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Garen.

Los aullidos de Zack me despertaron repentinamente, el nunca aúlla o ladra, es un perro pacífico.

Oh cielos, hace como tres días no lo había alimentado, normalmente Myri lo hacía, pero ahora tendré que hacerme cargo yo, debe estar muerto de hambre.

Como resorte me levanto de mi cama bastante mareado como de costumbre, me pongo las pantuflas y voy a donde creo que estaba chillando el perro.

Escucho los ronquidos de mi amigo y lo interpreto como si aun estuviera dormido, respiro y voy al medio del cuarto y lo llamo:

—¡Zack! —lo nombro y al rato siento su osico húmedo acariciarme la rodilla pacíficamente, el es tan simpático, mi cachorro, agradezco que tengas el corazón para venir y recibirme así en vez de odiarme. Él es mi familia—. Te adoro, así en pijama, te compraré alimento, no tengo sobras para ti, mereces algo mejor.

Lo acaricio lentamente y tomo las ruidosas llaves para salir de la casa, trato de ser sigiloso. Se que la tienda está a una cuadra, hora de la aventura.

Solamente cambie mis zapatos y me fui con algo de dinero en mano, cuando siento el sol en mi rostro me pongo los anteojos cuadrados y suspiro, hace bastante no sentía el aire en mi rostro, estoy pensando en ir mañana a lo de mi madre a ver como esta, no confío en que Luk la esté cuidando como se debe, si me entero, tendré que pagar a alguien que la trate de acorde con lo que necesita, lo último que quiero es ver a mi mama sufrir.

Estaría mintiendo al decir que no me tropecé tanto con objetos como con personas, pero ya no me importaba, quería ser independiente por una vez en mi vida, yo en la mía, tranquilo sin molestar a nadie, ese sería mi sueño. El corazón me latía rápido y la sombra en mi cuerpo me hacía entender que estaba llegando a la esquina del local, trate de disimular el manoteo a toda la pared buscando la perilla, pero no funciono, debo estar actuando como un idiota, hasta que sentí la rapidez moverse a mi lado y una persona cerca de mi ser.

—Garen, que gusto verte —me habla una simpática joven de voz melodiosa a mi izquierda efectivamente ese era el negocio— ¿Estabas buscando el almacén? -pregunta.

—Oh, hola Margarita, si, estaba buscando donde comprar alimento para mi perro Zack —giro mi cabeza en esa dirección. ­­­

—Genial, aquí tenemos mucho de eso, pasa —ofrece la joven y yo la sigo, otra vez choco con la puerta y me duele la nariz, pero me siento mejor que con compañía.

Hay mucho barullo en el interior y gente de un lado al otro, Margarita sabe mi condición, por lo que engancha su brazo al mío y yo la sigo, quien sabe, por allí estaba en medio de la gente e impedía el paso.

No sé dónde estaba, pero había un señor hablando en inglés, lo cual era bastante común en mi cuidad y espero a la chica que traiga mi pedido, no hay mucho que hacer por aquí.

—Quítate del camino —habla un chico, ni idea de la edad, pero fue muy grosero.

—Ey no seas maleducado, él no está haciendo nada —habla la cajera a mis espaldas.

—Por eso, si ni hace nada que se quite del camino, algunos estamos apurados —habla de nuevo y siento mi autoestima irse en cada segundo que pasa.

—Disculpa... —trato de retroceder o avanzar, pero hay muchas personas, me siento una molestia, ni siquiera puedo moverme.

—¡Eres un torpe! —un brazo me empuja y me caigo de culo al suelo sintiéndome basura.

—Y tu alguien sin corazón —Margarita vuelve haciendo sonido con sus tacones—. Garen, toma tu compra, no vale la pena discutir —deja en mi regazo la bolsa con alimento y me ayuda a incorporarme.

Ciegamente enamorado ✓Where stories live. Discover now