".

-Literal amigo- Contestó Damian acostándose boca arriba en su cama, mirando al techo jugando con una de sus manos.

Pegamos un suspiro triste los cuatro, haciendo que larguemos una carcajada por la coordinación que manejábamos.

Me paré frente al espejo y me acomodé las mangas de la camisa, era blanca, normal. En los pies traía unas zapatillas Nike, porque por más formal que fuera la noche y temática, no me ponía ni de onda unos zapatos que me molestaran. Además después de la cena, nos vamos al último boliche.

Sentí el brazo de mi mejor amigo rodear mis hombros, apoyó su cabeza en mi cuello y cerró los ojos unos segundos. Se fue sin emitir un sonido nuevamente hacia el baño, Daniel era tan raro a veces.

Me hundí en el colchón y me quedé colgado en mis pensamientos. Un golpe en la puerta hizo que saliera de ellos. Me levanté de la cama y abrí la cerradura, estaba Malena parada frente a mí, con un vestido rojo pegado al cuerpo y un maquillaje cargado que le quedaba hermoso.

Apoyó sus labios en mi mejilla para saludarme, y pasó por mi lado para entrar a la habitación.

-¿Que onda Male?- Chocaron los cinco ella y Damian, quien se estaba atando los cordones de unas zapatillas carísimas que se había comprado antes del viaje.

Mauro y Daniel la saludaron con una sonrisa desde sus camas, y se sumergieron en sus celulares una vez más. El morocho hablaba con la novia, pero nunca voy a entender el porque Ribba estaba siempre tan pegado al aparato.

Se sentó en mi cama y palmeó a su lado para que me acueste junto con ella. Llevé mi cabeza a sus piernas, y su tacto contra mi pelo hizo que me relajara profundamente.

Nos quedamos charlando los cuatro, más allá de que cuando termine el viaje vamos a seguir yendo al colegio, sentíamos un gusto super amargo al pensar que en menos de 24 horas ya estaríamos en Buenos Aires nuevamente.

-¿Vos te estás llevando alguna?- Habló Damian dirigiendo su vista hacia la morocha. Negó mientras hacía un bailecito de victoria.

-Si me va bien en las últimas pruebas de Biología supongo que no- Explicó mientras pasaba un mechón de pelo por detrás de su oreja, dejándome observar unos aros con brillos que llevaba puestos.

Nunca la había visto tan formal, es decir, nunca tuve la oportunidad tampoco, pero nunca me la imaginé de esta forma. Parecía tan delicada y frágil con el gloss que llevaba en sus labios, después dirigías la vista a las Vans hechas mierda que tenía puestas y caías más en su realidad.

-Yo me llevo Inglés por la vieja esa que me tiene bronca porque no pronuncio bien- Soltó enojado Mauro mientras se cruzaba de brazos como un nene caprichoso, haciendo que todos los presentes larguemos uan carcajada por el tono en el que hablo. Y era verdad, era capaz de pronunciar mal un simple "hello".

-Si bueno, también Historia, Matemática, Química- Habló enumerando Damian con los dedos, pero lo interrumpió una puteada de Mauro. Tenía razón, se estaba llevando hasta el recreo, como todos los años. Siempre la zafaba de alguna u otra forma, pero usualmente parecía estar al límite de reprobar el año.

-Uy che, ya tendríamos que estar abajo- Avisó Daniel cuando vió la hora en su celular, lo que hizo alarmarlo un poco.

Nos levantamos de la cama y caminamos los cinco por el pasillo largo del hotel, viendo como salían de las habitaciones más personas.

Bajamos la escaleras charlando, por unos segundos noté que Malena se había detenido.

-¿Que pasó?- Pregunté mientras observaba como la morocha cerraba los ojos fuerte y tiraba su cabeza para arriba en un símbolo de frustración.

-Se me cayó un arito- Contestó mirando el piso de la escalera. Volvió al pasillo, logrando que siga sus pasos y quede a su par.

Comenzamos a buscar desesperadamente, la presentación estaba por empezar y nosotros ni habíamos avisado que nos esperasen.

Entramos a la habitación, y corrió hacia la cama donde se veía lo que tanto buscábamos. Se lanzó hacia él y salimos por la puerta victoriosos mientras intentaba volvérselo a poner.

Bajamos ls escaleras un poco apurados, y pudimos llegar antes que cierren las puertas del lugar donde íbamos a cenar hoy.

Entramos y nos sentamos junto con mi grupo de amigos, viendo como el castaño susurraba un "ahí están pelotudos" un tanto nervioso por toda la situación.

Apagaron las luces, y se formó un silencio en la sala intensivo, solo se escuchaban los pasos de afuera del hotel.

-Que salgan los strippers de una vez- Largó Mauro haciendo que Daniel le pegue una patada por debajo de la mesa, causando la risa de todos los presentes.

Sentí como alguien se acostaba en mi honbro, volteé viendo como la morocha miraba hacia el frente esperando que pase algo. Algo dentro de mí se sintió bien, sabiendo que Malena no solía hacer eso con cualquiera.

Llevé una de mis manos a sus piernas, para dejarla arriba de su muslo, pude notar como se le erizaba la piel, y como nuevamente se relajaba.

-Creo que si le hubiera pedido un uber llegaba más rápido la sopresa- Susurró Damian mientras movía unos de sus pies ansioso en el piso, y acostaba su cabeza sobre su mano.

Se escuchó una música clásica, haciendo que frunza un poco mi ceño. Sabía que era elegante la noche, pero tampoco para esta música.

El tema se empezó a cortar, se prendieron unas luces de colores, y se escuchó como enganchaban el tema de la promo. Haciendo que todos cantemos al ritmo de la canción.

-Che no, era un chiste lo de los stripper- Bromeó nuevamente Mauro al ver como salían por las puertas unos hombres con traje. Se acercaron a la mesa con la comida y dejaron un plato con una porción para cada uno.

-Un hambre- Habló la morocha mientas llevaba un gran bocado a su boca de la carne condimentada y fina que habían dejado sobre la mesa.

No podía tragar de toda la comida que estaba masticando, y cuando la vi limpiarse la salsa de los labios con una servilleta de tela sin importar el que dirán de los demás, supe que era la indicada.

Abstraído; WosWhere stories live. Discover now