Historia 11

21.8K 268 0
                                    


Mi cabello color fuego se reflejaba en el espejo, mi piel blanca como porcelana estaba cubierta por un chaleco semi transparente que no dejaba a la imaginación. Mis senos estaban sin brassier, se veían majestuosos ahí, libres, mis pezones, duros por el cambio de temperatura. La tanga no existía, podía verme casi desnuda, deseada. Él, llegó por detrás de mí, posó sus manos en mis caderas y bajó hasta mi monte, hizo círculos en él y subió y con ello, se deshizo del chaleco.

Su erección no se quedaba atrás, estaba ahí, estoica, lista para atacar.

Posó sus manos en mis senos y los masajeo, mientras sentía su erección en mis nalgas desnudas, la respiración iba en aumento, lo deseaba. Me condujo hasta la mesa del comedor y ahí, me hizo apoyarme en ella, besó mi espalda y fue bajando hasta que me hizo separar las piernas, besó mis nalgas, mi coño empapado y siguió bajando. Cuando subió, me dio una estocada que me dejó con un gemido a medio salir, sentía como bombeaba y mis senos se movían libremente sobre la mesa.

- Gime para mí - pidió.

No tenía que pedirlo, mis gemidos fueron en aumento, mientras sentía que marcaba el ritmo en mis caderas. Aumento poco a poco los movimientos, y yo, ayudaba a mi cuerpo a llegar al orgasmo masajeando mi pequeño botón de placer.

- No te detengas – me pidió.

Mi mano izquierda seguía masajeando mientras la derecha acunaba a uno de mis pechos y lo masajeaba a su antojo. Se detuvo. Sacó su erección de mí, bajó su boca y pasó su lengua lentamente por mi coño empapado, eso hizo gemir fuertemente, metió dos dedos en mi interior y los comenzó a meter y sacar, mis piernas temblaban solo de placer, mis manos no fueron capaces de coordinar y tuve que agarrarme de la mesa. Él sabía lo que hacía, pasaba su lengua y movía los dedos dentro de mí, me tenía extasiada, sentía como mis ojos se cerraban solo de placer, abrí un poco más las piernas y este aprovechó de succionarme mi botón del placer, fue tal su succionada, que me vine en su boca.

Fogosos deseos [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora