Fogosos deseos [COMPLETA]

Historia 12

Aquella noche estaba deseosa de ti, de sentirte dentro, de respirar tu mismo aire y gemir placenteramente en tus labios. Aquella noche, tenía tantas ganas de ti. Fueron tantas las ganas, que me metí a la ducha simplemente a recordarte.
Apoyé mi cuerpo caliente en la pared helada de la ducha y con el grifo de esta, comencé a jugar en mis partes íntimas; sentía las sensaciones que experimentaba de pasar, desde el agua fría al agua caliente, mi mano desocupada comenzó a masajear de forma alterna mis senos, mi espalda se apegaba mucho más a la pared, pensando que era tu cuerpo, se arqueaba, buscándote, mientras de mi boca, comenzaron a salir pequeños gemidos, que se mezclaban con la música que tenía de fondo mientras me daba mi ducha. Fue tanto lo excitada que estaba, que me puse en cuatro en la tina de baño y comencé a mover mis caderas pensando que eras tú quien me estaba haciendo el amor, mientras que con una de mis manos me masturbaba de forma placentera y mis senos se balanceaban por gravedad, tanto me gustaba lo que veía, que me masajeaba aún más rápido mi clítoris; fue tanta mi excitación que unos minutos después estaba gritando al alcanzar el orgasmo, estaba mojada por el agua de la ducha y escurrida con mis fluidos.
Corté el agua del grifo, me envolví en la toalla y me dirigí a mi habitación. Me subí a la cama, me acosté mirando hacia el techo y comencé nuevamente a masajear mis senos con ambas manos, subí un poco mis caderas y las comencé a mover, pensaba que eras tú, quien me hacía sexo oral, cuando me sentí en el clímax, baje mis manos hasta, con una comencé a masajear el clítoris y con la otra a introducir mis dedos, fue tanto lo que entraban y salían, que gemía cada vez que dejaban mi húmedo coño, los necesitaba adentro de mí. Me puse boca abajo, levanté mis caderas y comencé a follarme de más salvaje, después de unos minutos, tuve un segundo y tercer orgasmos, que me dejaron abatida, quedándome dormida desnuda sobre mi cama.