TREINTA Y SEIS

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Las piernas se le volvieron de gelatina cuando el hombre abrió la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. No podía tener tan mala suerte, Dios no podía detestarlo tanto ¿o si?


-¡Mi amor!- exclamó antes de plantar un besos en los labios de la mujer. Louis arrugó el ceño, el hombre era un atrevido.-Lewis, ¿cómo estás?


-Es Louis.- escupió con notable molestia, al instante sintió la mirada irritada de su madre.


Pero es que la peor parte no es que el hombre besara a su progenitora frente a sus narices, ni tampoco que lo haya llamado por otro nombre. No, para nada. Tampoco lo era el hecho de que ya conocía a ese sujeto que se había ganado su odio desde hace más de un mes atrás. Por supuesto que no, la peor y más horrorosa parte era la de comprobar que el universo lo odiaba por completo, porque ahora se encontraba parado en la puerta de la casa del rizado. Sí, el jodido novio de su madre era el padre de Harry.


Y ahora no sabía qué hacer. Pensó en salir corriendo o inventar alguna cosa, pero la mirada de advertencia de su mamá no abandonaba su rostro, no tenía escapatoria.


-Pasen, por favor.- dijo abriéndoles el camino por la puerta.- Mi hijo tuvo que salir, no podrá acompañarnos en la cena.


Un suspiro ahogado lleno de tranquilidad salió de sus finos labios, acomodó su chaqueta de jean sobre sus hombros y se adentró a la sala. Al final, no vería al ojiverde y eso era bueno ¿no? Aún así, no le pudo dar explicación al porqué sintió una punzada de decepción.


La cena transcurrió tranquila pero con notable tensión. Apenas había soltado un par de monosílabos. Había un pequeño ojimiel muy simpático que le había dicho que sus ojos eran muy bonitos sentado a un lado del hombre mayor, del que ahora sabía se llamaba Daniel.


-¿Y cómo va el colegio, Louis?- preguntó mencionando con la voz más lenta su nombre, como si le costara pronunciarlo.


-Normal.- respondió sin ganas ganándose una mirada de molestia de la única mujer presente.- Es decir, bastante bien.


-Sí, Louis siempre ha tenido muy buenas notas.-agregó su madre, y rogó por que no dijera nada más.- Pero este último tiempo, cuando nos dij...


-Mamá.- la cortó sin remordimientos. ¿Por qué quería contarle eso a todo el mundo?


-Louis, yo n...


El ruido de la puerta abrirse los sacó a todos de la incómoda conversación. Unos pasos resonaron sobre el piso de madera como ecos, y Louis no supo a qué Dios rezarle para que lo sacara de esa sala.


-Hola padre, ya estoy aquí.-la voz ronca resonó a sus espaldas, agradeció no haber tomado el asiento que daba a la puerta.- ¿Llegué a tiempo para el postre?

HARRY... CONÉCTAMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora