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Garen.

Siento un ligero calor en mi abdomen desnudo, como todos los días indica el comienzo de una nueva jornada.

Mis músculos pesan, estoy muy agotado, ayer hasta la madrugada me quede pensado en cada una de mis dudas existenciales, demoro mucho.

Agacho mis manos buscando mis pantuflas muy suaves pero solo encuentro un solo lado, si, definitivamente la rutina de cada mañana. Mis párpados están abiertos pero ni así puedo ver algo que no sea negro.

-Zack -regaño a mi mascota, el en instantes se acerca, lo se por sus pasos y lame mi rodilla-. ¿Y mi pantufla donde esta? Ya hablamos de esto muchas veces, me cuesta buscarla en toda la casa, menos mal que ya me acostumbre tanto que ya se donde puede llegar a estar.

Con un solo pie cubierto salgo de mi habitación y esquivando cada mueble de memoria llego a la cocina, me detengo al sentir hasta con el zapato puesto, el suelo húmedo, bue, mojado, había agua espesa. Que asco, orines.

-A veces quiero regalarte, pero eres el único amigo que me quiere hasta sin poder ver tu color. Eres muy suave.

Decido tomar una ducha, voy al baño, tiro mi suave zapato a uno de los cestos, los cuales Myriani se encarga de vaciar con cada lavado, abro la canilla de la tina, y espero. Pero de pronto escucho mi teléfono fijo sonar en la pared al lado de mi puerta de mi departamento, voy hacia el de forma veloz, y en el camino vuelvo a pisar los orines de el perro adulto. ¡Demonios!

-¿Hola? -saludo a la persona que me ha marcado.

-Ey, tanto tiempo sin verte. -Es Luk, mi hermano mayor.

-Imbécil -lo regaño, aunque ya estaba acostumbrado a este tipo de bromas -, ¿Todo bien por esos lados?

-De hecho no... mamá esta muy enferma, quiere verte -me dice con una voz triste y desanimada.

-¿Que le sucede a nuestra madre? -digo y en instantes siento agua tibia sobre la alfombra de mi casa -. Maldición -respondo alarmado antes que el.

-¿Que pasa? -pregunta mi sangre.

-Un percance con el agua, esta bien iré en una hora.

-Sigo pensando que no deberías vivir solo -me regaña como tantas veces.

-No soy tan inútil como piensan, adiós -cuelgo la llamada y al momento decido marcar a alguien mas.

-Myriani, disculpa que te llame a estas horas aunque no se exactamente cuales son, pero el agua, se desbordo, te lo pagare -srplico a mi ayudante.

-Oh no hace falta, iré sin cargos, siempre estas con problemas Garen, en diez minutos estaré allí - suspira, no quiero abusarme de ella.

-Te debo muchas, gracias Myri -cuelgo la llamada.

-Maldición, no veo nada, ¡Como todos los días de mi vida! -grito frustrado, ni siquiera puedo cargar una tina.

Como dijo Myriani, llego a los nueve minutos, estoy muy ansioso, quiero ir a la casa de mis padres velozmente, tal vez habrá comido un dulce, los cuales no debe ingerir, ella padece diabetes, somos la familia de los enfermos, mi papa falleció debido a un tumor maligno, y Luk, bueno el es sano, como desearía tener cualquier otra enfermedad menos la que me toco a mi, ni los lentes pueden solucionar mi problema.

-Buenos días Garen, veo que hay mucha humedad en su alfombra -dice nerviosamente.

-No lo sé, solo siento que estoy pisando humedad, se me paso el agua de la tina, ¿Puedes encargarte de esto mientras voy a tomarme una ducha?, tengo que ir a la casa de mi madre mas tarde.

Ciegamente enamorado ✓Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon